One Shots |Marvel|

One Shot para... (2)

Éste shot es para VenusBalke

Hoy era su aniversario de matrimonio; así que después de algunos meses discutiéndolo, Tony y Chantal decidieron dar el siguiente paso: Un bebé.

Llegó la noche decisiva, que cambiaría su vida para siempre.
Así que Chantal se preparó con su mejor loción corporal, con su perfume más atrayente, y su cabello más atrevido.
Terminó de acomodarse su vestido rojo, que llegaba hasta la rodilla; acentuaba sus curvas, y daba un toque elegante.
Terminó de maquillar sus ojos, y se puso un labial rojo fuego, después de sellarlo apretando los labios, se miró una última vez en el espejo y se sonrió.

Salió del cuarto que ella tenía para maquillarse, hablar a solas, o simplemente pasar el rato. Caminó por los pasillos con el ánimo en alto, hasta encontrar la habitación de su marido y suya.

Giró la perilla lentamente, para encontrarse con Tony Stark, acostado en la cama, sólo con sus pantalones puestos.

~~••4 Meses Después••~~

Chantal salió del consultorio del ginecólogo aún con lágrimas de felicidad en los ojos, acompañada por Steve, uno de sus más grandes y fieles amigos.

Tony no había podido asistir a la cita donde se sabría si su hijo sería hombre o mujer, pues tenía una conferencia de trabajo. Así que Steve se ofreció a ir con Chantal, pues sabía que en esos momentos tan especiales, era mejor no estar solos.

Salieron del edificio y se dirigieron al auto que Stark había prestado.

—¿Cómo te sientes, Chantal? —le preguntó Steve, con orgullo, mientras quitaban el seguro del carro

—Yo... —Chantal dio un suspiro seguido de una sonrisa soñadora —Es inexplicable —añadió negando la cabeza lentamente —Es... Totalmente hermoso —limpió las lágrimas que antes habían mojado su cara

—Serás una excelente madre, tu hijo va a ser afortunado —añadió Steve, haciendo que la sonrisa de Chantal se hiciera más gruesa y emocional.

—Gracias, me esforzaré por serlo —contestó, para finalmente entrar en el carro —Vamos, te llevo a tu departamento—

Arrancó el auto y se encaminaron al hogar de Steve.

Cuando llegaron, bajaron los dos del carro, justo en la acera del patio exterior, se despidieron.

—De nuevo, gracias Steve, por estar aquí conmigo, significa mucho. Todo esto que está pasando es... Vaya, difícil, feliz, no lo sé, y en serio aprecio que me ayudes a atravesarlo —le sonrió

—Ni que lo digas, me alegra ser parte de tu vida, y ayudarte; la etapa en la que estás no es nada fácil, pero sé que la atravesarás, y yo estaré ahí siempre, si me necesitas —Chantal le sonrió con ternura

Pasaron algunos segundos, viéndose a los ojos, con miradas de pura sinceridad. Ninguno de los dos se percató de cuándo se habían acercado tanto, en el punto que cada uno sentía la respiración del otro.
Chantal volvió a la realidad y el color rojo subió a sus mejillas. Al darse cuenta que si seguía viendo así a Steve, sucedería un acto romántico, decidió agachar su cabeza, apenada.
No podía hacerle eso a Tony.

—Bueno... Gracias una vez más, Steve. No tengo idea de qué haría sin ti —besó su mejilla como despedida —Nos vemos —sonrió mientras caminaba al auto