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Tobias
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— ¿Ha visto a Tris? Usted sabe... Pelo rubio, un poco baja — dice Tobias a otra persona que ande por la calle. Anda preguntándole a todo el mundo que ve de ella. Ha estado así estos dos últimos días desde que Marcus se llevó a Tris.
— Aléjate, niño — dice él alejándose de Cuatro.
— Cuatro...
— ¡Tiene tres cuervos tatuados en su clavícula izquierda! ¡Dime que la has visto! — corro hacia Cuatro y lo aparto de él y lo arrastro hacia el tren.
— Cuatro, hay que irnos — digo — . Preguntaremos allá.
***
Acompaño a Cuatro hasta su apartamento en La Oficina.
— Creo que te veré mañana — digo.
— Adiós — Cuatro entra en su apartamento.
Busco en mi bolsillo las llaves del mío y cuando estoy a punto de irme, Cuatro grita:
— ¡Christina! ¡Ven acá!
Entro en su apartamento. Cuatro está parado justo en frente de la puerta, bloqueándome la vista de lo que sea que hizo que me llamara.
— ¿Qué pasó? — digo. Cuatro se aparta y me deja ver a un niño de unos catorce años sentado tranquilamente en una de sus sillas.
— Te lo preguntaré por última vez: ¿Eres Tobias Eaton? — dice él sentado de brazos cruzados viendo fijamente a Cuatro.
— ¿Por qué te lo diría? — dice Cuatro.
— Te podría ayudar. A encontrar a Tris.
Cuatro se queda aturdido. Es obvio que ninguno de los dos esperaba eso. Él piensa un poco su respuesta hasta que al final dice:
— Si, soy yo. ¿Quién eres tú?
— Tom. Tengo diecisiete años. Vengo de la frontera — dice Tom mientras se para.
Ahora puedo verlo mejor. Mide más o menos lo mismo que yo, y tiene unas cualidades que me desconcentran.
— ¿La frontera? — pregunta Cuatro.
— Si. Donde viven los más pobres. Los que darían lo que sea por un pedazo de pan — dice Tom — . Como unirse a Marcus y raptar a alguien.
— ¿Cómo sabes eso? — dice Tobias.
— Mi papá. Él aceptó ir con Marcus. Yo escapé antes de montarnos en el tren.
— ¿Hay que ir en tren? — pregunto.
— No creíste que Marcus se la llevaría a un lugar cerca de aquí, ¿O sí? — pregunta Tom alzando una ceja.
— ¿Sabes qué le va a hacer? — pregunta Cuatro.
— ¿Me ves con cara de que sé? Marcus se negó a decir algo hasta que fuéramos con él.
— ¿A dónde?
— El Plano — dice Tom sacándose un pellejo indiferentemente.
— Explícate mejor — digo — ¿Qué es eso de El Plano?
— Él solo dijo que lo construyó para tener suficiente gente que lo defienda. Un lugar que parezca un hogar — explica Tom — . Para que ella se sintiera como en casa.
— ¿Dónde queda eso? — pregunta Cuatro.
El niño en respuesta sólo se encoje de hombros y saca una radio de su chaqueta.
— ¿Para qué es eso? — pregunto.
— Mi amigo, Daniel, se mudó hace unos días con su padre — dice Tom — . Él me dio esta radio y me dijo que la usara para comunicarme con él.
Tom presiona un botón en la radio y luego la acerca hacia su boca y empieza a hablar:
— ¿Daniel? ¿Daniel, me copias? — llama Tom por la radio.
— Te copio. ¿Qué pasa? — dice una voz desde el otro lado del radio.
— Ya lo encontré.
— Bien. Tengo noticias que darte — dice Daniel sin mucho ánimo — . Marcus y Tris llegaron hoy al mediodía.
¿Ahora es que acaban de llegar? ¿A qué lugar tan remoto se la llevó como para tardar dos días seguidos de viaje?
— ¿Sabes algo de la ubicación de El Plano? — pregunta Tobias quitándole la radio de la mano a Tom.
— Devuélveme a Tom — amenaza Daniel.
— Está bien, Daniel — dice Tom acercándose a la radio — . Él es Tobias. Tobias él es Daniel.
— Un placer — dice Daniel en tono sarcástico — . No. Todavía no estoy seguro. Aunque podría jurar que estamos en... — Daniel se calla. Esperamos a que vuelva a habla hasta que solo dice: — Mi padre volvió. Me tengo ir. Cambio y fuera.
— Vamos a ver las grabaciones. Debe haber algo en ellas... Aunque sea lo más mínimo de información — dice Tom guardando la radio y caminando hacia la puerta — ¿Vienen o qué?
Cuatro y yo intercambiamos una rápida mirada y lo seguimos.
— ¿Está mintiendo? — me dice Tobias al oído. Tuvo que agacharse un poco, pero aún así sigue caminando.
— No, siempre ha dicho la verdad. Creo que hoy es nuestro día de suerte — digo igual de bajo que él. Al menos, yo si confío en él.
Seguimos avanzando por los pasillos, hasta que Caleb aparece por una de las puertas con una cara de angustia.
—– Que alivio. Aquí están — dice Caleb. Parece no haber notado la presencia de Tom.
— ¿Qué quieres? — pregunta Cuatro de mala gana.
— A Peter... Bueno... Tienen que... Mejor vengan — dice Caleb volviendo por donde vino. ¿Por qué está tan nervioso?
***
En el hospital nos envían directo a la habitación de Peter. Es raro venir al hospital para hacer otra cosa que visitar a Tris.
En su habitación hay una camilla con Peter encima cubierto por una manta. Tiene el brazo envuelto en vendas. Él sólo mira al techo pensativo.
— ¿Qué le pasa? — dice Tom por primera vez que estamos con Caleb.
— ¿Qué no es obvio? — dice Peter sentándose — ¿No ves los vendajes? ¡Me van a amputar el brazo! — él empieza a ¿llorar? — ¡Voy a perder el brazo sólo por alguien a quien casi ni conozco!
Se me hace difícil ir hasta él y consolarlo. Él sigue siendo Peter, y eso nunca cambiará.
— Los doctores dijeron que el cuchillo estaba oxidado. Eso hizo que se le infectara el brazo entero y... Bueno... — Caleb no termina de decir lo que sea que iba a decir
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Nota de la Autora
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Yo sé que hoy no es sábado (y ojalá lo fuera) pero acabo de ver que llegamos a las 1.500 visitas y 100 votos.
Estoy tan feliz que quise complacerlos con un cap extra. ¡Besos!
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Divergente ~ ¿Por qué yo? [Editando]
Fanfiction~~ESTA HISTORIA CONTIENE SPOILERS DE LEAL~~ "No es un espejo, es real. Somos dos. Tienes que ser valiente, Tris" Después de un año entero de estar en coma, Tris despierta de la "siesta" en la que se sumergió al reiniciar a La Oficina. Cuatro...