✴Iced Heart✴ Yoongi~

Parte 4 Haneul

Estoy rodeada de gente mirando y riéndose de mis marcas.

—Si queréis un puto espectáculo iros a ver a vuestra madre follar con vuestro padre—una voz firme hace que las miradas se centren en él, Yoongi.
—¿Qué has dicho?—es Kunpimook.
—Lo que has escuchado—esto va a acabar mal.
—Novato, ¿Crees que vas a adueñarte del instituto nada más entrar?
—Si—el pelinegro le da un empujón tan fuerte que le tira al suelo—¿Qué miráis?
Todos se van con la cabeza agachada, sin embargo, yo sigo en el suelo con el jersey roto y las manos con rasguños.

Yoongi me ayuda a levantarme muy serio.
—Solo das problemas.
Eso te ha dolido, lo has escuchado tantas veces...
—Lo sé—respondo sin mirar en un suspiro.
Él comienza a mirarme analizando cada parte de mi rostro.
—No deberías ser tan blanda, ahora mismo has podido defenderte y mandarme a la mierda—dice y se va.

Si él supiera por todo lo que he tenido que pasar no diría eso.
Nadie sabe mi historia, pero todos hablan de ella.

Voy a clase, donde todos me miran mal, nadie sigue haciendo lo suyo, si no que observan cada parte de mi, con una expresión de rencor.

—¿Eres feliz ahora? Que sepas que Yoongi es mío, no te hagas ilusiones porque te tenga pena—advierte Suwoon, la chica que se gusta de todo el instituto.

Me niego a decir nada, me niego a que me peguen, hoy he tenido suficiente.

—Eso, que no se ilusione—se escucha otra voz por el fondo.
—Se cree que alguien le va a apoyar—más voces.

Se empiezan a acumular los murmullos haciendo que todos se fijen en mi, riéndose, mirándome mal, decido irme corriendo al baño para no seguir escuchando esas duras palabras.

Prefiero que Yoongi no me defienda, cuando no estaba en el instituto era mejor, al menos todo paraba cuando entrábamos en clase, si que se reían de mi, pero no llegaban a este punto.

Saco la cuchilla de mi bolsillo, lo necesito, ahora es lo único que puede llegar a aliviarme aunque sea un poco.
Paso el cortante objeto por mi muñeca logrando un profundo corte, comienza a salir sangre, la cual se derrama por toda mi mano hasta caer en el suelo, duele, pero al menos consigo olvidarme un poco de todo esto.

Lloro, lloro más que nada por existir, si no hubiera nacido no tendría que pasar por todo esto, todos los días me pregunto ¿Me lo merezco? Lo pienso y llego a la conclusión de que si, me lo merezco desde el día de mi nacimiento.

Suena el timbre, pero no quiero entrar, aunque me tranquiliza el saber que está el profesor y no pueden hacerme nada. Creo.

Lavo mi muñeca y coloco una tirita, si, suelo llevar porque siempre me hacen falta. Una vez me pillaron un pequeño corte y llamaron a mi madre, ya aclaré que era por culpa del gato de mi abuela, porque si decía el mío, mis compañeros se iban a meter diciendo que yo no tenía, y como mi abuela si, no podían llevarme la contraria. Bueno, al final todo quedó en una confusión. Por eso, suelo traer tiritas, y si no me coloco papel hasta que se seque.

~

—Seguro que ha ido a rajarse—oh no, empiezan los murmullos.
—Déjala, si le gusta eso es porque será satánica.

Suspiro y me siento. Tranquila Haneul.

Yoongi está a mi lado, ha escuchado los murmullos ya que lo han dicho bastante alto. Me mira y niega con la cabeza, aunque no entiendo porqué.

~

—Y para mañana hacéis la hoja entera—a veces la profesora se excede con los deberes, pero mejor, algo que hacer.

Toca educación física, coges tu mochila y vas al vestuario, metes las cosas en la taquilla y te vas al banco del polideportivo para no cruzarte con nadie.

—Como siempre, puntual—dice el profesor con una sonrisa, no sé porque la gente odia a sus profesores, yo pienso que se preocupan por nosotros.
—Si...—intento mostrar una sonrisa de vuelta, pero no me sale, hace tiempo que dejé de intentarlo.
El maestro coloca su mano en mi hombro. Sabe que nada va bien conmigo, pero eso es un tema pasado.

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—Haneul, te pasa algo—dice el profesor muy serio.
—No...
—Desde que se fue ya no eres la misma.
—No me pasa nada, no se preocupe por mí.
—¿Segura?
Hyun Ho se preocupa mucho por sus alumnos, pero más por mi, dice que le recuerdo a su hija, la cual casi no puede ver ya que su ex tiene la custodia.
—Si profesor.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, te voy a ayudar.
Asiento

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Desde aquel día dejó de intentar ayudarme.

Vienen todos los alumnos.
—Buenos días, el trabajo de este trimestre será ponerse en pareja con alguien y hacer una de estas actividades: Baile, teatro o mímica. Podéis hacer que un miembro de la pareja toque un instrumento y el otro baile, o que uno narre y otro haga el teatro o como queráis.

¿Parejas? ¿Yo cuento cómo una pareja para mi misma? Socorro.