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Después de haber pasado una mañana agradable con las chicas de la oficina, me llevaron a casa.

Saqué las llaves y abrí la puerta.

Me quedé ahí. Sentía algo raro.

-¿Doug estás aquí?- dije en voz alta.

Cerré la puerta a mis espaldas y dejé mi bolso en el sillón.

Caminé por la sala y al ir hacia la cocina sentí que se me heló la sangre.

-¿Doug?- estaba en el suelo.- Amor, amor...- me agaché como pude.- Douglas no estoy para juegos, por favor dime algo- lo moví, pero no reaccionó.

Me acerqué a su pecho y pude percibir un latido débil.

Saqué mi teléfono del bolsillo y marqué el número del hospital.

-En que...

-Necesito una ambulancia- comencé a llorar.- Por favor, vengan rápido...

-Necesitamos que se tranquilice y respire, ¿okay?- inhalé profundo.- Enviaremos la ambulancia, pero necesito que me diga el estado del paciente.

-Está... Inconsciente. Respira y su corazón está latiendo pero casi no percibo las pulsaciones- informé.- Acabo de llegar y no sé qué pasó.

-Okay, los paramédicos ya están informados y de acuerdo a su localización iremos para allá, ¿si?

-Si...

-Si lo desea, llame a algún familiar o amigo y quédese tranquila.

-Está bien, gracias.

Colgué.

Me giré a verlo. Estaba muy pálido y su mano estaba fría.

Con el teléfono en mano, marqué otro número.

-¿Qué pasa, Gi?

-Ven rápido, Barry. No sé que le pasó a Doug pero no responde.

-¿Donde están?

-En casa...

-¿Ya llamaste a emergencias?

-Sí, hace rato.

-Bien, estaré ahí en menos de 5 minutos. Por favor no entres en pánico.

*****

Estábamos en la sala de espera sin saber que pasaba.

Los nervios me carcomían por dentro, tenía miedo.

-Debes de estar más tranquila. Emociones fuertes le pueden hacer daño al bebé- murmuró Barry.

-Lo sé pero no puedo- respondí afligida.- Necesito que me digan que él está bien.

No dijo más y nos quedamos en silencio.

Alguien se puso frente a nosotros, era el doctor de la vez pasada.

-Hola, Edrick.

-¿Qué tal, Barry? Diría que es un gusto verte, pero dadas las circunstancias...

-Lo sé.

-¿Cómo está mi esposo?

-Bueno, la verdad es un tanto complicado el asunto.

-¿Por qué?

-Pues le hicimos varios análisis y hay uno interesante...

-Sé más específico, Ed.

-Un análisis nos arrojó la presencia de una toxina bastante inusual.

-¿Toxina?- el doctor asintió.- ¿Me está diciendo que lo envenenaron?- preguntó Barry.

Ámame sin temor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora