2. The Boys are Back in Town

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Ciudad de Nueva York

- Solo siga este vestidor, primera puerta a la derecha. Esa es la habitación 27, señora -. Indicó el botones mientras apuntaba al pasillo ubicado a su izquierda.

La dama, una señora de cabello plateado, vestido con un elegante vestido rojo, le sonrió agradecida al muchacho, y siguió sus indicaciones. El jóven la siguió con la mirada hasta que se perdió entre los pasillos, solo para asegurarse de que había entendido hacia donde tenía que ir. Una vez que lo hizo, el chico volvió a su elegante escritorio repleto de papeles y documentos cuidadosamente ordenados, hecho una mirada a las computadoras delante suyo: nadie rondaba por los pasillos de aquel hotel. Fuera de la entrada del hotel parecía que el cielo estaba a punto de caer. La lluvia caia a cántaros desde un cielo completamente negro. Finalmente, tomo su preciada taza de café y se dispuso a terminarlo de una vez por todas. Sus enormes ojeras que le colgaban por debajo de sus ojos le pedían a gritos el café, asi qué nada le complacia más que tomarlo. Y justo cuando estaba por apoyar sus labios en la taza, el teléfono de la recepción sonó, sacándole rápidamente del transe.
El recepcionista gruñó, dejó la taza a un lado y se movió en su silla con rueditas hacia el teléfono, ubicado apenas unos pasos a su izquierda, al borde de su escritorio. Procedió a tomarlo.

- Hotel Rockefeller, en que pued..-. Dijo casi de forma automática antes de ser rápidamente interrumpido.

Su expresión tomó un rumbo sumamente serio. Algo andaba mal. Asentía a lo que sea que el extraño de la llamada le decía.

-..No, eso... eso es imposible... Wade, no jodas... está bien, lo sé. Iré -. Y colgó el teléfono.

Miró el enorme teléfono que colgaba en la pared justo detrás suyo, se quedó estático unos segundos y luego se quitó rápidamente la corbata roja que formaba parte de su uniforme. La arrojó al suelo y sin pensarlo dos veces salió casi corriendo por las puertas corredizas que hacian de entrada al hotel. "De todos modos este trabajo es una mierda" pensó. Y Julian "Two Bags" Casablancas se fue bajo la torrencial tormenta.

Ámsterdam, Holanda

Eran cerca de las 10 de la noche en la capital holandesa. El clima cálido propio de los inicios del verano era perfecto para pasar la noche recorriendo lugares, estar fuera de casa disfrutando la naturaleza. Al menos eso pensaba Mike, quien desgraciadamente tenía que trabajar hasta medianoche en aquel viejo bar.
Normalmente, solo algunos alcohólicos y pendencieros visitaban el bar, pero con el inicio del verano, estaba mucho más lleno que de costumbre, y no habían problemáticos, por suerte.
Mike estaba ahí, detrás de una mesada que separaba a la sección de las mesas de la de trabajo. Su cabello, que en sus días estaba completamente en puntas, ahora estaba bien peinado hacia atrás. Y ya no llevaba puesta ropa hecha jirones, ahora tenía una elegante camisa gris debajo de una corbata violeta. Estaba observando el lugar, por si alguien iniciaba algún problema cuando un llamado atrajo su atención.

- Ness! -. Era Criss, su jefe, un viejo con prominente barriga y cabello canoso.

- Qué sucede? -. Mike no mostró mucho interés.

- Llamada para ti -. Le dijo bajo un fuerte acento.

Mike miró extrañado, luego pensó que seguramente se trataba de su madre, o el banco, u otra mujer que reclamaba que se hiciera cargo de otro niño... en fin. Entró en la sala de descanso de los empleados y como el teléfono, que estaba colgado por la pared. Era una vieja maquina de más de 30 años de antigüedad.

- Hola? -.

Dispuesto a escuchar, no dijo ni una palabra. Criss, que estaba al lado suyo, se sorprendió por la cara de sorpresa que su empleado puso de repente.

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