El Jardín Misterioso

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Me quedé un rato mirándole...

' ¿Qué debía decirle? ¿Qué debía hacer? '

Crucé los brazos y me mordí los labios.

- " ¿Y si vamos al jardín y lo hablamos todo ahí...? " - propuse después de unos segundos de silencio.

Me ponía nerviosa la forma en que me miraba.

' ¿Qué era? ¿Deseo por mi... o por mi sangre? '

Andrew sin decir nada aceptó con la cabeza y juntos nos dirigimos hacia el jardín. Los dos nos sentamos en uno de los bancos que habían.

- " Sabes, en este jardín hay un pequeño misterio... Desde que mi padre se casó con mi madre. " - empezó a contar con nostalgia.

- " ¿Cuál?  " - pregunté intentando mostrar interés.

- " En unos minutos saldrá. " - dijo con una sonrisa.

Entre las nubes aparecieron unos pequeños rayos solares.

- " Eso es... " - me quedé sin palabras al verlo.

- " El Sol de la Ciudad del Segundo Eterno, si. " - respondió Andrew.

- " Es increíble. " - suspiré sorprendida.

- " Mi madre era una vampira de la luz... su familia como regalo de bodas le regaló a la ciudad este Sol. Sólo se ve a ciertas horas del día. Sabes... Hugo siempre se ha parecido más a mi padre... en el sentido de que le gustaban los juegos, la sangre y eso... pero yo no se... mi padre siempre decía que le recordaba más a mi madre. "

- " ¿ Tú que Piensas? - pregunté y le miré a los ojos.

- " No lo sé, yo me veo como Andrew. " - sonrió y me devolvió la mirada.

- " Cadmia... no quiero que estés enfadada conmigo... " - suspiró después de unos segundos.

- " Dame motivos para no estarlo... Intentaste beberme la sangre. " - gruñí.

- " Fue un momento de descontrol... " - suspiró intentando defenderse.

- " ¿Y si ese 'momento de descontrol ' hubiera llegado a más? ¿Qué pasaría luego?" - pregunté y me quedé mirándole a los ojos.

- " Lo importante es que no llegó a más, no? "

- " Confiaba en ti... en que eras diferente a los demás vampiros... y de momento solo me estoy llevando decepciones... " - respondí y aparte la mirada.

- " ¿ Si te llevas decepciones... por que me devuelves cada beso que te doy? ¿Por qué lo haces si soy para ti otra decepción? "

Me quedé paralizada con esa pregunta...

' ¿ En serio le devolví algún beso? ' - me pregunté a mi misma.

- " Confía en mi de nuevo, no te fallaré... Se que no lo haré. " - empezó a suplicar desesperado.

- " ¿Por qué insistes tanto? ¿Acaso no tienes a más amigos y amigas por aquí? " - nada más preguntarle eso, empecé a sentirme como una opción.

- " Si... tengo amigos... Pero ninguno de mis amigos tiene unos ojos tan preciosos... Ninguno tiene una sonrisa que es como el mismo sol... Ninguno de mis amigos será especial para mi, no tanto como lo eres tú. " - respondió con firmeza, pero dulzura a la vez. Me quedé sin palabras, solo sentí como por el rostro se me empezó a deslizar una lágrima. Andrew se fijó en ello y en seguida me la limpió pasando uno de sus dedos por ella.

' Cadmia... calmate... esta desvariando por el enfado... No te pongas así... solo respira... ' - intenté calmarme a mi misma.

La lágrima que cogió con el dedo se convirtió en una pequeña perla de color azul. Andrew se quedó sorprendido.

- "¿Todas tus lágrimas hacen eso? " - preguntó con curiosidad. Negué con la cabeza sorprendida... Sinceramente, era la primera vez que veía que una de mis lágrimas hacia eso.

- " Cadmia... creo que estoy enamorado de una chica... " - me anunció después de unos minutos de silencio.

- "Entonces, díselo. " - le aconseje y me quedé mirando una de las flores... era una rosa azul.

- " Es algo complicado... " - suspiró con una sonrisa.

- " ¿ Por qué? " - pregunté y me giré hacia él.

- " Porque al parecer la chica no sabe captar indirectas. " - sonrió y me miró a los ojos.

' Espera... ¡¿Se refiere a mi...?! ¿Qué le digo? ¿Qué hago? ¿Por qué estoy nerviosa? ' di un suspiro y aparté la mirada de él.

- " ¿Por qué Cadmia? " - cambió de tema al ver que me empezaba a morder los labios de los nervios.

- " No lo sé... cada ángel recibe su nombre... pero nunca sabe el porque... y aunque intenté investigar un poco sobre ello... No encontré nada." - suspiré algo más tranquila. - " ¿Por qué Andrew? "

- " No sé, mi madre me contaba que mi padre escogió el nombre de mi hermano y que ella escogió el mío... Supongo que le gustaba el nombre. Aunque... yo descubrí que en griego significa valiente. " - sonrió orgulloso.

- " No se si beber sangre a otros seres es de ser valiente. " - comenté.

- " ¿Me lo vas a estar recordando toda la vida? " - preguntó con una sonrisa.

- " Puede. " - respondí y sonreí también.

- "Cadmia... ¿Puedo besarte? " - preguntó y me miró a los ojos.

' ¿Qué clase de pregunta es eso? ' - tragué saliva y empecé a morderme el labio inferior nerviosa.

Él me paso uno de sus dedos por el y se quedó mirándome a los ojos.

- " Si te lo sigues mordiendo así, te harás sangre. " - advirtió preocupado.

Dejé de morderme el labio y aparté la mirada nerviosa.

- ¿Y la Respuesta? " - preguntó con una sonrisa.

Negué con la cabeza sin mirarle.

- " Mírame a los ojos y dime que no quieres que te bese. "

Di un suspiro, me giré hacia él y me quedé mirándole un rato.

- " No puedo... " - volvía a morderme el labio de forma nerviosa.

Andrew sonrió y me acarició la mejilla.

Se inclinó hacia una de mis orejas.

- "Sólo déjate querer. " - me aconsejó y volvió a mirarme a los ojos.

- " No puedo dejarme querer por un... " - tragué saliva y vi que había apoyado su frente con la mía.

- " Yo no te quiero como a un ángel... Te quiero como a una chica... Yo soy un chico y me gustas tu como chica. " - sonreí con su forma de explicar las cosas.

Me levanté del banco y él se quedó sorprendido por un instante. Me cogió de la mano y hizo que me sentase encima de él. Con cuidado me cogió alrededor de la cintura y yo a él le abracé con los brazos alrededor del cuello. Me incliné hacia el hasta que nuestros labios se rozaron el uno con el del otro. Sentí una vibración. A él le hizo sonreír ese momento y aprovecho para darme un beso. Me apreté más a él, con la intención de no soltarle, de no irme, de seguir sintiendo sus labios un buen tiempo. Note un suave mordisco que me dio en los labios de forma juguetona que me hizo volver a sonreír. El beso se volvía cada vez más intenso, y más apasionante.

Después de unos minutos nos paramos a coger aire.

- "Huyamos juntos. " - susurró antes de darme otro beso más.

La Ciudad del Segundo Eterno ©  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora