Epílogo

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Narrador omnisciente.

-donde lo deje. Donde. Donde - un azabache murmuraba cosas mientras buscaba el objeto que debería llevar consigo ese mismo día.

No podía creer que exactamente en su día especial lo perdiera.

-¡Lo encontré! - gritó triunfal mientras alzaba con éxito el anillo de compromiso y lo guardaba en uno de sus bolsillos.

Estaba a punto de volver a verse en el espejo, por enesima vez pero unos cuantos golpes en la puerta lo hicieron. Pararse.

-adelante - aviso al sujeto, que al entrar, no fue más que Leo Valdez.

- Perseus Jackson, ya tardaste demasiado y Jason te está esperando en el altar. Ahora mueve esas piernas que tienes por aleta y camina hacia allá - se cruzó de brazos mientras se le quedaba viendo.

- sabes que no me gusta que me digan Perseus. Es Percy.
Además, creo que aún no estoy listo - susurro un poco apenado.

Hace un año exacto perdono a Jason.

Fue el mismo día que lo habían salvado del barco de Iván, que por cierto, fue asesinado por Atenea misma.

Aún recordaba aquel día.
Jason le contó lo que hizo Reyna para llegar al punto en el que el los vio, y después contar lo que hizo al caer en cuenta.

Le saco bastantes risas al hijo de Poseidón.

-entonces... ¿Me perdonas? ¿Y aún sigue en pie nuestro compromiso? - había preguntado el rey, con ojos casi tan tiernos como los de foca bebé de Percy.

- déjame pensarlo.... Está bien. Pero no nos casaremos ahora. Mis manos están hechas mierda - le contesto el sesos de alga después de unos minutos en silencio, pensando en la mejor opción.

Eligió a su corazón.

-lenguaje - Jason había fruncido el ceño tan tierno que le saco una risa a Percy - entonces nos casaremos en cuanto tus manos se curen.

Y pensar que se tardó un año para poder obtener otra vez la movilidad de sus manos.
Al parecer no rompió los nervios. Solo los huesos.

-¡Jackson! -escucho al fin, provocando que dejara de estar en sus recuerdos.

- ¿Qué pasó? No me grites así -

-lo siento. Pero no respondías. Bueno, decía que ya estás bien, te ves guapo. Seras la envidia de toda mujer y Omega que haya tenido la ilusión de casarse con el rey -  leo junto sus manos como si estuviera soñando.

- eso no me hace sentir mejor - susurro sentándose en la cama y cubría su rostro con sus manos.
¿Y si no era buen amante y esposo?, ¿Y si al final Jason se llegaba a aburrir de el?

-mira, Percy, eres mi capitán. El capitán del Argo ll, además un Omega de esos que no son comunes. Eres un buen estratega y no dudó en que seas buen padre - le apartó las manos, con mucho tacto mientras se incaba a un lado suyo y le sonreía cálidamente. - cualquiera quisiera ser pareja del pirata Percy Jackson -

-esta bien. Ya iré - se levantó de la cama, con aires renovados.
Tal vez leo tenía razón.

-asi se habla. Ahora vamos - ambos salieron y se dirigieron a donde se haría la boda: en el patio trasero del castillo. Todo el pueblo se encontraba presente.

Percy suspiro antes de que comenzara la canción. Cuando lo hizo camino hacia donde se encontraba Jason.

El rubio traía un vestuario negro, mientras que el azabache uno blanco.
Parecían invertidos los papeles.

- estamos aquí reunidos para... - el que los casaría comenzó a hablar. Pero Percy no escuchaba lo que él decía. Solo pensaba en el como sería su vida de ahora en adelante.

Aunque, de eso se trata la vida, ¿No?. De conocer y experimentar. De sufrir y disfrutar.

Siempre había una primera vez para todo. Y eso lo descubriría ahora en adelante.

Pero, si estás con aquella persona que amas. Ambos experimentando juntos. No sería tan difícil.

Pero lo que Percy supo desde un comienzo, fue que este amor sería "un amor especial".

Un amor especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora