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JAMES

¿Has sentido alguna vez que has hecho todo mal? ¿Has sentido que les has fallado a todos? ¿Has sentido que alguien está sufriendo por que no has hecho las cosas bien? ¿Has pensado, que tal vez, no eres la persona adecuada para instruir a aquellos que quieres? ¿Has pensado alguna vez que eres un mal líder? ¿Has sido un líder?

Líder. Líder no es quien da órdenes para que los demás hagan todo el trabajo, un líder no menosprecia a su gente y mucho menos la subestima. Un líder ayuda a las personas que lo siguen, un verdadero líder enseña, advierte, apoya, y guía a aquellos que están dispuestos a ir detrás. No por ser menos, si no, porque saben que quien va delante soportaría todo el peligro por ellos. Pero, cuando el líder falla, todo el equipo se cae.

Y eso es exactamente lo que sentí al ver a Nathan en el suelo, casi muerto, por una sobredosis y si eso no funcionaba; la escena prometía un disparo inminente. No pude no sentirme culpable, aunque Nathan y yo no éramos exageradamente cercanos, el era parte de mi equipo, de mi grupo, de mi gente. El demostraba odio constante hacia mí, pero estaba claro que él sabía que yo era su líder, y como tal, merecía su respeto y acompañamiento en las decisiones a tomar.

¿Qué hago dando tantas explicaciones? No lo sé. La mente humana puede jugar muy bien con el dolor.

Sólo puedo decir que la imagen de Nathan en el suelo fue devastadora, fue como revivir lo que sucedió con Richard y que mi "fuerte" corazón volviera a romperse. Pero no fue una rotura como cuando tu novia te deja, fue algo mucho más desgarrador. Sientes que el mundo se te viene encima porque sabes que ya nada tiene vuelta atrás, o al menos cuando alguien que quieres cruza la línea entre la vida y la muerte. Sabes que lo único que puedes hacer es aceptar y seguir, pero te niegas. Te niegas, porque es la naturaleza humana, conoces y amas personas y de repente ¡bum! la misma naturaleza te las quita, dejando un vacío imposible de llenar, con nada más que el dolor de saber que ya nada volverá a ser lo que fue. En ese momento tu cerebro hace algo, algo que te transforma. Algo que te convierte en un ser que de a poco siente rencor hacia la vida, rencor y desconfianza. Algo que hace que siempre estés a la espera de sentir este dolor otra vez.

Mis oídos comenzaron a funcionar mal y las voces eran lejanas. Los recuerdos que tengo de ese día son algo borrosos.

Íbamos en busca de Abigail a la cabaña de la finca y nos encontramos con un Nathan inconsciente, al que de inmediato llevamos a enfermería. Ni siquiera sé cómo diablos llegamos allí, ni quien condujo, pero sólo había dos cosas en mi mente: Nathan, y la culpa de saber que había dejado a Victoria en semejante misión, sola y a la deriva, en la boca del lobo.

En un abrir y cerrar de ojos estábamos en la sala de espera, intentando conseguir paciencia para esperar por novedades. Sólo sabíamos que lo habían internado por sobredosis, y que era posible que no sobreviviera. Todos teníamos los nervios de punta, y nadie hablaba. Sólo Nick, que se movía frecuentemente y preguntaba si alguien quería café. Todo el tiempo. En verdad, no le interesaba si alguien quería uno, solo quería algo que lo distrajera de los nervios y el dolor.

Pasaron dos horas y aún no había novedades de Nathan. Pero sí de Abigail, quien había llegado junto a Victoria no más de veinte minutos atrás. Lahabían internado de inmediato, había pasado días sin comer y sin beber nada, denada. Me pregunté cómo había sido Nathan capaz de hacer algo así, tan cruel.Eso no pudo haberlo aprendido conmigo, jamás los hubiese alentado a hacer estetipo de cosas, sino que, cuando se nos presentaba un trabajo así, se averiguabaquién era la víctima y de ser algo injusto, se la ayudaría en todo. Incluso aescapar.
 Victoria se había sentado a mi lado, y creo que fue por el estrés, que se quedó dormida. Traía puesta una chaqueta, una que se me hacía conocida. Era muy parecida a una que usaba Beth a menudo. Los pasillos del hospital eran calurosos por aquel movimiento masivo de gente que había ese día, y las mejillas de Vick se tornaban cada vez más coloradas. Por lo que tuve la pésima idea de abrir su chaqueta.

Pero me encontré con sangre.

— ¿Qué demonios? — Soltó Ryan que observaba la escena desde el asiento del frente.

— No lo sé. — Es todo lo que pude acotar, estaba atónito. Carraspeé. —Victoria, despierta. —Comenzó a despegar sus ojos.

— ¿Vino el doctor?— ? ¿Hay novedades? —Dijo en medio de un bostezo.

— Las únicas novedades es que tienes la maldita camisa llena de sangre. —Intervino Nick. Logan sólo asintió.

— ¿Qué hiciste, Victoria? —Pregunté por fin.

— Beth... le disparé, dos veces. —Me asustó que no hubiese culpa en sus ojos.

— ¿Qué, por qué?

— Cuando estaba pidiendo ayuda en la carretera, ella se detuvo, y quiso dispararle a Abigail. No tuve opción. Le di un disparo en cada rodilla y la dejé allí, vine en su auto.

No sé que me asustó más entonces; si lo que sucedió con Beth, o el miedo a que Andrade se enterase que su reciente "adquisición" hubiese ayudado a escapar a la "hija" de La Reina Roja, o que en ese momento una llamada de el mismísimo Andrade estuviese entrando en mi móvil.

— ¿Hola?

— Quiero que me escuches bien, James. O me traes a tu zorrita y a la otra a la que ayudó a escapar, para que las asesine yo, o los buscaré a los tres y haré que tú las mates. — Respiré hondo.

— No sé de qué demonios me estás hablando. ¿Quién es mi zorrita? No entiendo nada, jefe. —Intenté sonar creíble.

— Victoria. Victoria es tu zorrita. Y ayudó a escapar a la hija de mi peor enemiga. ¡Beth me lo contó todo!

— Victoria está a mi lado, lo ha estado toda la mañana. Hemos traído a Nathan al hospital porque no lo encontrábamos por ningún lado, y al fin apareció inconsciente por sobredosis en aquella vieja cabaña... Estamos en emergencias ahora mismo, esperando por noticias. Así que, Andrade, viejo, no sé de qué nos acusas. Pero estoy seguro de que ya no puedes confiar en Beth y mucho menos, no volver a contarnos tus planes a todos.

— Hija de puta... —Susurró. —Cuando Nathan despierte, lo voy a asfixiar con una bolsa plástica. Pero primero dejemos que crea que puede recuperarse y salir adelante. Tú te encargas, James. Hasta que mis hombres lleguen a buscarlo. Me las va a pagar. — Colgó.

— ¡Maldición!

— ¿Qué sucede, James? —Intervino Logan.

— Sucede que otros hombres de Andrade vienen por Nathan. Sucede que no podemos dejar que lo asesinen y también sucede que no pueden ver a Abigail aquí. Y no nos olvidemos, que si ven la sangre en la camisa de Victoria, todo nuestro maldito plan, se irá al diablo. —Hablé tan rápido que no sé si lograron entenderme. Pero las mandíbulas de todos rozaban el suelo, así que supuse que sí.

— James, quiero hablar contigo, en privado y ya mismo. —La cara de Victoria al decir esas palabras me incomodo bastante.

Sin decir más nos levantamos y nos alejamos de donde nuestros amigos se encontraban.

— Te escucho...

— Debemos huir y buscar protección. Ustedes no están dispuestos a que Nathan muera y saben que no hay alternativa, lo mismo me sucede con Abbs. Deben dejar a Andrade, James. La única opción que tienen es traicionarlo.

— Es una locura, Victoria. Nos encontraría en menos de dos días y nos haría picadillo, lo sabes. Deja de delirar.

— No lo hará si siguen mi plan.

— ¿Cuál es tú plan?

— Nos uniremos a La Reina Roja. Después de todo, solo me falta un mes para asumir el imperio. 

Espero les guste, los amo.

Angel With Broken Wings. 

Peligrosa VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora