Me le quedé viendo a Matt.
Tenía la vista fija en la televisión mientras metía un puñado de palomitas a su boca.
Su cabellera rubia estaba totalmente despeinada y traía puesta su típica ropa de mendigo de los sábados.
Sonreí ante la visión que tenía.
Cada día se veía mejor. Ya no le lloraba a la pe... Digo, a Janeth.
-¿Admirándome o que?- preguntó burlón.
-Solo me doy cuenta de lo feo que estás- reí.
-Bah, sabes que soy irresistible- me guiñó un ojo para luego aventarme una palomita.
-¡Hey!- me quejé comiéndome aquella palomita.
Matt se quedó pensativo un momento.
-¿Qué no hoy tenías otra cita con Douglas?- asentí.- Vaya... Ya es la milésima en lo que va del mes- reí.
-No han sido tantas, Matt- el nombrado levantó su ceja inquisitiva.- Solo las suficientes...
-Claro. Las suficientes para darte cuenta de que ya estás loca por él- se burló.
-Pfff- puse los ojos en blanco.- Es interesante conocerlo más.
Asintió.
-¿Y al final si te explicó el porqué de fue tan deprisa a aquel "viaje de negocios"?
-Hmm...No realmente.- me senté en posición de indio, puesto que estar boca abajo ya comenzaba a incomodarme.- Solo me dijo que era un trato importante del que no se les había avisado y que tuvieron que ir en ese momento.
-Interesante...- dijo pensativo.- ¿Y como le hizo para dejarte las flores en su ausencia?
Sonreí ante recordar aquello.
-Bueno... Solo dijo, "un mago nunca revela sus secretos"- lo cité.
-Convincente... Muy convincente- respondió mi amigo.
Volví a reír.
-Deberías alistarte ya, ¿no crees?
-Aún falta- me encogí de hombros.- Además, dijo que esta vez sería algo más casual.
-Vaya... Por lo que me cuentas siempre te lleva lugares bastante elegantes-dijo fingiendo una extraña voz.
-Supongo que los conoce al estar en el mundo de los negocios...
-Buen punto- dijo el rubio dándome la razón.- Atrápala- tomó una palomita y me la lanzó.
Casi me voy de espaldas pero logré comérmela.Después de eso, nos quedamos mirando la película y haciendo comentarios de vez en cuando.
Antes de que comenzara a alistarme, Matt se fue con la excusa de que estaba cansado...
Tuve que meterme a bañar con una rapidez sobrehumana, puesto que mi cabello tardaba en secarse y si usaba la secadora parecería un león.
Al salir, me envolví en la toalla y coloqué otra en mi cabello.
Saqué un vestido azul y unos zapatos bajos que parecían combinar con las pequeñas flores del vestido.
Quité la toalla de mi cabeza y froté el cabello entre ella.
Antes de que continuara... Mi teléfono timbró.
Corrí hasta el y contesté sin ver quién era.
-Diga...
-Perdón- sollozó alguien al otro lado de la línea.- Me he equivocado de número- y colgó.
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Ámame sin temor
RomanceTodos hemos sufrido alguna vez en nuestra vida... Aunque sea una sola vez. Pero la manera en la que cada quien enfrenta ese dolor es diferente, porque no todos pasamos por lo mismo ni bajo las mismas circunstancias. Y no porque ames a alguien signi...