La posición de la luna en el cielo era un imán para las emociones. Si bien, habían hecho un largo viaje desde Francia hasta España, la llegada se sintió cómo algo completamente repentino y contrariamente, muy bien planeado, cómo si cada pieza finalmente encajase en su lugar.
Estaban velando a un virrey, se trataba de un evento masivo que reunía a la crema y nata del continente.
Aria mantenía la mirada fija en el suelo, y solo la dirigía en breves instantes a Lauren, quién más que afligida se veía incluso perseguida, una creciente tensión entre ella y madre. Después de todo, no se habían dirigido la palabra en días.
Rachel actuaba con suma tranquilidad o ignorancia. Caminaba de un lado a otro con los hombres de clase alta, incluso se tomó un momento para tomar a su hermana del brazo y susurrarle algo al oído.
-Esta puede ser tu única oportunidad de encontrar un marido rico, no la desperdicies.
Pero en ese momento no sentía más que sus mismos sentimientos reprimiendose y ahogando en su interior. Nadie podría verla llorar, solo entonces sospecharían y estaría metida en más problemas. Lauren en aquél punto, tan pálida cómo un fantasma, sostenía su cabello entre los dedos y lo entrelazaba.
Había sido el blanco de todos los invitados presentes, quiénes la miraban y entre cuchicheos decían: "es la prometida"
No se veía cómo una viuda, se había tomado el tiempo de acicalarse y peinar preciosamente su cabello que caía por debajo de la espalda. No estaba destruida, en su interior, podía que ella misma deseara la muerte del verdadero amor de Aria.
Solo entonces, un hombre al pie de la escalera, alzó la voz que la sacó de sus pensamientos.
- Su atención, por favor-. Pidió en un suave tono que dejaba traslucir su acento británico.- Estamos aqui para despedir a una pieza de la aristocracia: Diego Fernandez De Cordoba, gran amigo mio, de mi familia y todos ustedes, quién después de gobernar satisfactoriamente esta nación, ahora va a reencontrarse con sus seres amados, por la eternidad. Brindemos esta noche en su honor, y pidamos por él, y su familia.
Al finalizar el discurso, las personas del salón aplaudieron fuertemente y bajaron uno a uno los que estaban en la escalera. Uno de ellos, dirigió su atención hasta la belleza de ojos negros.
- Asumo que tengo el gusto con la prometida del Virrey, que en paz descanse. Mi nombre es Klaus Mikaelson, es un verdadero honor.
Le tomó al menos unos minutos digerir las palabras, pero aún cuando lo hizo, se sobresaltó. No podia ser una coincidencia... El hombre que se encontraba ante ella, era un Mikaelson-¿Trajo a su esposa? Señor Mikaelson.
Preguntó sin más, fingiendo no saber con quien hablaba. Él se limitó a soltar una risa enérgetica e insinuante.
-Oh, no estoy casado. Ella es mi hermana menor, Rebekah. Está hablando precisamente con mi hermano Kol, y quien dio el discurso fue mi hermano Elijah, estamos aqui rindiendole tributo a nuestro gran amigo, quién nos acogió aquí.
Es una gran lástima que haya muerto dejando sola a una mujer tan maravillosa cómo usted, es decir, si es verdad lo que se dice.
Lauren tragó en seco.
-¿Lo qué se dice de mí? Carraspeó.
-Nada malo, Solo que es maravillosa-. La miró fijamente y le extendió el brazo.- Necesito que me acompañe al jardínElla no respondió, simplemente hizo lo que él le pedía.
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"Devotion" Klaus Mikaelson.
VampireDentro del corazón de cada hombre hay mucho que entender: Un apetito sexual, un secreto, una pena y un miedo. Pero él es cómo ningún otro... Tiene poder sobre todos los mortales y ante aquellos que han cruzado la línea de la inmortalidad. Es "él bas...