El asno que cargaba una imagen

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Una vez un asno debía cargar la imagen de un dios griego y transportarla hasta un templo. La llevaba en andas por las calles de una ciudad, y por donde él pasaba la multitud se postraba ante la imagen haciendo reverencias.

El asno, pensando que se postraban ante él, levantaba la cabeza orgullosamente, dándose aires y negándose a dar un paso más.

Su amo, viéndolo detenido, le llamó la atención y le dijo:

- ¡Oh, cabeza hueca, todavía no ha llegado la hora en que los hombres adoren a los asnos!

"Nunca tomes como tuyos los méritos ajenos."

Fábulas de EsopoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora