El ciervo enfermo

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Yacía un ciervo enfermo en una esquina de su terreno de pastos.

Llegaron entonces sus amigos en gran número a preguntar por su salud, y mientras hablaban, cada visitante mordisqueaba parte del pasto del ciervo.

A final, el pobre ciervo murió, pero no por su enfermedad, sino porque ya no tenía de dónde comer.

"Más vale estar solo que mal acompañado."

Fábulas de EsopoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora