Capitulo 4

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Narra Jason

No había nadie afuera, aunque hayan tocado las campanas por una invasión. Todos estábamos igual de confundidos. En eso sonó el teléfono de mi padre. El lo saco y solo se puso a escuchar lo que decía al otro lado. Cuando colgó saco un suspiro exasperado

- ¿Que ocurre? ¿Quien llamo? - pregunté con muchas ansias. No me gustaba que mi reino estuviera en peligro.

- están en el castillo, en mis aposentos. Hay que movernos rápido antes de que logren llevarse lo que sea que quieran - su tono era demandante y muy seria. Así todos fuimos corriendo hacia aquel lugar.
 
   Cuando estábamos a unas cuantas puertas sentí un olor, uno que me recordaba perfectamente a la playa, la brisa fresca, a los postres, y un montón de cosas más, que me provocaban unas enormes ansias. Sabía que en aquel cuarto estaba mi pareja destinada. Así que apresure el paso, llegando antes que los demás.
    
     Lo que mis ojos captaron no me gustó: la misma chica que había visto horas atrás se encontraba forcejeando con Octavian, mientras que un chico —del cual sentía aquel olor tan llamativo—, se encontraba en el suelo, intentando levantarse, pero volviendo a caer en el proceso, al parecer lastimado.
        Corrí hacia el y ayudando a que se reincorporará abrazando su cintura para que no se llegará a caer de nuevo. Note que era un Omega único.

-¿Estás bien? ¿Cuánto te lastimo? - le comencé a preguntar preocupado. El solo se me quedaban viendo un poco asombrado, supongo, notando que yo era su pareja destinada. En eso llegaron los demás hombres junto con mi padre. Octavian dejo de forcejear con ella, sin éxito en quitarle un rollo de papel.

-¿Que haces ayudando a este... Pirata? - cuando Octavian dijo eso, mi padre me vio asombrado. Ya que el sabía que no era muy de ayudar a piratas, menos a los que nos atacaban.

- ¿Tu que le hiciste? Lo lastimaste - grite poniendo mi mano en su gran herida, de la cual, no dejaba de salir aquel líquido carmesí.
     Creí que el chico se asustaría por nuestros tonos de voz, más porque ambos éramos alfas prime, pero no fue así, sentía como se mantenía muy calmado. Supongo que lo que todos dicen por ahí de que los omegas únicos eran más valientes, no era una gran mentira.

-¿Es tu pareja? - susurro mi padre aún sin quitar su gran asombro. Yo solo asentí con la cabeza. Sintiendo como el chico perdía cada vez más fuerzas. Así que lo cargue como se carga a una princesa. Logré notar como sus mejillas tomaban un pequeño color rojo. No tanto. Solo yo pude notar eso. Sonreí internamente.

-bien... Supongo que nos beneficia que sea un Omega único. Ayudará para el prestigio del reino. El problema es que es un pirata. Supongo que tú capitán te mando a robarme mientras él se quedaba en su nave, ¿Cierto? Típico de los piratas - le dijo a mi mate. Sentí como comenzó a temblar. Crei que se había asustado, ya que era un Omega después de todo. Pero me equivoqué. El saco una gran carcajada.

Narra Percy

Cuando ese estúpido rey me dijo esa blasfemia, intenté contener mi risa. Claro que lo intente. Pero eso como intentar atrapar al mar con la mano, simplemente imposible.
     Comencé a reírme, al igual que Piper, la cual ahora se encontraba ya cerca mío.

- ¿Que es gracioso muchacho? - se escuchó la voz de una mujer. Supongo que te la reina. No la había visto llegar y por eso mismo me dió un susto de muerte. Hasta brinque y deje de reír. Al parecer le pasó lo mismo a mi amiga.

-nada. Nada. Solo... Me acordé de un chiste - me encogi de hombros. El como me tenía cargado este hombre me hacía sentir incómodo. Yo aún no había querido encontrar a mi pareja destinada. Pero mi suerte no podía ser más mierda, ya que resultó que mi mate era exactamente el futuro rey de Olimpo. Si esto fuera una telenovela, todos estarían riendo ahora.

Un amor especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora