Capítulo 7.

491 41 16
                                    








Derek

Salgo de la comisaría aún con mi chaleco de policía puesto, caminando a paso lento por la acera y buscando a Melanie entre las personas que caminan por ahí. Quedamos de ir a comer algo junto con Ronan y Grace para que todos nos despejemos un poco de nuestras atareadas vidas; pero como es de esperarse, yo me he demorado un poco y ahora tendré que enfrentarme a la reina de la puntualidad.

La localizo del otro lado de la calle, trago duro al ver como viene vestida. Lleva un vestido corto sin mangas en tonos azul y blanco, una chamarra blanca y unas zapatillas altas del mismo tono azul que el vestido. Trae puestos unos audífonos y viene tarareando en silencio una canción.

Me mira y besa mi mejilla sin decirme o reprocharme nada. Se quita los audífonos, entrelazando su brazo con el mío para echarnos a andar en la dirección en que yo venía.

-¿Cómo me veo? - pregunta con cierto tono juguetón.

Sonrío por primera vez desde que la vi caminar en mi dirección, creo que antes me quedé como idiota mirándola.

-Irresistible, no creo poder contenerme de follarte en ese restaurante - sonríe abiertamente, haciendo que sus ojos se achiquen un poco.

Ríe levemente, provocando que me ría con ella sin saber la razón por la que lo hacemos.

-Tú también te ves genial, rubio. Así que sácate el pepino, porque hoy si ando bien vegetariana - nos miramos fijamente por un par de segundos.

Explotamos en una sonora carcajada, la gente alrededor nos miran como si fuésemos un par de locos recién salidos del manicomio. Aunque esa suposición no es del todo falsa, porque yo no estoy muy cuerdo que digamos.

Seguimos caminando hasta llegar al restaurante donde nos citamos con la pareja de tórtolos. Enseguida los encontramos sentados en una de las mesas del fondo, discutiendo a modo de broma sobre algo que desconocemos.

-¡Hey, hola! - nos besamos las mejillas y luego tomamos asiento en el sillón de cuero frente a ellos.

El lugar es bastante sencillo, aunque de alguna manera se ve elegante. Es muy moderno en cuanto a la decoración y los colores pastel, pero la verdad no tengo ni idea de cómo describirlo. Ronan viste totalmente de negro, dejando a la vista los tatuajes que tiene en sus brazos y en el cuello. Grace lleva una chaqueta negra arriba de una blusa blanca un poco holgada, su abultado vientre haciéndose notar.

Las chicas charlan sobre sus vestimentas y otras cosas de moda que evidentemente a Ronan y a mí no nos importan, porque como sea se ven hermosas. Tomamos el menú y decidimos pedir de una vez por todas, lo cierto es que tengo una hambre tremenda desde que salí del trabajo.

-¿Y cuándo nace mi sobrino? - cuestiono, la morena me mira con una sonrisa.

-En un mes y medio aproximadamente; tu amigo ya está de los nervios y no es él el que va sentir las contracciones - le doy una mirada burlona al susodicho.

-Él sabía en qué se metía al romper la regla del sexo sin bendición - Ronan ríe, las chicas fruncen el ceño con confusión.

-¿De qué regla hablan? - preguntan al unísono.

Jugueteo con mis dedos, ¿en qué momento decidí abrir la boca?

-Ya saben, esa regla de: "Folla feliz, folla contento, pero recuerda, nunca acabes adentro" - suelto sin más.

El tatuado se carcajea a tal punto de que sus ojos se cristalizan, mientras que Melanie y Grace me dan sus miradas reprobatorias, ésta última me pellizca levemente en el brazo.

Tentación infernal #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora