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Daniel
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Despierto en un cuarto oscuro en el que sólo hay una dos sillas, una mesa y un pequeño armario en la pared. No hay ventanas, ni personas.
Intento recordar cómo es que llegué hasta aquí. Ayer yo... yo...
¿Que pasó ayer?
Al moverme para ponerme de pie, un dolor inmenso desde mi costado derecho. Mi cabeza da vueltas.
¿Dónde estoy?
Intento abrir la puerta. Está cerrada.
¿Qué está pasando?
Piensa, Daniel. Piensa... Ayer yo... vine a casa de Marcus. Cenamos y luego...
¿Luego qué?
Le echo un vistazo a mi ropa. Mi camisa está manchada de sangre.
¿De dónde viene esta sangre?
Llevo mi mano a mi bolsillo en busca de mi radio. No importa cuántas veces lo haga, no me acostumbro a aceptar que no está.
¿Dónde estará la radio en este momento?
Abro el armario. Dentro hay un tabla de vidrio y varios envaces llenos de un líquido tono amarillo desteñido. También hay una jeringa vacía.
¿Quién me puso aquí? ¿Quién me hizo esto?
Marcus.
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Tris
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Duermo sin interrupciones. Estoy empezando a pensar que nuestra casa me trae malos recuerdos o hay algo raro que todavía no deduzco.
Al despertar me siento mucho mejor. Ya no me duele la cabeza y puedo ponerme en pie sin marearme.
Ya estoy lista para ir a casa.
Rebecca se despide de mí y voy directo a mi casa. Creo que voy a encontrar a Daniel allí, pues no lo vi devolverse.
Atravieso las tres casas de por medio. Las piedras se clavan en mis pies descalzos. El sol me encandila desde mi izquierda.
Intento abrir la puerta de la entrada, pero está cerreda con llave. Abro la puerta con la llave que está debajo de la alfombra de la entrada.
— ¡Marcus! ¡Tobias! ¡Daniel! ¡Estoy en casa! — grito al cerrar la puerta. No oigo alguna respuesta, todos deben seguir durmiendo.
Antes de subir las escaleras, la alacena llama mi atención. Delante de la puertecita, hay un juego de llaves en piso.
Las tomo. Intento abrir el candado con todas las cinco llaves. Al cuarto intento, el candado abre.
Detrás de la puerta no puedo ver nada. Está muy oscuro.
Tomo una vela de la cocina. Esto debería ayudar.
Con la luz de la vela puedo ver unas escaleras que bajan hasta más oscuridad.
Con las dudas comiéndome viva, desciendo. Al final hay dos puertas. Una con una ventanita, otra hecha completamente de hierro.
Estoy por abrir la de la izquierda -la que tiene la ventana-, pero la de hierro se sacude como si alguien estuviera forcejeando desde el otro lado para abrirla.
Ésta abre con la segunda llave que pruebo.
Lo que hay dentro me toma por sorpresa: además de unas sillas y una mesa, hay un Daniel sangrando y pálido tendido en piso.
— ¡Daniel! — grito. Me arrodillo junto a él.
Tiene un corte por toda su mejilla derecha, desde por debajo de su ojo hasta su labio inferior. Tiene morados que recorren sus brazos y unos cuantos en sus mejillas. Debajo de su nariz hay sangre seca, que sumándose con todo lo demás,
— Tris... corre. No preguntes por qué, sólo corre. No mires atrás. ¡Tienes que correr!
— No, Daniel. No puedo dejarte así — tomo su brazo.
— No dejes que Marcus te atrape. No tienes idea lo que llegaría a pasar. Guerra. Muertes.
— Voy a traerte conmigo — digo. Antes de dejarlo responderme, lo pongo de pie y lo monto en mi espalda.
— ¡Eso duele!
— ¡Shh! No podemos despertar a nadie en la casa.
Subo por las escaleras hasta la sala. Cierro la alacena con llave y me voy con todas. No voy a dejar libre lo que sea que es tan importante como para tenerlo bajo llave.
Y sin pensarlo dos veces, corro al bosque con Daniel en la espalda. No sé cómo, no sé por qué, pero sé que Daniel es en la única persona que puedo confiar desde ahora.
***
El sol golpea en mi cuello. Debemos llevar unos setenta minutos caminando. A veces cargo a Daniel, pero hay momentos en los que no puedo más y tengo que dejarlo caminar, aún así con un poco de ayuda.
Tomamos un descanso. No se nos ocurrió traer agua, comida, o cualquier cosa básica para andar en un bosque.
— ¿Por qué estás tan... así? — le pregunto a Daniel mientras coloco una hoja -que espero que no sea venenosa- en su herida para parar el sangrado.
— Yo... Yo no sé — dice mirando sus manos — . No recuerdo nada de lo que pasó anoche.
— ¿Tienes alguna sospecha de quién te halla hecho esto?
— Eso es lo único que sé. Es más que obvio que quien me hizo esto — dice señalando su cuerpo — . Fue Marcus. Pueden borrarme la mente diez veces, pero siempre sabré que Marcus es el culpable de todo.
— ¿Todo?
— Desde dejar mi vida atrás sin otra opción, perder por completo a mi mejor amigo, ser golpeado hasta quedar vuelto mierda. Todo. Definitivamente Marcus ha arruinado toda mi vida. O bueno, lo que quedaba de ella.
— ¿Lo que quedaba? ¿A qué te refieres con eso?
— Mi padre murió cuando yo tenía siete años. Tenía cancer de corazón. Él era el único en la familia que iba bien en el trabajo. Luego de su muerte, mi madre entró en crisis. No comía, no bebía, no se levantaba de la cama. Mi hermano mayor tuvo que ofrecerse a ser parte del experimento Chicago para que obtuviera dinero para mantenerme a mi mismo y a mi madre.
— Creí que aquí vives con tu mamá y con tu papá.
— Algo así. Luego de pasar cinco años trabajando en los cultivos de nuestro pueblo, mi mamá conoció a Carlos. Dos años después se volvió a casar. Desde ese día ya nada ha sido como antes. A veces me gusta pensar él me está cuidando desde donde sea que esté.
Daniel lleva su mano a su bolsillo. De él saca un foto en blanco y negro, que está rota de un lado, dejando a una persona abrazando a un niño. Deben ser Daniel y su papá antes de... el incidente.
— Le quité esta foto a mi madre y la rasgué de ella. Ya yo no la siento como mi familia.
— Por lo menos tú tienes una foto. Yo... no tengo nada. Una foto, un video, un recuerdo. Nada.
Y, lamentablemente, todo eso es terriblemente cierto.
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Nota de la Autora
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Esto emmm... Al menos hay cap. ¿Pero mientras más temprano mejor, no? ¿Verda?
Nos veremos.......
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Divergente ~ ¿Por qué yo? [Editando]
Fanfiction~~ESTA HISTORIA CONTIENE SPOILERS DE LEAL~~ "No es un espejo, es real. Somos dos. Tienes que ser valiente, Tris" Después de un año entero de estar en coma, Tris despierta de la "siesta" en la que se sumergió al reiniciar a La Oficina. Cuatro...