Epílogo

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[Mori]

Han pasado tres años desde que la guerra terminó. El rey murió el día que yo estuve cerca de ello, aunque gracias a Hana y Haru logré sobrevivir. Me había engañado como a una completa estúpida. Tras despertar después de un largo descanso, me contaron todo lo que había sucedido. La carcajada que soltó antes de morir al creerse vencedor. 

La única que sabía la verdad, según el rey, era la antigua reina. Había desaparecido tras la muerte de su marido sin ninguna otra explicación. Nadie había vuelto a saber nada de ella ni de su hijo. Toku había sido encerrado en el castillo por su traición al reino. Ni la propia Kasumi quería saber más de él.

Lo único que conocía sobre mi pasado era que había logrado sobrevivir gracias a la ayuda de Hikari. Se había encargado de conseguir que me valiese por mí misma en mis primeros años en el bosque, y me había enseñado lo necesario para mis siguientes años de vida.

Ahora, finalmente sería mi acto de coronación. Mío y de Haru. Una vez nos casásemos, seríamos nombrados reyes de Nosaki, y la pequeña, sería nombrada princesa de toda esta región. Con el regreso de la paz y el equilibrio a Nosaki, la situación comenzó a mejorar rápidamente. El comercio comenzó a fluir, la población había dejado de quejarse, e incluso gente de otras regiones venía a Nosaki a rehacer su vida o comenzar una nueva etapa.

—Vamos Mori, tan sólo quedan tres horas —decía Hana intentando hacer que me apresurase.

—Aún hay tiempo, no entiendo el motivo de tanta prisa —respondí con la misma calma que llevaba teniendo durante todo el día.

—Las doncellas están a punto de llegar, tienes que estar preparada para un momento tan especial.

—¿Por qué siempre tengo que llevar estos vestidos? No me gustan nada.

—Mori, es el día de tu coronación, no puedes dar una mala imagen delante de tu reino.

—¿Por qué no vamos a ver qué tal le va a Hotaru? Es una buena idea, vamos —dije mientras salía corriendo a buscar a mi hija.

—¡Mori! ¡Espérame! —replicó Hana dejando el vestido y saliendo en mi busca.

Después de un largo rato de carreras y discusiones por el deber, accedí a ponerme el vestido y prepararme. Hoy era el día de mi coronación y boda. Ahora, en lugar de ver mi reflejo en charcos, por fin podía ver mi reflejo en los espejos que había por todo el castillo. Estaba encantada con el resultado. Un precioso vestido verde cubría todo mi cuerpo. Habían peinado mi pelo de una forma de la que nunca habría imaginado que podría estar. Y, sobre mi cabeza, iría una corona, que me entregarían en la ceremonia. No podía evitar sentir alegría por haber logrado derrotar al rey, aunque quien realmente había salvado al pueblo era Haru. Después de que el rey me clavase mi daga, Haru irrumpió en la habitación, logrando asestarle un golpe mortal con su espada.

Tras mi recuperación completa y la posterior noticia del embarazo, todo había vuelto a la normalidad y el pueblo había logrado ver de nuevo la luz.

Ahora, estaba en el interior del castillo esperando a que fuese mi turno para la ceremonia de coronación. Esta tendría lugar en el jardín, el cual había sido preparado por Hana. Había pasado de preparar medicinas en su casa, a tener a su disposición una de las torres del castillo para sus estudios, y el jardín para el cultivo de todo lo que necesitase para sus productos. Kasumi disponía de otra torre, en la que diseñaba los vestidos que llevaría en los actos. Nemu, por orden de Haru, recibió otra de las torres, la más mágica de todas. Su identidad seguía siendo un misterio para todos, pero había sido una de las claves para cumplir nuestra misión, y debíamos ayudar. La última de las torres había quedado en desuso. Nadie podía saber que ahí, se encontraban los espíritus de las criaturas mágicas que nos habían ayudado. Desde lo alto de esta torre se podía ver el nuevo bosque que habíamos creado. Pequeños brotes y árboles comenzaban a surgir en la zona en la que antes había estado el bosque, mi casa.

