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Once estaba atenta a cualquier ruido que se presentara, seguía hecha un ovillo entre sus mantas y sentada en el sofá, Hopper no llegaba así que maldijo por lo bajo. La voz la había asustado, no por el hecho de que venía por ella, si no porque no conocía al portador, ni cómo se había metido en su cabeza, definitivamente eso no era algo bueno.

Doce estaba deambulando por el bosque, había visto millones de veces a través de los ojos de las personas que veía diariamente en el laboratorio, aprendiendo sus rutinas y encontrando algo de diversión en ello, su habilidad de ver a través de los ojos de otras personas era su mayor entretenimiento en esa prision que era el laboratorio.

Observó la cabaña del Sheriff a lo lejos, finalmente la había encontrado, cuando Brenner le había dado las fotos de la niña para encontrarla se obligó a memorizar donde se encontraba y con quien, era su deber moral protegerla y estar pendiente de que "Papá" no la encontrara, no querría que nadie volviera a ser una rata de laboratorio, nadie merecía eso.

Una vez que llego a la puerta, usó sus poderes para quitar todos los seguros, con un leve toque abrió la puerta y suspendió a Once en el aire para evitar que huyera o se moviera demasiado como para intentar algo.

-Hola Once.- Habló tranquilamente.-Descuida, no vengo a hacerte daño...- La bajo lentamente pero aún no la dejaba ir, necesitaba saber qué no la consideraba una amenaza.-¿Me recuerdas?-La niña negó con la cabeza mirándola de arriba abajo.

Ella bajó sus brazos dejando de usar sus poderes, Once desconfiada pero con una tremenda curiosidad se acercó a la chica y le tomó el brazo girándolo, abrió la boca cuando vio escrito en tinta negra "012".

-Soy como tú.- Habló de nuevo la chica.

-¿Eres mi hermana?- habló la menor, con un hilo de voz.

-No, no lo soy-Doce le tomó la mano y la unió con la suya.-Pero podemos estar juntas de nuevo. Tal vez no recuerdes mucho de mí, pero antes, cuidaba de ti cuando eras muy pequeña.

Se acuclilló para mirarla mas de cerca.- Antes de que papá empezara a experimentar conmigo y después contigo.-Once tenía pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos, no podía creer que alguien se hubiera preocupado por ella en ese entonces.

-Me opuse a que te hicieran esto. Por eso me separaron de ti.-Doce escucho pasos acercarse fuera de la cabaña.-Tengo que irme.- Se levantó y fue hacia la ventana de atrás. Pero antes de que pudiera abrirla, Once le tomó el brazo.

-¿Volverás? Aún tengo muchas preguntas...

-Lo prometo.- La soltó y salió de la casa por atrás, evitando que alguien la viera y posiblemente preguntara cosas.

Sin embargo la noche en el pueblo no se sentía tranquila, Doce aceleró el paso en cuanto el olor a podredumbre empezaba a aumentar, tanto que tuvo que cubrirse la nariz.

Una vez que salió a las calles busco alguna tienda que tuviera ropa, hizo puño su mano y reventó el cristal, afortunadamente las calles estaban solas, ningún alma pasaba por ahí, se cambió con lo que encontró de su talla y salió nuevamente, un ruido gutural se escuchó desde los bosques así que empezó a trotar, casi correr.

Algunas casas estaban alumbradas y sonaba música a lo lejos, distraída con la vista no se percató de que alguien más también iba corriendo hasta que chocó con el hombro de ella, haciendo que ambos cayeran al pavimento por lo rápido que iban.

-Lo siento...- murmuró ella, levantándose.

-No me fijé por dónde iba, lo siento.- respondió otra voz rápidamente, esta vez masculina.

DOCE || Stranger Things ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora