Capítulo doce

41 1 0
                                    

La Accésit golpeó a Marcus con el bastón por quinta vez desde su llegada. Él gruñó y frotó la zona adolorida mientras murmuraba por lo bajo.-Maldita vieja, si tan sólo no me hubieran prohibido lastimarte, ya te encontrarías tres metros bajo suelo, siendo comida por los gusanos.

La anciana arqueó su ceja de forma indiferente antes de dirigirse a nosotros con calma. –No creo que quieran escuchar la versión en la que Marcus se pone a él mismo como un héroe.

Marcus bufó mientras cruzaba los enormes brazos sobre su pecho. Su mirada roja estaba fija sobre la anciana y me hacía encogerme a mí por las ganas que él tenía de lastimarla. La Accésit se dirigió a Christopher.-Tráeme el libro.

El ogro miró a Marcus y sólo se movió después de que este asintiera reticentemente con la cabeza. Entonces regresó unos momentos después con un enorme libro con cubierta de cuerpo y páginas de… ¿piel humana?

La anciana lo colocó en su regazo y luego comenzó a hablar. –Pues bueno, voy a comenzar por el inicio. ¿Han escuchado la historia que dice que Dios tiene un juego con el diablo? Pues es cierto. Esto es  una balanza de opciones en donde el humano decide por cuál camino ir libremente.

Asentí con mi cabeza, eso tenía sentido. Ella prosiguió hablando mientras habría las gruesas solapas del libro. –La apuesta comenzó cuando se puso a Adán.-Envió una mirada molesta a Marcus.-y a Lilith en la tierra nueva, ella fue la mujer escondida de la que la mayoría de religiones ignora. Lilith estuvo décadas siendo la mujer de Adán antes de que ella decidiera un día pedirle que cambiaran su posición sexual y bueno… el Neanderthal aquí presente se haya negado.

Marcus resopló en voz baja antes de poner sus dos pies perezosamente en la mesita frente a él. La anciana siguió. –Entonces Lily dijo el nombre de Dios y este le puso alas para que se alejara de él. Ella se fue al Mar Rojo y se unió a Samael, creando las Lilim. Cuando Adán le dijo a Dios que se sentía solo, él envió a tres de sus ángeles: Snvi, Snsvi, Smnglof, a buscarla pero ella se negó, aún sabiendo que el castigo sería que cien de sus hijos murieran día a día.

Me estremecí. ¿La muerte de cien de sus hijos? Eso sonaba horrible. Sebastián a mi lado frunció el ceño y luego dejó caer su brazo sobre mi hombro, arrastrándome a su pecho. Lo miré confundida y él me guiñó uno de sus ojos grises, abrazándome más apretadamente cuando intenté separarme.

–Hasta ahí, esa es la historia que todos saben. Lo que no saben es que en realidad, Marcus, se acostó con Naamah la noche antes de que estas dejaran la tierra prometida, camino al Mar Rojo. Naamah y Lilith se querían como hermanas, y luego de eso, se convirtieron en desconocidas, incluso a pesar de que se dedicaron prácticamente a lo mismo.

Miré a Marcus mientras él se encontraba con mi mirada y se encogía de hombros como diciendo. “No es tan malo como suena”, y luego seguí escuchando a la anciana.

–Lilith se vengó de él y esperó a que Asmodeo creciera para hacer de él su amante. Entonces Marcus se escapó de la tierra prometida, siglos después de engendrar a Caín y Abel junto a Eva. Él ofendió el nombre de Dios por no haber sido capaz de traerle a su esposa original, y éste lo condenó a permanecer aquí, Adán le dio la espalda a su creador, transformándose en una creatura nueva y cambiando su nombre a Marcus. –Ella apuntó a Marcus con su bastón y él puso sus ojos en blanco. –Como realmente él no está muerto, ni tampoco es un demonio, es capaz de viajar del purgatorio al infierno con completa libertad.

Miré con interés al hombre frente a mí y él me guiñó uno de sus ojos rojos antes de tomar un trago del líquido extraño en su copa. –Marcus creó a los Ogros, o demonios pequeños. Utilizó semillas de quejico y huesos de condenados, los mezcló junto a su sangre y luego les dio una forma parecida a la suya. Otra vez, una rebeldía contra Dios, para mostrarle que él no era el único en dar vida a seres a su semejanza.

Murky MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora