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Era miércoles, no era un día malo pero tampoco bueno, usualmente era día de cine, esos días en los que dicha empresa saca boletos de rebaja o descuento para atraer a más gente, Taylor acostumbraba ir ese día, llamó a Shauna pero esta tenía planes y no podía cancelarlos, no le quedó de otra que ir sola. Se metió al auto, un mini cooper azul rey, era de su madre y en ocasiones se lo prestaba, al llegar al estacionamiento buscó algún lugar vacío, una vez que lo encontró salió cerrando la puerta, poniéndole seguro de una vez, caminó hasta la puerta del gran centro comercial, una vez ahí se dirigió al cine, miró en las pantallas la hora exacta de la película que quería y se acercó a la chica de la caja.
—Buenas noches, un boleto para love simon por favor—dijo sacando dinero de su cartera
—Buenas noches, claro, en la pantalla estaré mostrándole los lugares disponibles—respondió la chica
—¿De qué lado está la entrada?—preguntó
—Derecha
—Bueno, entonces está bien este—apuntó la pantalla
—Serían 65 pesos, menos el descuento del día de hoy, queda un total de 47 pesos—sonrió
—Claro, aquí tiene—dijo entregándole el dinero
—Tu boleto y disfruta mucho de la función
—Gracias—sonrió amablemente
Guardó su boleto en la bolsa de su pantalón y se dirigió a comprar unas palomitas, una vez en sus manos decidió ir de una vez a la sala de cine, buscó su lugar y se sentó, habían parejas por ahí besándose, otras se daban cariño, deseó tanto estar así con alguien, más bien con una persona a la cual odia el azul por alguna razón.
—Son asquerosos ¿No?—dijo una voz a su lado
Saltó del susto y algunas palomitas cayeron al piso ¿En que momento se había sentado alguien a su lado?.
—¡Hey!, no las tires, dame acá—volvió a decir, le quitó las palomitas
—¡Oh por dios! ¿Es que quieres matarme de un susto?—volteó a ver y su expresión cambió, era Karlie—¿Qué haces aquí?
—No tenía nada mejor que hacer, vine a distraerme un rato, te vi y me dije ¿Por qué no ver una película con la chica a la cual traigo loca?—sonrió
Taylor se sonrojo y mentalmente se golpeó, que obvia soy, pensó.
—Eso no es verdad, no sé de donde sacas eso—dijo quitándole las palomitas—¿Piensas quedarte aquí? Si es así cállate que quiero ver tranquila la película
