Matthew&Sarah

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La teniente coronel, Sarah Collins, era bien conocida por su audacia y fuerza, ya que sus 1.80 m de estatura la volvían una mujer de temer.

Sin embargo, todos había notado un gran cambio en ella tras haber asistido a la boda del agente favorito de la base militar italiana.

Se peinaba distinto, se maquillaba un poco y sobre todo tenía una gran sonrisa en la cara.

Y el motivo era nada más y nada menos que el policía más carismático de todo el país.

Cuando Sarah conoció a Matthew experimentó el llamado "amor a primera vista" aunque bien no era la primera vez que lo veía.

Así que después de verse mutuamente en el trabajo y charlar un poco mientras bebían café barato y pan insípido, decidieron verse en un lugar más ameno.

Dicho lugar fue un café cercano a la estación de policías.

Matt esperaba con paciencia a la rubia.

-¿Has esperado mucho?- pronunció llegando.

-No, descuida- sonrió un poco.

Tomó asiento frente a él y le admiró un poco.

-Pediré unos waffles con capuchino- alzó la mirada.- ¿Tú?

-Hm...- miró hacia donde estaba anotado el menú.- Un biscuit con mermelada y café.

La mesera se acercó a ellos y tomó sus órdenes.

-¿Qué tal todo, Oficial Stewart?

-Matthew, por favor- la miró.- Dejemos las formalidades de lado.

-Está bien.

-Y respondiendo a su pregunta, las cosas están bien- recargó su mejilla sobre su puño.- ¿Qué tal la base?

-Aburrida- rió un poco.- Hace tiempo que no tengo mucho que hacer.

-Me imagino.

La mesera puso sus bebidas sobre la mesa y se retiró prometiendo llevarles sus órdenes pronto.

-¿Alguna vez fue más que un amigo de la Sra. Raymond?- el rubio enarcó una ceja.

-¿Gianne?- asintió.- Siempre fue más como una figura de hermandad, ¿me explico?- Sarah lo miró con detenimiento.- Me refiero a que nunca quise algo más...- mintió un poco.- Solo amigos.

-Comprendo- pronunció.

-¿Y usted? ¿Tiene alguna pareja?

-Ah, no- respondió rápidamente.- Llevo un rato soltera.

-Yo también- agregó.- Desconfío un poco del amor después de lo qué pasó con mi anterior relación...

-Déjala ir, Matthew- se hizo un poco hacia enfrente.- Merecías más que eso y...- se dio cuenta de lo que estaba diciendo y decidió callar.

-Y sé que eso fue lo mejor- dijo.- He de conocer a alguien más.

-Sí...

Las comida de ambos llegó y se dispusieron a comer.

Sarah había quedado completamente incomoda.

Se sentía una tonta por pensar que Matt podría querer algo con ella.

Se sentía una tonta por pensar que Matt podría querer algo con ella

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