Un perro, de esos acostumbrados a comer huevos, al ver una almeja no lo pensó dos veces, y creyendo que se trataba de un huevo se la tragó inmediatamente. Lastimadas luego sus entrañas, se sintió muy mal y dijo:
- Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo que veo redondo son huevos.
"No hagas algo sin antes pensarlo, así te ahorrarás muchos problemas."
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Fábulas de Esopo
RandomUna recopilación de aproximadamente 100 fábulas con sus respectivas enseñanzas Los publico porque me considero un gran fanático de fábulas desde mi niñez, y ¿qué mejor que mantener estas pequeñas historias en pie? Esta más que claro que no me perten...