Capítulo Veintinueve.

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                  Tobias

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   Llevamos unas cuantas horas caminando. Esta vez no nos dividimos en grupos o dudamos en que dirección ir, pues ya yo sé el camino.

— ¡Apaguen las luces! Estamos cerca — digo. La luz roja parpadeante está cerca, indicando que cualquier lugar al que eso se dirigía está cerca.

   Está amaneciendo, así que en realidad no necesitamos las luces.

— ¿Qué es eso? — pregunta Christina.

   Ella está señalando el cuerpo de las luces en el piso. Su cara está llena de terror.

— ¿Acaso estamos... tarde? — pregunta Daniel, decepcionado.

— No se preocupen, no es ella de verdad. Sigamos — digo mientras me volteo para seguir caminando.

   Todos avanzamos, a excepto de Daniel. Él sigue atónico por la imagen.

— Oye, Daniel, vamos — dice Tom dándole palmaditas en la espalda.

   Daniel avanza, pero sin quitarle la vista. ¿Qué tanto tiene que ver?

— ¿Ahora a que dirección vamos? – pregunta David.

— Eso estaba corriendo hacia… — vuelvo a ver las marcas en el suelo – esa dirección.

   Aunque dudo que me estuviera llevando al lugar que necesitamos ir, las pistas que dejó antes de apagarse en este lugar. O tal vez el simple hecho de que se parece a Tris hace que sienta ese sentimiento de que… de que veo a mi Tris.

***

— Estén atentos — dice Daniel — . Este lugar me parece conocido.

— ¿Cómo puedes decir eso? — pregunta Ann — Todo es bosque y bosque.

   Daniel señala algo un poco más adelante.

   Una fogata ilumina todo el lugar, sin contar las linternas que hay por allí.

— Si Marcus no le ha hecho nada a ninguno, deben ser unos diez, sin contar el resto que tenía escondidos y todas las armas que tienen — dice Daniel.

— Entonces... ¿Cuál es el plan?

   Un disparo interrumpe a todos. Me tiro al suelo, para evitar que me vean. Todos me imitan.

— ¿Crees que nos hayan visto? — pregunta Peter.

— Ni idea. Será mejor atacar antes de cantar victoria — dice Christina, levantándose.

— ¡Van a verte! — susurra Tom.

— Mejor es correr el riesgo y salvarlos que quedarnos aquí sentados — dice Daniel, ya en pie.

   Luego de eso, todos nos levantamos.

   ¿Por qué no fui yo el que se levantó, y alentó a los demás para buscar a su chica? ¿Acaso ya no valgo lo suficiente para ella? ¿Acaso es que mi dolor, mi depresión, mi angustia; se ha apoderado de mí?

***

   Aún tengamos un plan armado, una misión, armas, y un equipo, no creo que esto vaya a terminar bien. Pero ya estamos aquí, lo que sea por Tris.

   Uno por uno, nos deslizamos por detrás de las casas, para que no nos vean.

— ¿Oíste eso? — oigo a alguien preguntar. Volteo a ver a mi equipo, pero ninguna aparenta haber dicho algo.

   Van a agarrarnos.

— Creo que hay alguien cerca — responde otra voz.

   Esta vez, Daniel se da cuenta de que nos descubrieron.

   Mi papá y otro tipo están haciendo guardia, escribe en el piso con una rama que encontró.

   Hay que distraerlos, escribo en respuesta.

   Daniel levanta la pistola, como si estuviera dando una opción. Niego con la cabeza. Hay que hacer las cosas lo más cauteloso posible.

   Luego, él señala la ventana de la casa en donde nos estamos escondiendo. Niego con la cabeza. Es muy arriesgado entrar en una casa donde Marcus podría estar.

   Daniel se señala a sí mismo. Sus ojos están acristalados, pero todos sabemos que alguien tendría que hacerlo.

— ¡No! -— susurra Tom, agarrándolo por el brazo.

— Tom, por Tris — dice Daniel.

   Antes de que ninguno pudiera hacer algo más para detenerlo, Daniel corre directo a Carlos.

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                 Daniel

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   Corro hacia Carlos. Tengo un plan, al menos creo que es un plan.

— ¿Daniel? ¿Qué carajo haces aquí? — dice Carlos, alzando la pistola que lleva en la mano.

— Me dispararon — digo. Señalo parte de mi camisa con más sangre, para aparentar que es real.

— Hay que llevarlo con Rebecca. Si se muere, es nuestra culpa — dice Troy.

— Vamos — dice Carlos, apuntándome con la pistola, asegurándose de que no escape.

   Me dirigen a la casa de Marcus. No al cuarto, por favor. No otra vez.

   Vajamos la escaleras. El lugar no ha cambiado, a excepto de que esta vez está iluminado.

— ¿A quién traen allí? — pregunta Marcus saliendo de una puerta al fondo del pasillo.

— Creo que ya conoces muy bien mi silueta en esta oscuridad — digo. Agarro el costado de mi estómago, para aparentar el disparo. Necesito salir de aquí.

— Ah, cierto. Daniel el traidor — dice Marcus — . Creo que tenemos una celda libre.

   La puerta a mi derecha -la segunda al entrar- empieza a agitarse, como si alguien estuviera forcejeándola del otro lado.

— ¿Qué hay allí? — pregunto.

   Marcus me empuja dentro a la habitación en frente a la que llamó mi atención hace poco. Hay algo que está ocultando.

— ¡Alguién ayúdeme! — grita Tris desde la otra habitación.

   Mis piernas, brazos; todo se debilita. Tengo que ayudarla, pero Marcus me empuja dentro de la habitación y cierra la puerta en mi cara. 

***

— Hiciste una mala elección al venir aquí — dice Caleb, el hermano de Tris.

   Caleb lleva varios días aquí atrapado. Su último contacto con Tris, fue hace los que les parece, unas horas.

— No tenía otra elección — digo. Ayudo a Cara a levantarse, pues ella es la más herida de los cuatro.  Dijeron algo de un confrontamiento con Marcus.

    Libero a el tercer tipo -Amar dijo llamarse- y dejo el cuchillo a un lado.

   Amar frota sus muñecas. Las ataduras de las cuerdas eran muy duras, y la forma en la que los tenían no era la más cómoda.

— ¿Alguna idea de cómo salir? — pregunta Cara.

   Voy a responder algo, pero antes el sueño y agotamiento acumulado se apodera de mí, sumergiéndome en las pesadillas con las que tengo que lidiar todas las noches.

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      Nota de la Autora

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   Buenas noches pequeños sinsajos :D.

   ARE YOU, ARE YOU COMING TO THE TREE?

Divergente ~ ¿Por qué yo? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora