Capítulo 13.

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Melanie

La familia de Derek es realmente rara, en toda la extensión de la palabra. Todavía no acabamos de merendar y ya me he reído incontables veces de cada ocurrencia que ha dicho Marsella.

Ahora va por la historia de la primera vez que vio a su marido.

-Cuando conocí a Gianluca fue algo épico, amaneció en el garage de la casa de mis padres con solo unos calzoncillos de plátanos puestos. Mi papá siempre fue muy estricto y como mi yo de diecisiete años no quería hacerlo enojar, lo único que pensé en ese momento fue meterlo a mi habitación. Debo admitir que fue una locura haberlo hecho; pero a veces me pongo a pensar que si lo hubiera dejado ahí tirado, no tendría la hermosa familia que ahora tengo.

Esta es la parte sentimental donde me dan ganas de tener una familia ante dicha historia de amor.

-Pero, ¿por qué estaba tirado en calzones afuera de su casa? - pregunto con diversión.

La rubia codea sin disimulo a su esposo, que aún estando en una comida 'casual' con nosotros no lleva ninguna camiseta puesta. Él deja salir una risotada ronca ante el recuerdo, Derek ríe también a su lado.

-La verdad no lo sé, solo recuerdo que la noche anterior estuve bebiendo alcohol en una fiesta enorme en Italia, que es mi país de origen. Cuando desperté vi a una preciosa rubia de ojos azules arrastrándome hacia su habitación y luego de que entramos por su ventana me dijo que ahí era Francia. Hasta ese momento supe que fuese cual fuese la razón por la que aparecí en otro país, fue lo mejor que pudo pasarme porque conocí a la madre de mis hijos - toma la mano de su mujer por encima de la mesa unos segundos.

Joder, me van a hacer llorar.

-Pero la cosa no termina ahí, querida. - ambos ríen, mi mirada de confusión la hace continuar. - Estuvimos hablando todo el día en mi recámara a escondidas de mis padres, entonces él me dijo que desde el primer instante en que me vio supo que yo era la mujer de su vida y me ofreció irme con él a su país. Al principio pensé que era una mega locura irme con un hombre diez años mayor que yo, pero después me di cuenta de que mis padres eran unos viejos anticuados y que estaba harta de ellos, así que rápido hice mi maleta para escaparnos juntos. Les dejé una carta a mis papás diciéndoles que me iba lejos y que pronto les llamaría, aclaré que no se preocuparan por mí.

Siento que mi mandíbula va tocar el piso si no cierro la boca cuanto antes, pero estoy realmente sorprendida por lo que me cuentan. ¿Quién en su sano juicio se va con un completo desconocido a otro país? Ay Dios, esto no es normal.

-La están asustando - dice el rubio, ellos hacen un ademán con desdén y diversión.

Su padre me mira, sonríe.

-Desde ese momento Marsella fue mi pilar y motivación para hacer lo que más me gusta: bailar. Me apoyó siempre y yo a ella con su sueño de convertirse en vidente, lo mejor es que desde la primer charla tuvimos una conexión y una confianza increíble. Así que pronto contrajimos matrimonio y nos quedamos a vivir en Italia. Luego nació Derek y decidimos tener otra hija pero con nacionalidad francesa, entonces nos mudamos a una casa que compré en París y ahí vivimos durante varios años. Cuando nuestro hijo cumplió los quince se fue de la casa, luego nos llamó para decirnos que estaba con un amigo llamado Ronan y que juntos se vendrían a trabajar a Los Ángeles. Han pasado muchos años, pero ahora vivimos en esta hermosa casa, aunque yo algunas veces viajo a nuestros respectivos países para ver que los clubes de strippers que tengo vayan bien. Donatella está por ahí viajando con un chico que conoció en una cafetería, así que mientras estoy aquí Marsella y yo vivimos nuestra segunda luna de miel.

Tentación infernal #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora