✴Iced Heart✴ Yoongi~

Capítulo 14 Haneul

Pasan los minutos y Yoongi sigue donde la directora, hasta que por fin entra se le ve cabreado.

Espero impaciente a que termine la clase para poder preguntar.

-¿Que ha p-pasado?-pregunto nerviosa, jugando con mis manos.
-Que te he defendido, por tu culpa estoy castigado.
-¡L-lo s-siento! ¡No te enfades, por favor!-¡Mierda! Siempre estropeo todo. Hago referencias temblorosa.
-¡Para, para! No estoy enfadado, idiota. Me la suda, voy a seguro defendiéndote todas las veces que haga falta.
-Gracias Yoongi, pero no hace falta... De verdad-no quiero que se meta en líos por mi culpa.
-No te voy a hacer caso-suspiro-ahora tendré que limpiar el patio durante un mes...
-¡Perdón! ¡Yo lo haré por ti!
-No hace falta, pero puedes hacerme compañía, solo si no eres muy molesta.
-¡C-claro!
Me parece extraño que me pida algo así.

En el recreo voy a la cafetería, quiero recompensar a Yoongi, y como no tengo mucho dinero cómprate dulces.
Intento pasar desapercibida por toda la gente aunque algún empujón e insulto me llevo, pero no me afecta ya que estoy concentrada en comprar.
Cojo una bolsa llena y me voy donde Yoongi, el cual se ve enfadado por limpiar, tiene guantes y una bolsa de basura.

—Hola, te he traído algo de almorzar—le tiendo la bolsita tímida.
Veo que sus mejillas están algo rojas, y al ser pálido se le notaba más, supongo que será del enfado.
—Gracias Maneul, no hacía falta.
—Es lo mínimo que podía hacer.
Me quedo enfrente suyo, ya que no limpio quiero estar de pie, me parece mal estar sentada mientras el recoge.
—Toma—me da una golosina.
—No, no quiero.
—¿Entonces qué haces ahí quieta? Siéntate.
—Me parece mal sentarme mientras recoges.
—Que te sientes—me mira serio.
—V-vale.

Deja la bolsa de basura en el suelo y se sienta a mi lado, muy cerca, algo que me incomoda.

—No recojo ni en mi puta casa y voy a recoger aquí, ¡Una mierda!—saca el dedo medio.
La primera vez que sonrío delante suyo.
—No sabía que podías sonreír.
—Si, es un fenómeno que pasa cada mucho tiempo—digo mirando a un punto fijo—ni de pequeña era sonriente.
Suspiro.
—Esto...—me mira y hago lo mismo—no sé dar consejos, pero al menos escucho, si quieres puedes contarme lo que sea.
Es muy raro escuchar decir algo así a Yoongi, pero me agrada.
—Ya...
—Oye... ¿Porqué te...Odian?—pregunta mirándose las manos.
—Por ser yo, supongo.
—No me lo quieres contar, ¿Verdad?
—Bueno... Esa es una parte.
Suspira.
—Yo voy a seguir defendiéndote, sé que ya lo he dicho, pero quiero que te entre en la cabeza.
—No sé porqué.
Suena el timbre, me mira y se va sin decirme nada.

La siguiente clase transcurre con normalidad, algo que me tranquiliza, aunque los nervios vuelven cuando suena el timbre. Tengo que ir al otro edificio.

Salgo por la puerta y suspiro, espero no encontrarme con nadie.

—Hey, Maneul—me asusto, pero se me pasa cuando veo que es Hoseok—¿Qué tal?
—B-bien, ¿Y tú?
—Mejor ahora que vivo con Yoongi.
Espera, ¿Qué?
—¿Porqué vives con él?
—Necesitaba compartir piso con alguien.
—Ah.
—¿Qué clase te toca? Voy a acompañarte, no quiero que te molesten.
—Gracias, pero no hace falta.
—Si, déjame.

No hablamos mucho hasta que llegamos al aula.

—Bueno, me voy a clase, adiós—sonríe.
—Gracias, adiós.

Las clases pasan normal, menos mal, no me han molestado mucho...

Llego a casa y veo a mi madre en el sofá dormida, ¿Dónde está su botella de alcohol? Ah, en la mesa.

Después de comer algo voy a mi habitación, hoy ha sido un buen día, lo que me da miedo, quizá mañana todo empeore. Bah, ya estoy acostumbrada.
Yoongi se ha portado de una forma extraña, esas palabras se han quedado en mi mente,  "¿Cómo te hago entrar en esa pequeña cabeza que me importas de verdad?". Voy a imaginar por un momento que es cierto... ¿Porqué demonios iba a importarle? O sea, una cosa es que me quiera defender porque le parezca injusto el que se metan conmigo y que me odien, pero... ¿Importarle? ¿Qué razón hay?
¡No entiendo nada!
Suspiro. Necesito respuestas.

Decido irme, siempre viene bien dar una vuelta para relajarse.

Salgo muy ligera para salir de la peligrosa calle.

—Eh, ¿Dónde vas?
Voy más rápido pensando que es Jackson, Kunpimook o alguno así. Me agarra del brazo.
—Soy yo, tranquila.