—Mori —dijo una voz entre susurros.

Me sobresalté. No sabía de dónde venía esa voz. Todos estaban fuera esperándome.

—No digas nada por favor. Hemos regresado a por ti. Te necesitamos, Dama Blanca. El mal se acerca a Nosaki, y su magia negra es tan poderosa que te necesitamos a ti.

Mi gesto no podía ser de mayor sorpresa. No estaba logrando entender nada.

—¿La Dama Blanca? ¿Quién es el mal? ¿Y quién eres?

—Nuestros mensajeros te encontraron. Hikari te enseñó parte de tu poder. Y es el momento de que descubras el verdadero poder que albergas. Ha llegado la hora de que descubras tu verdadera historia y tu destino. Tienes que salvarles a todos.

—¿De quién debo protegerles?

—Aquellos que nos quitaron el poder quieren usarlo ahora para destruirlo todo. La magia negra es más poderosa que nunca gracias a su nuevo líder. Creímos que la muerte del rey sería su final. Pero ahora son más fuertes que nunca. La magia te eligió. Por favor, sálvanos.

—¿Qué puedo hacer por vosotros?

—Huye, por favor. No te presentes a la coronación. Debes desatar tu poder cuanto antes.

—No puedo abandonar a mi pueblo y a mis amigos. Lo siento, pero lo hablaremos después.

—Espero que no tengas que arrepentirte —comentaba la voz mientras me alejaba.

Como ya estaba preparada me marché directa al jardín. La gente ya había comenzado a llegar y todo estaba a punto de comenzar. Hotaru y Haru ya estaban en el jardín esperando a que llegase. Junto a ellos, Nemu era la encargada de llevar a cabo la coronación.

—Y ahora, ¡demos todos la bienvenida a nuestra nueva reina, Mori!

Salí del castillo con paso firme, observando en todas direcciones. Todo había sido cuidado con el más mínimo detalle. Las flores, el banquete, los vestidos y trajes, e incluso la iluminación. La gente se inclinaba a mi paso.

Cuando llegué al lugar en el que Nemu se encontraba junto a Haru paré y saludé a los ciudadanos que se encontraban en la coronación.

—Hoy comienza oficialmente una nueva etapa. Hoy Nosaki volverá a ser lo que era gracias a la reina —destacó Nemu entre los aplausos de la gente.

Los músicos comenzaron a tocar una alegre melodía. La gente estaba celebrando todas y cada una de las palabras de Nemu. Su sabiduría y experiencia le había hecho ganarse el título de Consejera Real.

Nemu tomó mi mano. Uno de los guardias se acercó a nosotros. Traía sobre un pequeño cojín la nueva corona que había sido forjada para mí. Estaba hecha con un metal celeste y tenía incrustadas piedras negras. La antigua corona del rey había quedado guardada bajo llave, y la reina había desaparecido con la suya.

Tomó la corona con su mano y la colocó sobre mi cabeza. Era una muy extraña sensación que nunca habría imaginado.

—¡Luminus Totem!

Un fuerte grito se escuchó por todo el lugar. Pude ver como una extraña figura lanzaba una esfera de energía negra hacia mí. Tenía una cicatriz en su mejilla y llevaba un traje negro. Uno de los guardias se puso delante de mí y nos tapó con el escudo, aunque salió disparado por los aires.

—Ayuda a todos a esconderse Nemu, nosotros nos encargamos —afirmé mientras Kasumi y Haru se acercaban a mí.

Nemu cogió a Hotaru del brazo y se alejaron lo más rápido que pudieron. Algunos guardias ayudaron a los ciudadanos a ocultarse en el castillo, mientras que otros se quedaron junto a nosotros para defendernos.

—Creo que las cosas vuelven a ponerse interesantes por aquí —aseguró Kasumi tras ver cómo el enemigo se preparaba para atacar.

Guardián del bosque [GdB 1] || [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora