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JAMES

A veces, simplemente no puedes obtener lo que deseas, simplemente aquello que quieres merece algo mejor que tú, y tú mereces algo mucho peor que aquello. A veces es mejor no insistir.

Después del casi beso, llevé a Victoria a su residencia. El viaje fue lo más incomodo que viví en mi vida y el aire estaba tan tenso que podría haberlo cortado con un cuchillo sin mucho esfuerzo.

A pesar de todas las incomodidades, fue un momento demasiado intenso como para olvidarlo tan fácil. Y eso, que no fue más que un... en realidad no fue nada. Pero me dejó tan descolocado, que cuando volví a la fraternidad, después de algunos porros, tuve que descargarme con Beth. Se lo hice de todas las formas y colores, pero su rostro no dejaba de transformarse en el de Victoria, una y otra vez.

Todo eso me puso un poco mal, yo estaba pensando en ella de esa manera, tan pasional, aunque sólo quería follármela. Maldita cosa de los seres humanos. Queremos lo que no podemos tener.

Ese día, cometí tantas imprudencias con respecto a mi trabajo y también a mis hermanos, que solo quería dormir. Y no despertar jamás.

No veía a los chicos desde que había salido corriendo a buscar a Victoria, aún no sé qué es lo que estaba haciendo allí. A decir verdad, me sorprendió muchísimo. Quizás simplemente fue por algún motivo relacionado a la falsa empresa de moda, pero no estaba seguro. Victoria, muy bella, buenas curvas, buena estatura, y un carácter de infarto. Lo que yo más esperaba entonces era que tuviera un cerebro de infarto, también. Podría haber sido modelo, o algo por el estilo.

Claro que fue por eso, y solo por eso por lo que la seguí, aunque no le pregunté en ningún momento que estaba haciendo allí.

Y otra vez me quedé dormido con la imagen de la espalda desnuda de Beth, pero por algún motivo, no sólo parecía más fría esa noche, sino que también más lejana.

*

Desperté a las seis de la mañana. Beth estaba por irse, pero fingí estar dormido, para ver qué pasaba todas las mañanas mientras yo descansaba.

Extrañamente, la colorada, me dio un beso en los labios, y acomodó mi colcha para que me cubra todo el cuerpo. Me pareció un gesto demasiado exagerado para hacérselo a la persona que solo tienes para pasar un buen rato, después de todo era eso lo que habíamos acordado.

— ¿Realmente Beth no siente nada por mí? –Me pregunté.

Esperaba que no, no quería tener que romperle el corazón. Era una buena chica, además de ser hermosa y muy inteligente.

Bajé las escaleras para encontrarme un panorama no muy bueno en el living de la fraternidad. Ryan, Logan, Nathan, Dylan y Nick estaban sentados en los sillones, sus rostros eran la preocupación viva y tuve miedo de acercarme a ellos.

— Era hora de que movieras tu trasero, James. — Exclamó Nathan con una voz desagradable. Lo odiaba tanto, siempre deseó mi puesto y al no conseguirlo, su consuelo era tratarme mal cada bendito día de esta vida.

— Si, sé que lo extrañabas. — Le sonreí, irritándolo.

— ¿Qué cojones estabas pensando ayer cuando nos dejaste tirados en la casa de la bruja?— Ryan fue el primero en recriminármelo.

— Podrían habernos matado...— Continuó Logan.

— Pero por suerte, me tome la molestia de ir a buscarlos yo mismo. Y por eso, me debes una, James...— Dijo Nick mientras una sonrisa maliciosa florecía de sus labios.

Peligrosa VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora