sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴀ ᴛᴜ ʟᴀᴅᴏ •ɪɴ ᴀ ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛ• [BORRADOR]

El dramático y enigmático Jonathan Anderson

SHERWIN

Desde que conocí a Jonathan me ha parecido todo un misterio, realmente la personalidad de este chico era muy voluble de vez en cuando así que no podía, al menos por ahora, conocerlo del todo. No obstante si de algo estaba muy seguro es que hoy conocería una nueva faceta de él y estaba tan emocionado de descubrirlo, aunque si bien esto podría resultar con buenos o malos resultados, tenía unas altas expectativas así que no quería que esta situación me arruinara el día por tan solo pensar mal de él.

Esa tarde, al salir del colegio, regresé a casa sediento, me cambié el uniforme,  terminé mi almuerzo lo más rápido que pude y fui a la casa de Jonathan a saber que era lo que le pasaba. Además que aprovecharía ahí también de pedirle los apuntes que me prometió hace dos días, que claramente se había olvidado.

—Hola, Sherwin

—Hola, señora Anderson... quería pedirle unos apuntes a Jonathan.

—Ah, bueno pasa —ella se puso a un lado y antes de que pudiera subir las escaleras, recalcó — A Jonathan le ha dado un fuerte dolor de estómago   ¿podrías ayudarlo a que no se atrase en nada de la escuela, Sherwin?

—Oh, claro, no se preocupe —y sin más preámbulos subí hacia la segunda planta

Cuando llegué a casi tocar la puerta de  su habitación me percaté que no lo había cerrado completamente, había una pequeña rendija que mostraba como se quejaba y no específicamente de dolores estomacales.

—¿Cómo diablos pude hacer esto? Me verá como un completo pervertido cuando se entere...

Había un montón de dudas en mi cerebro en ese instante. Mi curiosidad creció aún más cuando apenas podía entender de lo que hablaba quería saber más, pero no llegaba a escucharlo, así que me acerqué un poco más a la puerta para mejorar mi versión del caso. ¡Ni los casos de la Doctora Polo eran tan interesantes!

—No sé que hacer, gato ¡no sé que...!

Y ahí me encontraba yo, tirado en el piso muy avergonzado, me había caído por un mal paso que había cometido, mi equilibrio me había traicionado en el momento más inoportuno posible.

En conclusión...

¡Mi torpeza lo hizo de nuevo!

—¿Sherwin?

La expresión de Jonathan cambió de un momento para otro, ya no parecía estar frustrado y preocupado ahora se encontraba confundido y completamente pasmado.

—Ehh... No sabía que hablabas con gatos, Jonathan — reí levantándome y diciendo lo primero que se me vino a la mente

—Pff~ So-solo trataba de... ¿Desde cuando estas ahí?

—Jonathan, yo vine a hacer las preguntas.

—¡Hey! Pero estabas irrumpiendo mi espacio personal.

—Tal vez tan solo un poquito, pero fue necesario.

El dejó en una pequeña mesa la infusión que tomaba, se paró de la cama y se colocó frente mío.

—¿Ves eso, Sherwin? Mi mamá me lo preparó, porque me siento mal, me duele el estómago y siento dolor de garganta.