✴Iced Heart✴ Yoongi~

Parte 7 Haneul

No pienso bailar, ni siquiera sola, me niego.

—Venga, inténtalo—su sonrisa es tranquilizadora, pero no lo suficiente.
—N-no...
—Vas a tener que bailar delante de toda la clase.

¿Qué? Joder, no pensé en eso... ¿Cómo voy a...? Imposible.

—Si quieres cambiamos de opción, hacemos otro deporte—dice Yoongi sentado en una silla.
—¿Cual?
—¿Baloncesto?
—Lo odio.
—¿Fútbol?
—Soy demasiado torpe.
—¿Tenis?
—Soy mala.
—¡Pues no te quejes, joder!—estalla en un grito.
—Tranquilo Yoon—habla el rubio.
—¿Yoon?—el pelinegro le mira alzando una ceja.
—Si, suena bien.
—¡No suena bien! Me llamo Yoongi, ¿Okay?
—Vale Yoon—le mira con ojos asesinos—Gi...
—Como seguía, vas a hacer baile ya que no quieres hacer otra cosa—habla sentado en su silla, moviendo su pie nervioso.
—Lo intentaré.

Camino hacia Jimin temblando, sin saber que hacer, mis ojos no son capaz de mirarle.

—¡Genial! Te enseñaré algo fácil.
Coloca una canción similar a la anterior, pero algo más lenta.

Se coloca detrás de mí, su brazo se acerca al mío.

—¿Puedo?—pregunta queriendo tocarme para enseñarme la coreografía, me quedo en silencio por unos segundos, cada vez más roja, hasta que asiento.

Alza levemente mi brazo mientras que coloca el otro.

—Ahora así.
Comienza a enseñarme la coreografía, primero hace un paso él, yo estoy en la posición que me ha puesto.
—Hazlo.
Quiere que imite el paso que ha realizado, pero no sé si podré.
Me muevo levemente, acabando en caída, malditos pies. Yoongi intenta no reír, aunque se le hace difícil, mientras que Jimin sonriente, me ofrece su mano para que me levante.
—Vale, movimientos de pies los justos, ¿Estás bien?—asiento—perfecto, mejor que hagas está coreografía.

Pone otra canción, con un ritmo más marcado y fácil.
—Este baile consta de destacar el ritmo a base de movimientos más fijos.
Comienza a mover sus manos, cuando suena el pulso, sus brazos se mueven de otra forma, casi no utiliza sus piernas, solo para caminar un paso.
—Inténtalo—lo hago, aunque no tan bien, pero me sale.
—¡Genial,choca!—alza su mano y la golpeo suavemente, casi sin rozarla, no estoy acostumbrada a realizar este tipo de interacciones.
—Voy al baño—dice Yoongi de la nada.

Se levanta y se va, en mientras Jimin va enseñándome mas pasos.

—Ahora más suave.
Sigue moviéndose mientras miro como se desenvuelve, que envidia.
Lo vuelvo a intentar y me sale algo mejor que antes.
—Wow, este paso era más difícil.
Quizá es porque no está Yoongi, digamos que su mirada no tranquiliza. Parece que en cualquier momento te va a asesinar.

Pasan unos minutos y el pelinegro vuelve.

—¿Has estirado de la cadena?—pregunta el rubio algo cansado.
—No.
—Que bromista—Jimin ríe.
Yoongi alza los hombros sin entender nada.

Seguimos un poco más, aunque no estoy tranquila pero he dejado de temblar.

—¿Terminamos ya o qué?—pregunta Yoongi sentado.
—¿Qué opinas?—dice Jimin.
—Una mierda, ¿Puedo irme ya?—suspira.
—No seas tan malo, voy a lavarme la cara.

Va al baño mientras yo me siento en una silla al lado del pelinegro.

—Bueno, quizá puedas hacerlo.
—¿En serio?—pregunto emocionada.
—He dicho quizás.

Jimin vuelve algo serio.
—Parece que no era una broma lo de que no has estirado de la cadena.
—Te lo dije—dice con aire victorioso.
Vaya, por una vez el rubio no tiene una expresión de alegría, si no de asco. Aunque es normal, mira que no estirar de la cadena, río en mi interior.

Jimin se coloca enfrente nuestro.
—Creo que podré trabajar bien contigo, lo haces muy bien—sonríe.
—¡Por fin me puedo ir, joder!—exclama Yoongi prácticamente tirando la silla de plástico.

Nos vamos la vez, bajamos en silencio la escalera.

—¿Qué hora es ya?—mira el reloj—joder, son las ocho y media.
—Mierda—tengo miedo a ir sola.
—¿Te acompaño a casa? No quiero que tu madre me mate si te pasa algo por el camino—intenta bromear.
—N-no creo que a mi madre le importe.
Yoongi me mira a los ojos, lo cual hace enrojecerme, basta. Después de unos segundos vuelve a moverse.
—Este barrio es muy peligroso, te acompañaré de todas formas.

Se coloca delante mío y caminamos.

No entiendo porqué se preocupa por si voy sola o no.
El camino lo pasamos en silencio, mirando hacia abajo y alguna vez el rostro de Yoongi, el cual siempre está serio.

Llegamos a casa.
—Adiós—se va.
—G-gracias.
Hacía tanto tiempo que no agradecía nada...