Capítulo Doce.

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                 Marcus

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— No puedo creerte que piense que fue verdad — dice Jennifer después de explicarle lo de esta mañana. No le culpo, no es fácil de creer que la lejendaria Tris estuviera en una pequeña simulación sin que lo supiera.

— Impresionante, ¿no crees? — digo.

— Al parecer el suero que Caleb estuvo experimentando si funcionó — dice Carlos — . Aunque lo hiciera para pasar el tiempo.

— Los espías terminaron dando sus beneficios al final de todo — dice Jennifer alzando una ceja.

— ¡Silencio! Nos podría oir — dice Robert.

— No hay de que preocuparse — digo — . De esta habitación no puede ni entrar ni salir ningún ruido cuando esa puerta está cerrada — señalo la puerta en frente mío.

— Aquí tienes — dice Jennifer pasándome una bandeja con la cena de hoy. No sé que haría sin ella. Yo no sé cocinar nada. Hasta se me quema la ensalada.

— ¿Tiene el suero? — pregunto agarrando la bandeja.

— Como siempre, el suero está en el envase entre los platos. Colócale todo. Hasta el fondo.

— Gracias. Debo irme, tengo unas bocas que alimentar.

***

— ¡Tris! ¡Tobias! ¡Vengan! ¡La cena está lista! — digo botando el pote vacío -que antes tenía el suero- por la basura.

— ¿Qué hay para cenar? — pregunta Tobias.

— Estofado de pollo y puré de papas — digo — . Por cierto, ¿dónde está Tris?

— Dijo que fue a casa de Daniel. Salió hace unos minutos — dice Tobias mientras se sienta su puesto y empieza a deborar su cena.

   Salgo de casa y voy directo a la de Daniel. Si ella se entera de algo sobre ella, mi plan se irá a la basura.

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                     Tris

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— ¿Qué haces aquí? — pregunta Daniel mientras abre la puerta de su casa. Me invita a pasar y entro.

   Su casa no es muy diferente a la mía. Tiene una cocina, un sofá y una mesa con una radio parecida a la que hay en casa. La diferencia entre las dos casas es que ésta no tiene escaleras y al fondo hay dos puertas que, supongo, van directo a sus habitaciones.

— Quiero respuestas — digo en tono definido.

— Viniste al lugar equivocado — dice Daniel — . Soy la persona que menos sabe en todo El Plano.

— Pero lo poco que sabes puede que me sirva. Además, no creo que los otros vayan a querer decirme algo.

— ¿Qué quieres saber? — pregunta Daniel pasándose una mano por su cabello.

— ¿Por qué viniste aquí? No es que te veas muy contento aquí — digo.

— No es que tu seas la persona más alegre que haya visto — dice Daniel.

— Tris, ¿estás aquí? — pregunta Marcus desde el marco de la puerta — Que susto me habías dado.

— Estoy bien. ¿Qué quieres? — le pregunto.

— La cena está lista — dice Marcus apuntando a nuestra casa, que por cierto queda a dos casas de esta.

   Salgo y voy junto a Marcus a casa. Es un poco molesto que no me deje estar sola por un rato.

***

— Voy a dormir — digo cuando termino de comer. Me levanto de la mesa.

— ¿Otra vez sueño repentino? — pregunta Marcus. Asiento y subo las escaleras.

   Voy al baño -que queda en el piso de arriba, al lado de mi cuarto- y luego a mi cuarto. No me cambio de ropa, pues el sueño es mu grande como para que siga despierta, así que me acuesto en mi cama y me quedo dormida.

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                   Tom

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   Al parecer todavía Cuatro y Christina no me tienen suficiente confianza. Ellos me hicieron dormir en un cuarto bajo llave. ¡Sin ventanas! ¿Qué acaso no se dan cuenta de que hago esto para ayudarlos?

— Tom, ¡Tom! — susurra Daniel por la radio.

— ¿Qué pasa ahora? — pregunto levantándome de las mantas que "gentilmente" me dieron para que durmiera.

— Encontré un envase en la basura de la casa de Marcus — dice Daniel — . No es un envase cualquiera. Es un envase típico de laboratorio.

— ¿Qué crees que tuviera dentro? — pregunto.

— No estoy seguro. Podría decir que antes tenía un suero que no conozco.

— ¿Qué crees que le haría a Tris?

— ¿Cómo sabes que es para Tris? Recuerda que el clon piensa por sí mismo. Podría ser para cualquiera de los dos — dice Daniel.

   Oigo una puerta abrirse tras mío. Volteo a ver quien la abrió. Christina está parada de brazos cruzados en la puerta viéndome fijamente.

— Escuché voces — dice de una forma muy ruda.

— Hablaba con Daniel — digo acercándole la radio.

— ¿Quién está allí? — pregunta Daniel.

— Soy yo — dice Christina a la radio — . ¿Alguna novedad?

— Un envase misterioso — digo.

— Daniel: tú sigue investigando. Mientras tanto tú — dice Christina señalándome — . Vete a dormir.

— Cambio y fuera — digo alejando la radio de mi boca y guardándola en mi bolsillo.

   Christina deja escapar un bostezo, se voltea, cierra la puerta -con llave- y se va dejándome sólo en la oscuridad de mi "mini-prisión".

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      Nota de la Autora

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   ¡¿Quién dijo que hoy es miércoles?! ¡Hoy es sábado! Ojalá...

   Lamento los caps cortos y para colmo una tardanza. Pero es que bueno, me estoy mudando y en todo este proceso se me perdieron los borradores a papel que ya tenía escritos.

   ¡ESTOY QUE ME PEGO UN TIRO! (Expresiones venezolanas :D )

   ¡Hasta el próximo sábado!

Divergente ~ ¿Por qué yo? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora