16. Eres una droga para mí...

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QUE HAMBRE!!!....

Estoy tumbada en mi cama con un gran deseo de comerme lo que encuentre, pero no quiero salir de mi habitación, solo para no encontrarme al gruñón de Matthew.

Pero tengo tanta hambre!!.

Me levanto de mi cama, para ir hacía la puerta y ver si no hay nadie.

Por ahora no eh percibido el movimiento de nadie, veré si puedo ir a la cocina sí que nadie me note.

Salgo de de la habitación, con suma cautela, empiezo a bajar la escalera para llegar a mi objetivo; Comida.

Estoy en la entrada de la cocina.....

Ya estoy en la majestuoso refrigerador.....

Oh... por el Dios divino!....

Es....es....es...PASTEL!!!!

Agarró un pedazo con mis manos y comienzo a comer, como si hubiera durado un año sin comer.

Sí mi madre me viera, se hubiera avergonzado de mí.

Ella siempre decía: "Una señorita siempre tiene que tener educación al comer, no se usan las manos Ángela!".

Pero ahora tengo hambre, cuando hay hambre, no hay educación.

Sigo atragantandome con el pastel.

- Ángela?..- Oh,oh. Volteo a ver al dueño de esa voz.

Ah!, Solo es Matthew.

Me Como el poco que quedaba, y saboreo mis dedos.

- Que haces tan tarde aquí?- pregunta recostado en el marco de la puerta un poco curioso y algo divertido.

- Que más?, No ves que estoy comiendo?.- el se acerca.

- Lo veo, pero lo que pregunto es por qué no le pediste a Marta que te preparara algo, sí tenías hambre?.- saca una servilleta, que no se dónde rayos buscó, luego me limpió la comisura de mis labios.

Primero observo como su mano limpia cariñosamente mí mejillas, luego fijo mis ojos a su rostro.

Su rostro es muy difícil de escudriñar, solo veo en el seriedad. Pero lo que más me sorprende es que hay momentos que esa seriedad cambia a tristeza.

Sostengo una de sus mejillas con mis manos, el me toma desprevenido.


Me mira, con sus hermosos ojos azules.



- Que haces?- pregunta confundido.




- por qué eres así?..... Tan serio- digo casi en un susurro.



El se separa de mí y se aleja un poco de mí.

- Eso no debe importarle a usted.- dice y se marcha.

Que?...

Me quedo algo en shock.

Es cierto, que me debe importar!.

Soy una estúpida boca floja, siempre hablando.

Me dirijo al jardín, para disfrutar de las estrellas, y me recuesto En el pasto para poder admirarla mejor.

Expulso todo el aire retenido en mi pecho, y inhalo el delicioso aroma del jardín.

- Soy yo o este jardín, no tiene aroma a jardín.- me pregunto para mí misma.

Me levanto y visualizo ( o trato de visualizar) el jardin, ya que solo la claridad de la luna y las estrellas, son las que iluminan el jardin.
Todo lo que veo es, un árbol ( que creo que es de manzano) , unas cuantas rosas que parecen ya marchitas y secas.

Ok, para ser un multimillonario, no tiene buen mantenimiento.

Mañana mismo trataré de darle vida a este jardín, ya que estaré aquí, tengo que buscar algo para pasar el tiempo.

Antes de marcharme, escucho el sonido de un pajarito.

- Que raro... A estas horas las aves duermen.- me dirijo a donde proviene el pequeño sonido.


Sip, Se qué dirán que soy muy curiosa.

Pero vivo de la curiosidad!, bueno hasta que me mate.

Pero naaaa.... Seguiré con ella.

Me encuentro en un pequeño arbusto, y visualizo una pequeña Avecilla.

Oh pobrecita!

- Te has lastimado pequeña.- le pregunto, sabiendo que no me contestará. Luego con todo el cuidado la agarro.- te curare y te cuidaré pequeña.

Me dirijo a la casa con la pequeña ave, y así darle que comer y poder revisarla.

Agradezco mucho a mí padre por llevarme a ese campamento, donde aprendí muchas cosas, una de ellas curar animalitos.

Subo con cuidado las escaleras y me dirijo a mí habitación.

Por qué si el señor gruñón, sabe algo de seguro se enojara más de lo que siempre está.

Pero creo que eso es muy difícil.

Coloco la Avecilla En una pequeña caja donde tenía mis zapatos deportivos. Pero primero busco un pedazo de tela vieja para acomodarlo.


La reviso con cautela, y solo encuentro una pequeña fractura en una de sus alas. La envuelvo con un poco de Gaza y dos palitos, busco la cinta pegante y todo listo.

La pequeña solo se acomoda y se acurruca en la caja.

Yo solo la miro afligida.

- Pobre pequeña, quiciera tener tus alas y volar lejos. Ser libre como tu...



Narradora:

Lo que no sabía Ángela, es que alguien la veía, y escuchaba.

Ese era Matthew.

El solo se limitó a alejarse de la puerta.

El comenzó todo con un propósito, pero sin saber que iba a terminar con otro.

- No puedes volar pequeña y hermosa Avecilla, por qué eres una droga para mí.- Dice Matthew susurrando, y se marcha.






Hello!.

Mis queridísimos lectores, quería decirles que no muerdo. Ustedes pueden comentar lo que quieran, hasta un emoji.

Para los primeros que comenten y compartan mí historia, serán incluidos en ella.

Besos hasta el próximo capítulo ; ).



Deseo Prohibido I . (Completo✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora