La Ciudad del Segundo Eterno © [Editando]

Cadmia Llena de Miedo

Hugo, Andrew y dos guardias del Rey me volvieron a llevar a la habitación... la mayor sorpresa me la lleve cuando llegamos a una habitación diferente. Sólo había una ventana pequeña. Supuse que era para que no pudiese volver a escapar me. Di un suspiro y al ver que todos esperaban a que entrará en la habitación decidí entrar. Detrás de mi entraron Hugo y Andrew, sinceramente me sorprendió que los guardias vampiros se quedasen fuera.

-- Creo que de esta habitación ya no te escapas. -- comentó Hugo con una sonrisa en el rostro.

-- Podría escaparme ahora mismo y ni te darías cuenta. -- gruñí e hice unos pasos más a dentro de la habitación. Parecía que las paredes se iban a caer en cualquier momento.

-- Tienes que prepararte para el Baile. -- cambió de tema Andrew al fijarse que Hugo estaba perdiendo la paciencia.

-- ¡Me niego a ir! -- levanté la voz y justo en ese instante apareció un chico rubio y una chica con el pelo azul en la puerta de la habitación. Parpadee unas veces seguidas y crucé los brazos.

-- Justo a tiempo, Jacob. -- sonrió Hugo y le dio un abrazo.

-- El te ayudará a prepararte para el Baile, es un experto. -- explicó Andrew al ver que empezaba a ponerme nerviosa.

-- ¡No quiero ir! -- volví a levantar la voz.

-- Para ser un ángel es una fierita, eh? -- comentó la chica de pelo azul. -- Por cierto, soy Aqua. -- sonrió y me guiñó el ojo.

-- Ella es Cadmia. -- respondió Hugo antes de que yo pudiera decir algo.

-- Se hablar sola... -- Suspiré y bajé la mirada. Me sentía... bueno como una prisionera... y era eso justo lo que era una prisionera... para los demás un juguete. Sentí como los ojos se me llenaban de lágrimas, pero parpadeando evite llorar.

-- Bueno, iros todos de la habitación, nosotros nos ocuparemos de ella solos. -- les guiñó el ojo Aqua a Hugo y a Andrew. Los dos intercambiaron miradas y después de dudarlo aceptaron.

-- Vendremos a verla cuando acabéis. -- dijo con firmeza Andrew.

-- No señor, todos la verán cuando entre en el salón de baile. -- respondió Jacob.

-- Os recuerdo que somos hijos del rey. -- gruñó Hugo.

-- No discutamos con ellos sobre esto, es una tontería. -- suspiró Andrew cogiendo a su hermano del hombro derecho.

-- Confíar en nosotros, estamos aquí unos 200 años. -- sonrió Aqua.

-- Anda, vamos. -- decidió Hugo después de unos segundos de silencio. Andrew aceptó con la cabeza y los dos salieron de la habitación.

-- Bueno, bueno... vamos a ver que tenemos aquí. -- se giró hacia mi Hugo y dio unos pasos sin quitarme los ojos de encima.

-- ¿Qué color piensas que le quedaría bien? -- preguntó Hugo dirigiéndose a Aqua.

-- Creo que uno más llamativo, está muy pálida para llevar colores claros. -- respondió y empezó a sacar pequeñas bolsas de una mochila.

-- ¿Qué es eso? -- pregunté de forma desconfiada y me quedé mirando las diez bolsas que había sacado.

-- Son bolsas con maquillaje. -- respondió.

-- Ven, te los enseño. -- añadió con una sonrisa para intentar calmarme. La mire con desconfianza, pero después de unos instantes me acerqué a la mesa donde había dejado las bolsas. Con la mano cogí un plástico circular negro, luego me di cuenta de que en mi mano se había quedado un polvo de color azul - plateado.

Di un grito asustada y retrocedí unos pasos y solté el plástico que se cayó en la mesa,

-- ¡Me habéis envenenado! -- los dos intercambiaron las miradas y empezaron a reírse.

-- ¡No teníais derecho! ¡No os he hecho nada! ¡Si muero será por vuestra culpa! -- volví a gritar. Tenía ganas de usar mi fuerza contra ellos. Me mintieron, y los hermanos idiotas confiaron en ellos.

-- Cadmia, calmate, tranquila. No es veneno. -- empezó a tranquilizarme Aqua,

-- Se llama sombra de ojos. Se usa para devorar la piel que tienes por encima de los ojos, Aqua lleva una de color rosa. -- añadió Jacob. Negué con la cabeza, Aqua dio unos pasos hacia mi y cerró los ojos.

-- ¿Ves el color? -- preguntó.

-- Si... es rosa fuerte... -- dije sorprendida y pasé el dedo índice por encima del color.

-- ¡Cadmia, no hagas eso! -- empezó a reír Aqua, abrió los ojos y retrocedió unos pasos. -- Me haces cosquillas. -- añadió y parpadeó unas cuantas veces seguidas.

-- No es para interrumpir vuestra conversación femenina e inmadura que tenéis, pero deberíamos empezar a elegir vestidos. -- comentó Jacob. Aqua sonrió de forma sarcástica y luego aceptó con la cabeza.

-- Vamos a ver, pruebate este. -- dijo Jacob y me pasó un vestido de color verde. Me quedé mirándolo un rato y luego lo cogí y fui al baño. En unos diez minutos salí del baño, me costaba coger el aire.

-- No le queda bien el color verde. -- comentó Aqua nada más verme.

-- Me falta el aire. -- suspiré e intenté coger aire.

-- Pruebate este. -- sacó otro vestido de color rojo.

-- ¿En serio? -- pregunté de forma irónica. Los dos sonrieron.

-- Vamos, es para que mostremos a los demás tu belleza angelical.  -- sonrió Jacob.

-- Yo no necesito que nadie muestre nada a los demás. -- murmuré y volví a encerrarme en el baño.

-- Parece una vampira. -- comentó esta vez Jacob.

-- Es demasiado llamativo. -- volvió a decir Aqua. -- Ponte este. -- añadió Aqua y me pasó un vestido de color violeta. Di un suspiro y volví a meterme en el baño. Después de otros minutos salí del cuarto de baño. Los dos intercambiaron miradas y luego en sus rostros apareció una sonrisa.

-- ¿Qué pasa? -- pregunté preocupada.

-- Lo tenemos. Estas preciosa. -- me guiñó el ojo Aqua.

-- Gracias.  -- sonreí lo que les dejó sorprendidos a ambos.

-- Ahora pasemos al maquillaje y a tu pelo. -- añadió Jacob.

-- ¿A mi pelo? -- pregunté desconfiadamente y parpadee unas cuantas veces seguidas.

-- No te preocupes por nada, y deja que te ayudemos. -- sonrió Aqua mientras arrastró una silla dejándola delante de ella. Me senté en ella, tragué saliva y dejé que hicieran lo que quisieran conmigo... Sinceramente... sabía que no lograría escapar de ahí... y empezaba a darme igual... si tenía que ser ese mi destino... que así sea...