Insomnio [KaiSoo]

9. Roto

Exceptuando a Baekhyun, quien tiene que firmar su contrato y luego será enviado a su nuevo hogar, todos regresan felices al dormitorio.

— ¡Tengo que contarle a Yixing! —se exalta Junmyeon, quien cruza primero la puerta principal, liberándose de sus zapatos con pequeñas patadas. El rubio corre hacia las habitaciones.

— Ay, este hyung. —se le ríe Jongdae— Está tan contento que incluso me dejó utilizar su tarjeta de crédito. —cuenta a los demás— Iré a comprar algunos alimentos para que tengamos una buena comida. ¡Regreso enseguida!

Kyungsoo también está muy feliz. Sigue sin poder creerlo y la sonrisa que trae en su rostro parece un tatuaje que nunca podrá borrar. Se dirige a la cocina por un vaso de agua para calmarse, siguiendo el mismo camino que el moreno hace previamente al entrar antes que él.

Kai deja su vaso vacío sobre el mesón cuando Kyungsoo va por la jarra medio llena a su lado, por eso cuando se voltea, quedan uno frente al otro y se miran.

El tiempo es realmente relativo en ese instante.

Ambos retroceden un paso por instinto y la sonrisa que comparten es algo incómoda, sin embargo, se siente cómplice de alguna manera.

Finalmente es Kyungsoo quien se hace a un lado por completo para alcanzar la jarra y dejarlo pasar, pero el moreno se detiene para hablarle.

—  Felicidades.  —pronuncia mirándolo sobre el hombro y el blanquito tiene que agarrar su vaso con ambas manos para no dejarlo caer.

—  Si, eh~ Para ti también. —responde casi en un murmullo. Kai logra escucharlo y se va definitivamente.

Kyungsoo reconoce que el moreno ha conseguido lo que tanto anheló de pequeño y se alegra al saber que después de todo, podrá ser testigo de aquello; aunque nunca sé imaginó ser parte y eso lo hace aún más increíble.

Por otro lado, Chanyeol quien al llegar al dormitorio se sienta en uno de los sillones de la sala; nota que, entre tanto movimiento, han dejado la puerta principal abierta y se queja cuando se levanta para ir a cerrarla; sin embargo, al mirar hacia el corredor ve al platinado luchando con su equipaje y se recuesta en uno de los marcos para mirarlo, sin intención alguna de ayudarlo.

— ¿Cómo llegaste tan rápido? —inquiere cuando está lo suficientemente cerca.

— Pues... —jadea el pequeño, soltando una maleta que a simple vista se nota más pesada que sí mismo— El señor Lee me trajo personalmente en su auto como parte de felicitación por nuestro debut. —hace una mueca de asco.

Chanyeol ríe sin gracia.

— No puedo creer que de todos los aprendices que hay en el mundo tienes que ser tú. ¡Qué suerte la mía! —ironiza.

El platinado suelta también su gran bolso de mano y se cruza de brazos mostrándose indiferente con el más alto.

— Yo no estoy más feliz de verte, Yoda.

— Mi nombre es Chanyeol. —corrige con una ceja levantada.

— ¿Chanyoda? —se hace el tonto.

— Chanyeol. —repite casi refunfuñando. Ha pasado mucho tiempo desde que le importó que alguien se burlara de sus orejas un tanto grandes, y que sea precisamente este sujeto, lo está volviendo loco.