La Ciudad del Segundo Eterno © [Editando]

La Mentira Más Bonita Del Mundo

Parpadee unas cuantas veces seguidas hasta despertarme. Seguía en el pecho de Andrew. Abrazada a él. Oí unos tosidos.

Me quedé paralizada y luego me giré hacia él sitio de donde venían.

Pertenecían al Rey.

Me cubrí con una fina sábana blanca.

- " Tranquila, sólo vengo a hablar. " - dijo y levantó las manos pare enseñar que venía en son de paz.

Me quedé extrañada y un poco avergonzada.

- " ¿Qué quiere?  " - pregunté mirándole fijamente.

- " Hablar de algo. Se trata de Andrew. " - al oír el nombre de Andrew con cuidado me levanté de la cama para no despertarle.

- " ¿ De que trata? - pregunté.

- " Te importa si te lo cuento en privado. Por ejemplo en tu habitación. " - ofreció con una sonrisa.

Di un suspiro y después de dudarlo un rato acepté con la cabeza.

El con un chasquido hizo que estuviese vestida de nuevo. Miré hacia Andrew. Seguía dormido. El Rey dio unos tosidos y los dos salimos de la habitación.

- ¿ De que se trata? - pregunté con poca paciencia.

- " Tranquila querida,  todo a su debido tiempo. " - dijo con una voz tranquila.

Di un suspiro y después de unos instantes estabamos delante de mi habitación.

- " ¿ Qué tal fue la noche con él?  " - preguntó rompiendo el silencio.

- " Eso es cosa mía... " - respondí molesta.

- " No lo creas. " - sonrió.

- " ¿Podría decirme de que quería hablar? " - pregunté sin paciencia.

- " A Andrew le salió muy bien todo el plan que planeó. Sinceramente, dudaba un poco de que saliera. Eras tan cerrada, fría y distante al principio. " - empezó a hablar el Rey... pero no entendía muy bien de que.

- " ¿Qué plan? " - pregunté y le miré a los ojos.

- " Oh, así que no sabes nada. " - sonrió. - " Verás, aquí la opción de coronar según la edad es la última. " - explicó.

- " ¿Qué tiene eso que ver conmigo? " - pregunté cada vez más confundida.

- " Lo de Andrew no es amor. Si no una competición con su hermano Hugo. El primero que se casase tendría el trono. Esta claro que Hugo tenía muchas posibilidades... Pero cuando a Andrew se le ocurrió lo del ángel, estaba claro que ganaría. " - estaba aguantando las lágrimas... no podía me creer lo que estaba diciendo.

- " Era algo difícil, ya que tu eras fría con todos. ¿Sabes? El fue quien planeó tu secuestro. No estuvo en el... Pero planeó: cuando, donde, como... y todo lo demás. " - siguió explicando.

Tragué saliva y sentí como me humedecian los ojos.

- " ¿Te contó la historia del jardín? Es sólo mentira, su madre esta viva... solo lo dijo para que le dejases conquistarte. " - dio un bostezo.

- " Al igual que sus te quiero... las simpatías que tenía contigo. ¿Te pidió que te casaras con el? " - preguntó.

Acepté con la cabeza. Me estaba rompiendo por dentro. Con cada palabra que decía... por muy increíble que fuese... Todo encajaba a la perfección.

- " Era impresionante,  el cómo aguantaba sin pegarte un mordisco, eh? " - sonrió el Rey. - " ¿Sabes? Al haberte acostado con él,  estás a un paso de ser suya por completo. " - susurró y me miró a los ojos.

Negué bruscamente con la cabeza.

- " ¡Yo nunca seré de nadie! " - levante la voz... me temblaba.

- " Después de estas noticias deberías descansar. " - comentó el Rey, ignorando lo que acababa de decir.

Se dio la vuelta, estaba listo para irse.

- " Ah, por cierto. Cuando tengas un rato libre. Mírate las alas. " - me guiñó el ojo, se aseguró de que entrase en mi habitación y se fue.

Caí de rodillas al suelo... y empecé a llorar. No podía creerme lo que me acababa de decir. Me dolía tanto... Sentía como mi corazón se secaba,  como todo lo que sentía hubiese sido usado en mi contra.

Cuando me calme un poco. Pensé en el comentario del Rey sobre las alas.

Hice que me apareciesen en la espalda...

Me levanté del suelo y me quedé mirándolas.

- " No puede ser... " - dije en voz alta. Cogí la ala derecha y vi que entre las plumas blancas que la formaban empezaban a aparecer plumas negras. Di un grito y empecé a llorar de nuevo.

- " Plumas negras... " - intentaba coger aire... pensar que era solo un sueño.

Miré la otra para convencerme de ello... pero sólo vi que también tenía plumas negras.

Y luego... me desmaye...