Capítulo 27.

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Derek

Pongo una de mis manos en la espalda baja de Melanie para guiarnos por la concurrida entrada del departamento de Rosse. Hoy es su cumpleaños y no podíamos faltar nosotros a dicha fiesta tan especial. Debo admitir que la morena siempre ha sido de las mejores anfitrionas cuando de buenas fiestas se habla. Su casa está atestada de personas y no me inmuto, ella siempre ha sido bastante sociable.

La vemos en el balcón de su apartamento bebiendo algo desconocido de un vaso de plástico. Su cabello afro y marrón luce más rizado que nunca, mientras que está enfundada en un vestido corto muy brillante.

Nos acercamos a ella y en cuanto nos ve sonríe ampliamente.

-¡Hey, qué bueno que vinieron! - nos abraza a ambos, una sonrisa se forma en mis labios ante tanta efusividad de su parte.

Podría detenerme a pensar que ya está ebria, pero ella algunas veces es así.

-Por nada del mundo me perdería tu fiesta, Derek me dijo que como organizadora eres muy buena. - ante tal confesión Rosse me guiña un ojo en acuerdo. Instantes después Melanie le extiende la caja dorada donde pusimos un regalo para ella. - Toma, es un pequeño presente que te traemos con mucho cariño.

Su mirada se torna brillante en afecto.

-No era necesario, pero muchas gracias, chicos. Iré a ponerlo junto con los demás obsequios y de paso traeré bebidas para los tres. Si quieren pueden esperarme en el living, ya vuelvo - asentimos y nos encaminamos hacia la sala, que afortunadamente se encuentra más despejada que el resto del lugar.

Ya sentados en el sofá me permito apreciar la belleza de la chica a mi lado. Su piel blanca y suave como la seda ha tomado un poco de brillo con el maquillaje que se puso, y a pesar de ello sus adorables pecas siguen siendo visibles. Su nariz afilada le da un toque infantil y sus labios gruesos pintados de rosa terminan por darle un toque delicado.

Me atrapa mirándola y no puedo evitar sonreír como idiota ante su mirada incriminante.

-Antes de que me reprendas por mirarte tanto, déjame decirte que eres la mujer más bella que he visto, y que me encantas - le digo con toda la sinceridad y el cariño que le tengo.

Con una de sus manos acaricia un costado de mi rostro y sé que seguramente la estoy viendo con ojos de amor. Se acerca y me planta un beso en los labios, demasiado pequeño para mi gusto.

-Te amo - me susurra cual niña pequeña y traviesa contándome un secreto.

Antes de que pueda responderle llega la morena con tres vasos entre manos, es entonces cuando entiendo porqué Melanie habló en voz casi inaudible.

-Me encanta cómo se ven juntos. Y pensar que pudimos haber sido un horrible trío amoroso - dice Rosse con fingido pesar y los tres soltamos una carcajada al unísono.

-Es verdad, aunque debo decir que me haría muy feliz verte enamorada también - opina la rubia.

La rizada sonríe automáticamente y por el brillo en su mirada sé que seguramente conoció a alguien. Y si mis sospechas son ciertas, me pondré muy feliz por ella porque en verdad merece a alguien que sepa quererla de la misma manera en que yo quiero a mi chica.

-Conocí a un chico - suelta de repente.

¡Bingo! Yo sabía que algo debí haber heredado de mi madre.

-Cuéntamelo todo - le dice Melanie tal y como si fueran íntimas amigas, blanqueo los ojos.

-En realidad no hay mucho qué contar, lo conocí por redes sociales. Hablamos casi a diario puesto que su vida en Canadá no es tan ajetreada y a penas se está incursionando en la industria musical. Pero tiene la voz más linda que puedas haber escuchado alguna vez, sin dejar de lado que es guapísimo. Es demasiado tierno y romántico conmigo, tanto que no pude evitar ilusionarme con él. El único problema es que tiene veinte años, y yo acabo de cumplir veinticinco... - menciona lo último con un dejo de tristeza.

Tentación infernal #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora