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Karlie siempre estaba sola, en estos días Taylor la encontró con la mirada pérdida y parecía haber llorado una noche antes, se preocupó. Contó las veces en las que quiso acercarse y preguntarle si estaba bien, Taylor era tímida y odiaba eso, su inseguridad la obligaba a vivir detrás de las personas, detrás de lo que realmente sentía.
—Hey Taylor, ¿Estás bien?—preguntó Shauna mientras se sentaba a su lado, era hora el almuerzo y ambas estaban en la cafetería
—Lo estoy, ¿Cómo te fue en tu examen de Algebra?—respondió
—Me ha ido mejor, espero no sacar nota baja, últimamente he estado distraída—metió sus libros en su mochila—¿Comerás algo?
La rubia asintió
—Bien, iré por un sandwich, te traeré uno, espera aquí—la chica se puso de pie y caminó hasta la fila para comprar su almuerzo
Taylor bajó la mirada y se centró en su libro de Historia, todo iba bien, hasta que escucho un ruido en la entrada de la cafetería, era Karlie Kloss, se estaba peleando con una chica de último año, la que siempre la molestaba, cerró su libro y corrió hasta donde estaban todos viendo la pelea, nadie hacía nada por pararla.
—¡Déjale el ojo morado Kloss!—escuchó a alguien gritar
Karlie estaba encima de la chica, ambas no parecían querer parar, al contrario, querían seguir, se horrorizo ante la idea de que le hicieran daño a Karlie, miró por el pasillo con esperanza de que algún prefecto llegara y en eso vio como el director y una maestra se acercaban a toda prisa.
—Señorita Kloss, señorita Rachel, a mí oficina, ¡Ahora!—dijo el director, cuando Karlie se puso de pie se llevó una mano a la boca, tenía un ojo morado y el labio y ceja partidos, ¿Cómo ocurrió eso?
Ambas caminaron detrás del director, con la maestra Kavanogh en medio de ellas, le dieron mucha ganas de llevarle a Karlie algodón y alcohol para que se curara, no quería verla así, bajó la mirada y caminó hasta la mesa donde antes estaba, Shauna llegó al instante.
—¿¡Viste eso!?—dijo alterada—Nunca había visto algo así, pero ¿Sabes que creo?
—¿Qué?
—Karlie ya tenía esos moretones antes, imposible que Rachel lo haya hecho ahora, no me lo creo—comentó abriendo su refresco
—¿Estás segura?—preguntó la rubia
—No del todo, pero dime ¿Tú crees que esos moretones que tenía eran de hoy? ¿Qué Rachel lo haya hecho?—negó
Lo único raro ahí era la actitud de Karlie, nunca la había visto tan enojada, se sentía mal por ella y quería ayudarla, estar con ella y saber lo que le pasaba, entenderla, pero igual sabía que eso sería algo difícil, el timbre para la próxima clase sonó, guardó lo que le quedó en su mochila y se despidió de Shauna, caminó hasta su salón, su siguiente clase era matemáticas, vaya que será un día largo, pensó.
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La maestra de Arte no pudo asistir a la clase, Taylor quiso irse a su casa pero no había llevado suficiente dinero para el transporte público y su casa quedaba algo lejos, no tenía otra opción más que esperar a su madre, decidió estudiar historia, así que se encaminó a la biblioteca, al llegar vio a varios chicos ahí, resulta que estaban entrenando para la competencia de ajedrez, cuando es así normalmente no hay mucho silencio, decidió ir a las canchas de fútbol, aún no era hora de que los chicos entrenen así que le pareció buena idea. Al llegar se sentó en una de las gradas, antes de abrir su libro escuchó música al otro lado, eran las gradas de béisbol, se asomó y lo que vio la dejó helada de los nervios, era Karlie Kloss dibujando mientras escuchaba música, tenía los audífonos pero se escuchaba tan fuerte que parecía que no.
—¿Me sigues o qué?—preguntó sin dejar de dibujar
Taylor abrió los ojos, ¿Cómo supo que la estaba mirando?
—N-no, vine a estudiar—dijo mostrando su libro
—Bien, entonces centrate en eso y déjame en paz—dijo seca
La rubia frunció el ceño, ¿Cuál era su maldito problema?
—¿Cuál es tu maldito problema?—dijo—¡No es mi culpa que todo el día estés sola o mal humorada, o que te pelees con Rachel cada vez que se ven, no me meto contigo pero sin embargo cada vez que me ves me tratas como la mierda y ya me cansé de eso porque me preocupo por ti!—terminó y al darse cuenta de lo último se sonrojo
—¿Terminaste?—respondió la ojiverde sin mirarla
Taylor asintió.
—Solo quiero que me respondas dos cosas—dejó a un lado su cuaderno y lápices de dibujo—La primera, ¿Por qué siempre que te veo traes algo que tenga el maldito color azul? Y la segunda ¿Por qué crees que me importa como te sientes?
—Es mi color favorito y mi mamá dice que va conmigo, no me avergüenzo de que me guste—se encogió de hombros—Y respondiendo a tu última pregunta, veo que eres una persona sin sentimientos, que no le importa nadie más que si mismo y eso es triste
—Bueno, pues dile a tu mamá que deje de mentirte, el azul es el color más feo que pudo existir—se puso de pie y la miró—Me agradas chica rubia, tal vez vayamos a tomar algo algún día—le guiño el ojo y bajo por las escaleras
Taylor se sonrojo ante lo último, ¿Cómo es posible que una chica como Karlie le haga sentir miles de mariposas en el estómago? Es algo que no tiene explicación alguna.
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Jeloupi amigos, regresé, vendo con buenas nuevas ¡Estoy de vacaciones en la universidad!, eso quiere decir que me tendrán más por aquí, estaré actualizando mis historias apartir de la otra semana.
Les mando un fuerte abrazo, gracias por seguir aquí ✨💕
