Morir

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MORIR

11

Cato lo mira de lejos, ahí está, Tresh, mirando su hacha como si fuera un trofeo. Cato toma la lanza sin hacer ruido, no hace ni un poco de ruido cuando se desliza entre el crecido pasto.

Tresh se voltea intuyendo algo pero al no ver nada vuelve a concentrar su atención en el hacha.

La lanza vuela velozmente hasta estrellarse en el hombro de Tresh y atravesarlo.

-Buenas noches- dice Cato saliendo de entre la hierba. El brazo derecho de Tresh sangra profundamente y probablemente sea incapaz de usarlo. Está muerto.

-¿Vienes a vengar a tu compañera? - le pregunta Tresh sonriendo mientras toma el hacha con su mano izquierda -No me arrepiento, merecía morir, mato a Rue.

-¡Crees que me importa tu compañera muerta! ¡Ojalá se esté pudriendo en el infierno! - grita Cato, tan animal como cuando mato a Will.

Eso claramente hizo enojar a Tresh, se levanta furiosamente y blande el hacha con más destreza de la que esperaba considerando que está usando su brazo izquierdo. -¡CATO, CATO! - grita Tresh imitando mi voz -Tú y ella no eran más que unos cobardes malditos y asesinos... ella merecía morir, no Rue.

Cato sonríe, y saca velozmente una de las espadas que tenía cruzadas en la espalda. -¡TE VOY A MATAR! - grita Cato blandiendo la espada.

-Genial, inténtalo- sonríe Tresh.

Cato corre hacia él. Casi en el momento exacto en el que vuelve a llover, épico, una pelea en la lluvia. Lo que el Capitolio quiera.

Aunque queríamos terminar con todo lo más rápido posible la realidad era que antes de matar a alguien debíamos tomar agua y comer algo y ya que todas nuestras provisiones habían desaparecido en la explosión estábamos bastante débiles.

-¿Sabes algo? - me dijo Cato mientras avanzábamos -Tenías razón, debimos haber practicado un poco en los puestos de supervivencia- me dijo y casi pareció que le había hecho gracia el estarnos muriendo de hambre.

Lancé el cuchillo y le dio directo a un desgraciado conejo que pasaba por ahí.

-Siempre puedes confiar en mi buena puntería- aunque a pesar de que teníamos ya el conejo no teníamos agua así que en realidad no estábamos muy bien. Decidimos seguir cuesta arriba y no comer hasta que tuviéramos agua.

-Mira, ahí- dijo Cato señalando al piso, un pequeño riachuelo pasaba cerca de nosotros, así que de inmediato lo seguimos y llegamos a una pequeña laguna que nos encontento de inmediato.

-¿Te imaginas tomar un buen baño? - dije sonriendo mientras miraba el agua.

-¿Por qué no tomas uno? - me dijo él sonriendo extrañamente y yo suspiré.

-Ya quisieras- le dije

Cato rió como pocas veces lo hacía -Entonces yo tomaré uno- dijo mientras se sacaba la chaqueta y la playera.

-Aja... y si alguien nos ataca ¿Qué? - dije yo entre sonrojada y molesta.

-Clove, casi anochece. ¿Quién nos atacara? Los del 12 deben estar dando su espectáculo, la pelirroja es una debilucha y Tresh seguro no saldrá de su zona segura a menos que sea verdaderamente necesario- me dijo sonando muy seguro.

-Pero que sea rápido- le dije y él sonrió

Al parecer el Capitolio quería ver romance esa noche ya fuera de nosotros o de los del 12 y antes de que fuera naturalmente posible ya había oscurecido.

El corazón de un asesino Cato y CloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora