Decepción

1.6K 36 1
                                    

Nos soltamos. Yo ya estaba más tranquila, aunque me dolía demasiado, recibir su cariño aliviaba cualquier dolor.

Nos observábamos el uno al otro como si estuviéramos analizando cada partícula de nuestro ser.

-Eres... -Omar no terminó de hablar. Estaba nervioso. Nunca lo había sentido nervioso, pero me gustó. Se miraba tan inocente. Tan tierno. Me inspiraba querer abrazarlo y consentirlo, como si fuera mío.

-Shhh. Mejor así. No digas nada. -Respondí ya que él no pudo decir nada más.
En ese momento ya no era mi habitación, ya no pensaba en el horrible ardor de mi trasero, ya no había un viaje próximo y absolutamente nada que pudiera robar mi atención. En ese momento solo era él. Yo. Nosotros. Simplemente solo éramos.

Pasaban los minutos pero aún seguíamos viéndonos, como si dejásemos que nuestros ojos tuvieran una conversación larga. Conociéndose por completo, desnudando el alma y revelando secretos. Los secretos más íntimos que podíamos tener.

Yo lo quería. En verdad, sentía que algo en mi crecía entre más tiempo pasaba con el. O pensando en el. Simplemente se encontraba en constante crecimiento.

-Omar, mírame. -Le dije en un tono serio.

-Si, dime... -El por su parte seguía nervioso. -Seré lo que tú quieras que sea. Puedo entregarme por completo a ti, puedes ser el primer hombre en mi vida y el único. Solo tengo una condición y es que...

-¿Deje a las demás, cierto? -Habló interrumpiéndome. Sinceramente eso era lo que a mí me detenía para entregarme a él por completo.

-Así es. Así como tú barrera es no tener poder absoluto sobre mi. Mi barrera son todas tus mujeres. En verdad te deseo tanto, pero de solo imaginarte con alguien más, simplemente mata todo lo que siento por ti.

El solo me observó. Ya no decía nada. ¡Estúpido! Quería tenerme sin dar absolutamente nada. Ya me estaba enojando. Sin duda siempre podía cambiar de emociones de un momento a otro tratándose de él. A veces lo quiero, pero a veces lo odio. Ni yo puedo entenderme por completo. ¿Cómo describir esto que siento? Si puedo odiarlo y desearlo al mismo tiempo. Y no se porque sentimiento me inclino más, creo que son 50 y 50. Solo eso me faltaba. Mi cerebro estaba en un colapso, no encontraba respuesta alguna para esta situación.

-Ya es hora de irnos. Alístate, te espero abajo. -Fueron sus palabras mientras se alejaba de mí a paso firme, como si nada hubiese pasado.

Tengo demasiadas dudas en mi cabeza. Me siento confundida por una parte y por otra, decidida. Soy dos mitades con un mismo fin: él. La única diferencia es que una de mis mitades se da su lugar mientras que la otra se rinde sin objeción alguna ante sus deseos. Pero tengo que ser realista, no seré feliz compartiendo un hombre con sabe cuántas mujeres. No puedo. Pero tampoco soy capaz de dejarlo. De solo pensar en sus manos sobre mi cuerpo, de verlo tan posesivo, tan dominante, de recordar su voz tan grave y autoritaria.. Sus ojos, es tan jodidamente perfecto. ¡Maldito! Me gusta tanto.

Si tienes dudas de algo, no hagas nada. Escribí en mis bloc de notas para recordarme lo que yo le diría a alguien que estuviera en una situación como la mía. Por qué claro, yo no seguiría el consejo.
Estoy terminando de empacar ahora sí, me cambié rápido; solo me puse la pijama y salí. Quería por lo menos estar lo más cómoda posible aunque eso era algo que no lograría. Cada paso que daba mi trasero punzaba, era un sacrificio enorme tener que caminar.
Empecé a llorar, se me hacía una eternidad ir hacia el auto. Nunca en toda mi vida me imaginé que me podría doler tanto.

Por fin llegué, el chofer se encargó de poner mi equipaje en el auto, estaba abierta la puerta trasera del coche y Omar puso la mano en el asiento indicándome que me subiera. Fue horrible. Cualquier cosa que hiciera y no hiciera recaía sobre mis nalgas provocándome un terrible ardor. No quiero ni imaginarme cómo han de estar para dolerme tanto.

Tómame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora