OS9•~ falloncarrinton

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Personaje: Clint Barton

ADVERTENCIA: Smut

Llegué a casa cansada, fue una productiva jornada de trabajo, pero estaba contenta, fue un buen día. Me saqué las zapatillas después de sentarme en el sofá, y pocos segundos después de ello, pegué la estirada de mi vida; varios huesos de mi espalda tronaron y yo hice un sonido gutural de relajación

—¿Rebecca? —preguntó Clint saliendo de la cocina, al verme, se acercó feliz —Hola cielo, ¿cómo te fue hoy? —me dio un beso en la frente, de forma suave y tierna

—Bien, algo pesado, pero muy bien —le sonreí —¿Y a ti? —

—Entrené a unos cabos inexpertos, sólo les di lecciones y consejos del tiro con arco y la discreción, nada nuevo. Pero hablemos de ti, ¿quieres que te traiga algo? ¿Quieres cenar? —se sentó a mi lado e hizo que me acostara sobre sus piernas

—No realmente, sólo quiero estar contigo —le vi sonriente y acaricié su barbilla extendiendo mi brazo

—Heme aquí, todos los días, todo el tiempo —se agachó y besó mi frente

—¿Te he dicho que te ves muy guapo incluso desde abajo? —agregué divertida

Algo empezaba a surgir en mí, un deseo de cerrar este día correctamente, de hacer que el cansancio valga la pena

—Bueno, ahora lo sé —rió —Tu siempre te ves hermosa —le sonreí

—Sabes, tengo muchas ganas inexplicables de jugar —empecé, formando indirectas y volviéndome ligeramente más seductora

—¿Jugar? ¿Cómo a qué? Creo que solo tenemos Monopoly y Domi... oh... —fue interrumpido por su mismo gemido contenido, causado por mí, quien, aprovechando la distracción de Clint, masajeó fuerte pero delicadamente su miembro —¿Con que a esas quieres jugar? —le sonreí con picardía

Me incorporé con rapidez y me lancé a besarlo. Primero lentamente, creando un sufrimiento mutuo. Nuestros labios se movieron más rápidamente con el paso de los eternos segundos. Sus manos bajaron de mis mejillas a mi cuello, de mi cuello a mi cintura, de mi cintura a mi cadera, acariciaron suavemente mi trasero, lo apretaron un poco y volvieron a subir a mi cintura.
Sus manos eran cálidas, causaban pequeñas chispas invisibles al rozar con mi piel.

Sus manos subieron un poco más, hasta mi espalda, donde lenta y torpemente desabrocharon mi sostén
Este fue deslizado por mis brazos y sacado por uno de los extremos de mi blusa.

Clint lo tiró a alguna parte de la habitación, que realmente no me interesaba.

Solo una delgada tela impedía a mis pechos estar descubiertos, así que aproveché para hacer sufrir a mi novio un poco más.
Durante el beso, me apegué a él, haciendo que sintiese indirectamente el contacto de mi piel con el suyo. Pronto, cerca de mi entrepierna, la presión y bulto se hizo más notoria, vaya erección que le había causado.

—Parece que te gusta —dije entre besos y suspiros

—Oh... ¿tú crees? —preguntó con picardía y me sentó en el mueble, cambió nuestros lugares; ahora él estaba encima mío
Sacó mi blusa y comenzó a masajear mis pechos; que si soy sincera, no me causa mucho que digamos, pero prefería pensar en otras cosas que sí, para aumentar la excitación. Poco a poco acercó su boca y plantó diversos besos desde mi clavícula hasta ellos. Lamió, jugó con ellos, hizo todo lo que le placía, pero era mi turno de diversión.

Volví a cambiar nuestros lugares. Le quité la camisa, y mientras le besaba, desabroché su pantalón. Moviendo sus piernas, el ayudó a bajarlos, y yo los saqué completamente.
Nuevamente me senté en él y comencé a besarlo, mientras tanto, me movía en un vaivén, haciendo que nuestras zonas rozaran y la erección en su boxer aumentara aún más.

La habitación estaba llena de suspiros y gemidos leves, además de los sonidos húmedos de nuestros labios al chocar.
Descendí mis besos hasta su pelvis, donde sentí que un escalofrío le recorrió. Bajé su ropa interior con cautela, provocándolo.

Cuando estuvo completamente desnudo, metí su miembro a mi boca, que apenas entraba la mitad. Lamía y succionaba todo lo que podia, hasta que estuvo a punto de correrse así que decidí parar.

—Mierda, Rebecca... —

—¿Qué? Yo también quiero disfrutar —dije con un dejo de humor y picardía

Saqué todas las prendas que cubrían mi zona íntima, y cuando estuve sin ninguna de ellas, Clint tomó su mano y la frotó suavemente en mis genitales. Mordía mis labios y lanzaba gemidos, era el cielo. Sus dedos poco a poco se adentraron en mi. Uno... dos... tres... mierda, se sentía tan bien.
Aceleró sus movimientos, tanto que estuve por correrme. Bajó su boca, dando lamidas, yo estaba en el extasis, hasta que paró.

—Joder —exclamé decepcionada

—Eso sentí yo —pronunció en venganza

Tomó su miembro erecto, le colocó un preservativo de los que guardábamos en escondites por toda la casa, se acercó a mi y nos volvimos uno mismo.
Estaba adentro, era tan profundo. Solo éramos el y yo, el mundo no existía, se sentía como un nirvana. Sus besos húmedos se plantaban en mi clavícula, sus manos jugaban con mis pechos, y de a ratos mordía el lóbulo de mis orejas...
El ritmo se fue acelerando, las respiraciones se agitaban, los gemidos eran cada vez mas intensos, nuestros nombres presentes en ellos.
La cama rechinaba, nuestros cuerpos chocaban y ese sonido estaba presente, hasta que el soltó un gemido ahogado, y gracias a éste, llegué a la cumbre del placer.

Exhaustos, subimos a la habitación sin siquiera recoger el desorden de la ropa tirada. Nos limpiamos con una ducha rápida y nos metimos a la cama a repetir la historia porque joder, fue demasiado buena como para no hacerlo.

One Shots |Marvel|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora