One Shots |Marvel|

One Shot para... (3)

Éste shot es para @JazminMG16

Advertencia: Smut-Hot... bastante fuerte a decir verdad, o al menos para mí.

Personajes: Capitán América & Lectora (Jazmín)

Me reía al escribir esto, está fuera de mi zona de confort, pero supongo que es parte de la escritura.

Por favor, si no toleras éste tipo de narraciones, no la leas, ya subiré otros capítulos.

Ah, e IMPORTANTE:
Pueden pedirme shots, estoy totalmente libre de peticiones. Sólo tienen que enviarme un mensaje por privado que diga las siguientes características:

~Tu nombre o nombre que quieres que utilice para la/el protagonista

~Nombre del superhéroe a utilizar

~Cómo es tu carácter

~Si quieres que sea comedia, tragedia, enojo, tristeza, smut, etc.

~Alguna característica especial que quieras agregar. Si tienes una idea, puedes decírmela.

>>Seguirme. Las notificaré cuando su shot esté listo.

Ahora sí, vamos al Smut. Pillas.

—Oh... Carajo, Steve, sigue, sigue así —dije frotando mis dedos dentro mío.

No tengo idea de cómo empecé, pero así terminé. En mi cama, dentro de mi habitación de SHIELD, desnuda, y con dos dedos dentro mío.

No sé por qué hago esto...
A quién engaño, sí lo sé. Puedo llegar a ser muy "calenturienta" cuando me lo propongo y algo me enciende.

Hace un algunos años, conocí a Steve Rogers.
Era un tipo honorable, sí, pero su actitud de niño bueno, modales y respeto me irritaba.

Pero, eso ha cambiado en estos últimos meses, incluso un par de años.
Se ha vuelto más instintivo, rebelde, apasionado y natural, cosa que de verdad me gusta.

Todo él me encanta. Desde sus músculos, ojos celeste y cabello, hasta cómo es.

Hoy, de hecho, fue hace unos minutos, verlo entrenar me sacó de mi estado normal.
Su torso desnudo, sudado. Él hiperventilado y agitado. Todo eso junto hizo que algo se despertara en mí.

No pude más e inicié a jugar conmigo misma, en una fantasía.

Mordí mi labio, mientras aceleraba mis movimientos.

—Sí, Steve, vamos, sí, sí... sigue —gemí a punto de venirme, pero la puerta de mi habitación se abrió súbitamente.

Paré en seco, y me encontré con el super-soldado, con algunas carpetas en su mano.

El color subió a mi cara, y me quedé estática. Mi cerebro no reaccionó ni para cubrirse; Steven estaba en el mismo modo que yo.

—Las misiones... —aclaró nervioso, procurando no verme. Puso las carpetas sobre un escritorio y se encaminó a la puerta.

Tomé mi pequeña bata de dormir y la puse encima mío.

—Steve —lo nombré, él paró —Vamos... —dije seductoramente, no perdería la oportunidad, lo intentaría al menos.

—Jazmín... creo que necesitas tiempo a solas. Entré en un mal momento y... —

—Entraste justo a tiempo —estaba a punto de irse para evitar líos, pero lancé un gran chorro de agua fría frente a él, casi al punto de congelarse, y al mismo instante, lancé una llamarada de fuego. Convirtiendo el agua en piedra, creando una clase de barrera —Steve Rogers, voltea, mírame a los ojos, y dime que no te gustó lo que viste —toqué su hombro y susurré en su oído; pude sentir el escalofrío que le causé

Volteó lentamente y se alivió cuando vio que cubría mi cuerpo.

—¿Te gustó lo que viste?... ¿O no? —me acerqué un poco a él

Cerró la puerta de un azote, y se lanzó a besarme.
Gemí de sorpresa. Y sentí la gran erección de Steve chocar contra mí.

Besó mi cuello; quité mi bata, y me subí a sus caderas. En un movimiento ágil, quitó su playera.

Después de morder el lóbulo de mi oreja, quería hacerlo sentir bien.
Besé su clavícula, su torso y su cuello.

Lo volvía loco, y él a mí.

(...)

Caímos rendidos en la cama, desnudos, sudorosos, agitados, pero de alguna manera felices.

Los sentimientos que ambos guardábamos explotaron de esa manera, y nos gustaba.

—Steve. No quiero que pienses que soy una "busca sexo", en serio no lo soy. De verdad me gustas, y desde hace mucho. No sabía cómo decírtelo sin partirme en pedazos y decirte que eres el único que me ha hecho sentirme apreciada. Sólo que hoy... pensar y verte me hizo sacar el lado más salvaje mío, pero creo que dio frutos —sonreí

—Me gustas, y ambos lados de ti, Jaz. En verdad te quiero, nada va a cambiar eso —besó mi cabeza, acarició mi cabello, sonreí, y dormimos.