26 Day: Ultimo año, ultima oportunidad.

480 31 2
                                    

Dos adolescentes llenos de hormonas.

El último año escolar, es el más codiciado entre los de último año porque por fin pueden descansar de toda esa responsabilidad estudiantil y comenzar a vivir sus vidas, lo típico de la adolescencia, aunque algunos se denotaban tristes de aquello por no querer separase de sus amigos o en su defecto amores juveniles correspondidos o no correspondidos. Ese era el caso del joven Clark Kent, un chico de Metropolis que con una beca estudiantil logró aplicar para la Academia de Gotham, escuela a la que asistía el afamado príncipe de Gotham el hijo de Martha y Thomas Wayne, Bruce Wayne, un chico frío y distante de todos ganándose el apodo de "El murciélago solitario".

-¡Clark, es enserió, no harás nada!-le regaña con voz sería su amiga Louis Lane, la encargada del periódico escolar una de las cuales lo arrastró a su club de periodismo. La chica castaña estaba molesta por lo cobarde que se estaba comportando su amigo, por el simple hecho de no poder hablarle o decir algo al hijo de los Wayne.

-Déjalo Louis, Clark nunca podrá decirle ni "Hola" al niño rico...-dijo con tranquilidad Diana a su novia, mientras seguía leyendo uno de sus libros de mitología griega con total calma. La apodada "Amazona" por estar en los clubes de deporte siendo la mujer más sobre saliente más aún en deporte lleno de hombres donde competían cuerpo a cuerpo sin miedo.

Clark solo suspiro cansado y siguió jugando con su tenedor la comida que tenía en su bandeja de la cafetería, mientras pensaba lo decepcionantemente tímido que era frente al chico que le gustaba desde que ingresó a la academia, al principio era por sus inseguridades al ser uno de los chicos ingresados por becas pero lo que diferenciaba en sí era su posición social no era la mejor, como podría si quiera pensar que aquel chico nacido en cuna de oro le diera si quiera la mirada a alguien como él un adoptado que vive en el campo.

-Mejor que quede así...-finalmente alzó la voz llamando la atención de su amiga como la novia de esta, y seguir tomando la iniciativa de hablar- De todas formas, el si quiera debe pensar que existo...-aceptando su derrota. Era verdad él había intentado hablarle ya fuera por su trabajo en el club o por solo desearlo el mayor lo dejaba en visto antes de si quiera decirle algo.

Clark no terminó su almuerzo y se lo entregó a su amigo Barry que alegre acepto la comida extra que no pagaba de su bolsillo, mientras el chico de anteojos se alejaba a irse antes de lo previsto a su siguiente clase. Diana y Louis se mandaron una mirada entre sí preocupadas por el bienestar de su amigo, teniendo una pequeña idea que quizás sea la única forma que por fin quizás tendría un tiempo a solas para decirle algo al murciélago y con ese plan en mente no dudaron en pedir ayuda al resto del grupo de amigos y comprar una pizza para persuadir mejor a Barry y así este arrastrara a su novio Harold en contra de su volutad.

Los días posteriores Clark volvió a intentar por sí solo demostrarle a Diana que él podía decirle aunque sea una sílaba al chico rico, pero siempre se terminaba resignando y aún más al ver como varias chicas de su mismo estatus estaban con él intentado seducirlo y fallando porque el chico le interesaba más su propia vida que estar aguantando a un montón de chicas hormonales, ese fue su primer intento. El segundo, fue durante el almuerzo quería invitarlo a comer a su mesa pero el pobre Clark termino tropezando de forma divertida y tirando su almuerzo, así fue como un poco de su dignidad quedo en el piso al escuchar las risas en la cafetería pero puso su mejor sonrisa y se rió con ellos ese día agradeció por todos los cielos y deidades que Barry le entregará un poco de su comida. Siempre ocurría lo mismo algo o alguien evitaba que se acercara al chico o en su debido efecto el mismo Kent terminaba arruinando el momento perfecto para hacerlo. Todos excepto ese día Viernes...

Clark había confiado en sus amigo sobre todo en Barry, Diana y Hal conocía que ellos siempre estaban en sus clubes de deporte y una mano extra no viene mal para ayudarles en el momento de guardar todo lo usado durante sus practicas, lastimosamente por su buen corazón termino allí encerrado dentro del almacén y no exactamente solo, estaba acompañado del heredero Wayne, ¿Cómo fue que el chico se dejó atrapar? La única respuesta clara que tenía el apodad Superman, era que Diana lo habría traído a la fuerza.

Ya habían pasó casi tres o cuatro horas de su encerramiento a prueba de todo, parecía que los chicos pensaron en todo ante de meterlos en el lugar y claramente los únicos que podía manejar herramientas de construcción como demás cosas era Ciborg y Barry, estaban perdidos... Durante todo ese tiempo Clark no había dirigido la palabra como Bruce, era un horrible silencio lleno de tensión en el aire, y pensó que seguirían así por un largo tiempo hasta que por fin el mayor de los dos hablo, y dijo:

-Será mejor que solo halla sido una idea de tus amigos, porque si tienes aún que sea mínimamente conocimiento de esto, no saldrá vivo de este almacén-advirtió con total seriedad mostrando su enfado en aquel momento el joven Wayne. Clark casi sintió una soga imaginaria ahorcándolo por el cuello, eran las primeras palabras que le dirigían a su persona después d e muchos años tenía sentimientos encontrados con ello, desde alegría a propiamente miedo.

-¡No, p...por supuesto que no!-gritó abogando en su defensa el chico de Metropolis, quedando sorprendido que por fin había logrado dirigirle unas palabras al otro y no pudo evitar sentirse alegre de ello, cosa que tomó como locura temporal por el encierro el mismo Bruce, al verlo reír y sonreír como idiota.

Esa fue la mecha solo para liberar por fin todos sus miedo y comenzó a platicarle hasta demás, sin fijarse de nada porque estaba feliz de que por fin tenía el valor de aquello y no quería desperdiciarlo así que siguió con su habladuría hasta cansarse y en algunas ocasiones logró sacar un par de respuestas del mayor.

Al poco tiempo aceptaron que no vendrían por ellos durante la noche así que Clark tuvo la idea de ocupar los colchones de gimnasia como camas por el momento, lastimosamente no tenía nada de comida o eso creyeron hasta que moviendo un par de cosas en el lugar encontraron una extraña caja de tamaño mediano escondida, que resultó ser comida y varias botellas de agua e hidratantes eran ni más ni menos que de Barry, fue lo único que pensó el joven chico del capo al revisar bien cada cosa y eran de las favoritas del velocista barras de cereal, chocolates y demás. No tuvieron la mejor cena pero era mejor que pasar hambre.

Al día siguiente ambos chicos fueron liberados de su encierro al escucho como claramente alguien les quitó las cerraduras de la puerta del almacén, Clark se tomó su tiempo más aún porque busco sus lentes entre el montón de cosas a su lado y sonrío con nostalgia pudo decirle de todo menos lo que quería en realidad pero estaba alegre de que al menos pudo sostener alguna conversación con el otro chico, porque después de eso solo le quedaba arreglar sus últimas cosas de su pequeño departamento rentado e irse a Metropolis, porque ese día era su último día en la academia.

-¡Oye, Bruce!-llamo Clark al chico antes de que se fuera por la puerta, el de ojos acero lo miro inquietante como curioso de lo que le fuera a decir esta vez. Clark llegó a su lado, y con algo de valor se atrevió a robarle lo que nunca pensó hacer en la vida real pero si en sus sueños, un beso, rápido y corto- ¡Feliz Navidad!-con eso dicho el chico de cabellos revoltosos salió huyendo del almacén como si la vida se le fuera en ello.

Bruce se quedó estático hasta sin palabras, había recibido sientes de besos robados por chicas y chicos por igual, pero este era el primero que siento una chispa que lo dejo completamente encantado, quizás al final no fue tan malo estar encerrados en un mismo lugar por un día entero.

~...........................Martes 26 de diciembre.............................~

Una Navidad al puro estilo Robin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora