**************************
Daniel
**************************
Ann termina siendo ser simpática, si buscan muy muy en fondo. Imagino que así sera vivir en los sectores de Sin Facción.
— ¿Crees que ellos necesiten ayuda? — pregunto.
Los dos subimos al segundo piso de la casa de Marcus. Al revisar y ver que está despejado, nos quedamos en una pequeña terraza que da al bosque, dándole la espalda a las otras casas.
— Estarán bien — dice — . ¿No los has oído gritar, cierto?
— Bueno... Si lo pones así...
— Vamos, Daniel, tengamos este momento de relajacion para los dos — exclama, dejando su pistola a un lado y acostandose en el piso.
Lo dudo por un momento. ¿Debería confiar en que ellos van a estar bien?
Ahora entiendo. No siempre se necesita alguien que te levante, que te ponga de vuelta en tus pies. Lo que se necesita es alguien que esté dispuesto a acostarse contigo y vivir los buenos momentos junto a ti.
Me acuesto junto a ella. Estoy tenso, tal vez es ella, o yo, o que estoy haciendo nada en absoluto por ayudar a mis amigos.
— ¿Qué está mal? — pregunta, sus ojos azules viendome.
— Creo que sería mas fácil decir que es lo que no esta mal.
Desde mis siete años, mi vida a sido una tragedia. Dolor, soledad, engano, hambre. Falta de amor, de amigos. Han pasado años desde que una sonrisa verdadera ha estado en mi cara.
— Bien. Ahora dime, ¿qué es lo que no esta mal?
Mi mente esta en blanco. ¿Habrá respuesta para esa pregunta? Puedo que tarde meses buscando la respuesta, puede que ella este simplemente aquí.
— Tú, ¿tal vez? — adivino.
— Esa es una buena respuesta — dice, su cara encendiendose en un color rojizo.
— ¿Qué hay de ti? ¿Hay algo que no esté mal?
– Regla número uno para conquistar con chicas: no vayas tan rápido — bromea. Su sonrisa me dice que hay algo oculto detras de eso.
— Regla número uno para conquistar chicos: Haz exactamente lo que tu haces.
**************************
Tris
**************************
Tobias hizo que me quedara fuera del sótano, él no quería que volvería a ese lugar, como dijo. Él también me prometió traer a Caleb.
Lo que sé, este tiempo es interminable. ¿Por qué tarda tanto?
Asomo mi cabeza por la puerta de la alacena. Varias sombras, unas apoyándose entre ellas, suben corriendo. Creo que algo los esta siguiendo.
— ¡Tris, corre! — oigo a Tobias gritar desde el fondo.
¿Correr? ¿Correr? Bajo corriendo para ayudarlos a subir.
— ¡¿Qué estás haciendo?! — grita Tobias alarmado cuando me ve bajar.
— Ayudo a mis seres queridos, eso es lo que hago.
Tobias rodea mi hombro con el brazo de Caleb. Puedo sentir todo su peso, haciéndome más difícil el hecho de subir. Tal vez él está inconsciente.
Mientras subo, volteo mi cabeza para ver quién nos está siguiendo. Bueno, eso si la oscuridad me deja.
Tobiases y Trises suben las escaleras, todos con al menos una pistola en su mano. Parpadeo varias veces para asegurarme de lo que veo. ¿Estuve abajo el tiempo suficiente como para volverme loca?
***
Casi me tropecé en el último escalón. Casi tuve un flashback, el cual pude controlar. Casi dejo caer a Caleb. Habían mil y un formas de que algo pasara mal, pero esta es la peor: no encontrar una parte del equipo cuando recién encontraste a la otra.
— Deberíamos irnos. Si están vivos, ellos sabrán a dónde ir — dice Caleb, refiriéndose a Christina, Daniel, y otros que no llegué a conocer.
— Nosotros te dimos por muerto, y mira dónde estás ahora — responde Tobias.
Sus miradas hacen que se sienta que la casa en la que nos estamos escondiendo parezca que va a explotar.
Me levanto de una silla en la que Tobias insistió que descasara, y me coloco en medio de los dos, viendo a Caleb.
— Por favor. Ella es mi amiga — le suplico, viéndolo directamente a los ojos.
— Y tú eres mi hermana. No quiero volver a perderte.
Tobias coloca sus manos en mis hombros, como si esperara que fuera a salir corriendo en cualquier momento.
— Por favor…
— Tris, puedo ir si eso te hace sentir mejor — dice Tobias a mis espaldas.
— Deja que la chica vaya, Cuatro — interfiere Amar, quien está vendando sus heridas sentado en el piso.
— Pero… — empieza. Sus manos agarran mis hombros aún más fuerte.
Gimo. Tengo heridas y moretones por todas partes, y mis hombros no son la excepción.
Él no para de apretar.
— ¡Tobias! ¡Me estás hiriendo! — exclamo, sacudiéndome de su agarre.
Él no suelta. Sé que lo hace con una buena intención, pero quiero cortarle las manos si eso es lo que necesito para que me suelte.
— ¿Sabes algo? Amar y yo iremos. Ustedes quédense y arreglen sus problemas — exclama Cara levantándose y tomando una pistola.
Ella y Amar se levantan y salen. Todo esto por el equipo. Los seguiría, pero ademas de tener fuerzas para apenas estar de pie, Tobias no me suelta.
Caleb aparta las manos de Tobias y me abraza. Puedo sentir una lágrima caer en mi cabeza, viniendo de él.
Le devuelvo el abrazo.
No creo que un abrazo me arregle, pero al menos me ayuda a seguir adelante. Puede que todas las piezas en las que estoy partida en este momento puedan resistir juntas unos segundos más.
— Lo siento — dice Tobias, sin tocarme.
Aún así tenga mi cabeza enterrada en el pecho de Caleb, puedo oír a Tobias irse; tal vez para buscar a Christina y los demás, tal vez para hacer algo que sé no quiero saber.
ESTÁS LEYENDO
Divergente ~ ¿Por qué yo? [Editando]
Fanfiction~~ESTA HISTORIA CONTIENE SPOILERS DE LEAL~~ "No es un espejo, es real. Somos dos. Tienes que ser valiente, Tris" Después de un año entero de estar en coma, Tris despierta de la "siesta" en la que se sumergió al reiniciar a La Oficina. Cuatro...