Tómame

Huir

Cuando no soportas la monotonía de una vida en la que te tocaron personas que te hacen odiarla huir es la única opción para intentar ser feliz. Y eso hice, por eso ahora estoy donde estoy. Gracias a que tuve el valor de arriesgarlo todo y me fue bien.
Tenía miedo de la vida fuera de las cuatro paredes de mi casa y más porque mis padres eran de esos que si hacía algo que no aprobaban lo primero que te gritaban era que fracasarías totalmente.
Yo creo en Dios, y por amor a él fue que aguanté tanto tiempo en esa casa hasta que me dije a mi misma que ahora era el turno de Dios y que él tenía que amarme y apoyarme en donde quiera que vaya (y así fue).
Era un tarde en la cual era mi ultimo día de preparatoria, iba en tercer año y se suponía que debía de estar preparando todo para mi graduación y no para huir de casa, pero bueno como bien dicen "nada es lo que parece". Yo estaba decidida, aunque tenía miedo puesto que uno de mis sueños siempre fue estudiar medicina (y lo logré, pero no gracias a la ayuda de mis padres). Entonces lo hice. Siempre he sido ahorradora, así que tenía una cantidad de dinero suficiente para viajar a la Ciudad de México, rentar un cuarto y poner un negocio propio. Y eso me generaría ingresos para pagarme la universidad. Siempre fui buena con las matemáticas, invertir y generar más ingresos de dinero, estaba consciente que no sería fácil puesto que es un contexto diferente pero bueno, no tenia otra opción.
Me fui, con miedo pero con el pensamiento de que merecía ser feliz, tener éxito porque estaba preparada intelectual y mentalmente para ello.
Luché mucho para llegar a estar donde estoy ahora, siendo una de las mujeres más importantes en el mundo de los negocios, independiente sin ayuda de nadie más que de Dios y mi inteligencia. Brillar en un mundo donde los hombres usualmente son los protagonistas, y menos aún cuando entre los que se oponen está... él.