Puro Odio

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Recuperé el conocimiento cuando ya era de mañana. Seguía sin poder acostumbrarme a una mañana sin rayos de Sol. Di un suspiro y me levanté del suelo, en ese mismo instante se abrió la puerta. En ella estaban los hermanos... los principitos.

- " ¿Has dormido toda la noche en el suelo? " - pregunto extrañado Hugo y me miró a los ojos.

- " No, acabo de levantarme. " - respondí y me mordí los labios. No podía soportar ver a Andrew... Había confiado en él... y al final sólo logro hacerme daño. Bajé la mirad y di otro suspiro.

- " Bueno, nuestro padre. El Rey. " - dijo Hugo, al ver que empecé a negarme a las cosas. - "Quiere que vengas a desayunar con nosotros. " - acabó la frase y me miró. Di un suspiro y acepté con la cabeza.

- " Bien, así me gusta, que seas obediente después de lo que pasó anoche. Tienes diez minutos para cambiarte. " - dijo Hugo y salió de la habitación. Andrew hizo unos pasos hacia mi, con la intención de decirme algo, pero nada más fijarse en ello su hermano, dio dos tosidos.

- "Andrew, la señorita Ángel necesita intimidad. " - gruñó Hugo. Andrew dio un suspiro y los dos salieron del a habitación.

' ¿ Qué demonios quiere el Rey ahora de mi... ? Como si no fuera suficiente con que estoy aquí encerrada... ' - pensé mientras elegía la ropa que me iba a poner.

Cuando por fin me decidí toqué la puerta para que me la abrieran. En el rostro de Hugo apareció una sonrisa.

- " Siempre tan apetecible, no es así Andrew? " - sonrió y se pasó la lengua por los labios.

- " El desayuno es otra cosa. Y el Rey está esperando. Podrías dejar de retrasarnos. " - comenté lo que dijo. Él me miró de forma fría y al final decidió dirigirse al comedor. Nada más llegar el Rey se levantó.

- " Vaya, me alegro de que estes bien. Anoche tenías mala pinta. " - comentó dirigiéndose a mi.

- " Es falta de sol... Aparte de que no quiero estar aquí. " - suspiré y tomé asiento cuando el Rey me lo permitió.

- " Se puede saber que es lo que le pasa a este lugar que lo odies tanto? " - preguntó el Rey y me miró a los ojos.

- " ¿Estoy aquí por que me obligan a estar. Soy una secuestrada, y la gente de aquí no es la mejor que digamos. " - miré hacia Andrew y luego volví a mirar al Rey.

- " ¿Oh, pasó algo entre vosotros? " - preguntó con una sonrisa en el rostro.

- " Sólo... " - empezó Andrew, pero le interrumpí.

- " Nada verdadero. " - respondí y bajé la mirada.

' Y nada que volverá a suceder. Le odiaba con todo mi corazón. Sabía que hacia un error al dejar que un estúpido vampiro se acercase tanto a mi... Pero al fin y al cabo la culpa era mía... Caí en la tentación... '

Suspiré y me quedé mirando el plato que tenía delante de mi. Sinceramente... no tenía ganas de comer nada. Solo quería estar sola. Como lo estaba desde que llegué a la Ciudad...

- " ¿Hay algún problema ? " - preguntaron Andrew y el Rey al mismo tiempo.

- " Solo no tengo hambre, estoy cansada. " respondí de forma simple.

- " Aún así deberías comer algo, estás muy pálida. " - meánimo Andrew, de forma preocupada. Tenía razón en ello. Di un suspiro y al final decidí comer algo. No entendía como ellos podían comer de buena mañana carne... pero al fin y al cabo... mientras no la tuviera que comer yo esta bien así... Me prepararon una ensalda que me dio fuerzas. Y era eso lo que necesitaba... coger energía y fuerzas para dejar de sentirme mal. Cuando todos acabamos intercambiamos miradas.

- " He estado pensando... en que no es muy bueno que estes encerrada entre cuatro paredes... ¿Así que por que no sales al jardín del Castillo? Serás vigilada, pero es mejor estar un rato en el aire libre que estar fuera, no? " - sonrió el Rey. Hugo le miró sorprendido, y yo hice lo mismo.

- " ¿Habla en serio? " - pregunté impresionada.

- " Claro. Al fin y al cabo, dijiste que eras nuestra presa. Lo mínimo que podemos hacer es dejarte salir del Castillo. "- respondió el Rey.

Bajé la mirada.

' No pienso darle las gracias, por que me deje salir del Castillo. Yo no he pedido estar aquí... Pero podría aprovechar esa ocasión para ver mejor el terreno y huir... Al fin y al cabo hace ahora más luz que de noche. Podría ver como es el lugar y ver las posibilidades que tengo de huir... Esta vez lo conseguiré. ' 

- " ¿Cuándo podre salir? " - pregunté entusiasmada.

- " Ahora mismo si quieres. " - sonrió el Rey al ver que esa decisión me había alegrado.

- " ¿Puedo ir con ella? " - preguntó Andrew y me miró a mi a los ojos.

- " Claro, me ahorraré el llamar a los guardias. Aun que más tarde enviaré a uno para que os vigile. " - sonrió el Rey y bebió un trago de algo rojo que tenía en su copa.

Di un suspiro... ' ¿Qué demonios quiere de mi? ¿Intentar chuparme la sangre de nuevo? '

Los dos nos levantamos de la mesa y salimos del comedor.

- " ¿Por dónde se va hacia el jardín? " - pregunté sin mirarle.

- " Por aquí, sigueme. " - sonrió y fue él delante de mi.

Entre nosotros reinaba un silencio. Supongo que a él no le gustaba, varias veces se paraba con la inteción de decirme algo, pero siempre se lo acababa pensando.

- "Oye... Cadmia... podemos hablar una cosa? " - preguntó nervioso y se paro en uno de los corredores.

- " ¿ Qué cosa? Si tiene que ver con lo de anoche, no me interesa. " - respondí con seriedad.

- " Sólo escuchame... " pidió de forma desesperada.

- " Dije que no me interesaba. Eres igual que los demás. Y no me lo niegues. Vi como te comportasate anoche y cuales eran tus verdaderas intenciónes. " - crucé los brazos y le miré a los ojos.

- " Eso no fue así... yo no quería morderte.... " - empezó a defenderte.

- " Lo habrías hecho si tu hermanito no hubiese venido. " gruñí. 

- " Me habría controlado! " - levantó la voz. 

- " Lo dudo... Confiaba en ti... no esperes que vuelva a cometer el mismo error. " - suspiré cansada de esa conversación. Decidí empezar a caminar hasta llegar al jardín.

- " Cadmia! Espera! Te lo ordeno! " - levantó la voz y me cogió del brazo. 

- " Me lo ordenas? " - levanté una ceja y enmi rostro apreció una sonrisa. - "Yo no aceptó ordenes. No eres ni capaz de controlar esta situación. No me digas que serías capaz de controlar el mordís... " - se inclinó sin avisar hacia mi y me dio un beso en los labios. Soltó mi brazo y me rodeó la cintura, para acercarme más a él. Le aparté con fuerza de mi y me quedé mirándole. 

- " Perdoname.... por favor... no quiero... no soporto que estes enfadada conmigo... " 

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Qué le dirá Cadmia a esto? Como seguirá la historia?  

La Ciudad del Segundo Eterno ©  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora