16.

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Me le quedé viendo a Matt.

Tenía la vista fija en la televisión mientras metía un puñado de palomitas a su boca.

Su cabellera rubia estaba totalmente despeinada y traía puesta su típica ropa de mendigo de los sábados.

Sonreí ante la visión que tenía.

Cada día se veía mejor. Ya no le lloraba a la pe... Digo, a Janeth.

-¿Admirándome o que?- preguntó burlón.

-Solo me doy cuenta de lo feo que estás- reí.

-Bah, sabes que soy irresistible- me guiñó un ojo para luego aventarme una palomita.

-¡Hey!- me quejé comiéndome aquella palomita.

Matt se quedó pensativo un momento.

-¿Qué no hoy tenías otra cita con Douglas?- asentí.- Vaya... Ya es la milésima en lo que va del mes- reí.

-No han sido tantas, Matt- el nombrado levantó su ceja inquisitiva.- Solo las suficientes...

-Claro. Las suficientes para darte cuenta de que ya estás loca por él- se burló.

-Pfff- puse los ojos en blanco.- Es interesante conocerlo más.

Asintió.

-¿Y al final si te explicó el porqué de fue tan deprisa a aquel "viaje de negocios"?

-Hmm...No realmente.- me senté en posición de indio, puesto que estar boca abajo ya comenzaba a incomodarme.- Solo me dijo que era un trato importante del que no se les había avisado y que tuvieron que ir en ese momento.

-Interesante...- dijo pensativo.- ¿Y como le hizo para dejarte las flores en su ausencia?

Sonreí ante recordar aquello.

-Bueno... Solo dijo, "un mago nunca revela sus secretos"- lo cité.

-Convincente... Muy convincente- respondió mi amigo.

Volví a reír.

-Deberías alistarte ya, ¿no crees?

-Aún falta- me encogí de hombros.- Además, dijo que esta vez sería algo más casual.

-Vaya... Por lo que me cuentas siempre te lleva lugares bastante elegantes-dijo fingiendo una extraña voz.

-Supongo que los conoce al estar en el mundo de los negocios...

-Buen punto- dijo el rubio dándome la razón.- Atrápala- tomó una palomita y me la lanzó.
Casi me voy de espaldas pero logré comérmela.

Después de eso, nos quedamos mirando la película y haciendo comentarios de vez en cuando.

Antes de que comenzara a alistarme, Matt se fue con la excusa de que estaba cansado...

Tuve que meterme a bañar con una rapidez sobrehumana, puesto que mi cabello tardaba en secarse y si usaba la secadora parecería un león.

Al salir, me envolví en la toalla y coloqué otra en mi cabello.

Saqué un vestido azul y unos zapatos bajos que parecían combinar con las pequeñas flores del vestido.

Quité la toalla de mi cabeza y froté el cabello entre ella.

Antes de que continuara... Mi teléfono timbró.

Corrí hasta el y contesté sin ver quién era.

-Diga...

-Perdón- sollozó alguien al otro lado de la línea.- Me he equivocado de número- y colgó.

Ámame sin temor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora