Capítulo 15

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Últimamente he observado que se le da mucha importancia al "amor acompañado". Con esto quiero decir, que para que una persona se sienta feliz o satisfecha consigo misma, necesita un compañero/ a para lograrlo. Y eso no es así. Estoy segura de que la mayoría de la gente tiene la necesidad de sentirse acompañada del sexo  opuesto debido a su soledad, quiere evitar por todos los medios ese sentimiento de impotencia y frustración que poco a poco conlleva a la falta de amor propio o baja moral. Es cierto que al estar con esa persona evitas la soledad, tienes a alguien en quien volcarte y estás dispuesto en aceptar sus errores, e incluso los tuyos.
Pero todo esto sucede si procesas una serie de sentimientos hace él/ ella, claro.
Admítelo, es una pérdida de tiempo si no estás dispuesto a enfocarte en "nosotros" y no en "tú y él" o "tú y ella"'.
Son algo más que pronombres personales, y en este caso el burro que se posiciona  "delante para que no se espante" está harto  de interponerse por absurdos errores humanos.
Si se da el caso en el que le quieras,( porque es eso, le quieres; por el momento) amigo, has de saber que a esta edad nadie es tuyo, sólo es tu turno. Querer de antes no es sinónimo de querer más. Sí, lo sé, os lleváis queriendo dos años, quizás cuatro o incluso seis.  ¿Pero qué es el tiempo para tí? A lo mejor es el número de días que lleváis sin veros o las horas que pasáis el uno sin el otro, o los minutos que lleváis hablando por teléfono y los segundos que tardas en darte cuenta de lo mucho que le necesitas. O quién sabe, quizá son aquellos breves minutos en los que de verdad os pasó algo alucinante, capaz de guardarlo en vuestra memoria y haceros viejos al lado de otra persona sin temer en recordarlo, el tiempo no se mide en escalas, sino en instantes. Ahora dime ¿Cuántos instantes has logrado  conseguir en dos años, cuatro o seis? Te han sobrado dedos, y me alegro de que así sea.
Porque para que algo se le considere valioso, tiene que rozar los límites de lo inexistente.
Después de esto quiero que sopeses la posibilidad de que esa persona después de pasar momentos realmente sinceros, decide partir y adentrarse en el mundo de otra mujer/ hombre.
No es culpa tuya, ni la de él. Simplemente ambos estáis madurando y os habéis abierto a nuevas posibilidades. No te eches la culpa. No la tienes. Tampoco te atrevas a echársela al nuevo integrante, te vuelvo a repetir que querer de antes, no es querer más. El tiempo no mide el amor y viceversa.  Normalmente estamos acostumbrados a mirar mal a la otra persona, e irónicamente resulta acabar antes que tú con ella/ él. Si de verdad le quisiste, estarías feliz por el simple hecho de que hasta entonces tu "alma gemela" ha encontrado a alguien diferente, y se siente a gusto y equilibrado con ella o él. ¿Acaso no es eso el amor? Interpones tus intereses frente a los suyos, y si ambos terminan felices el uno sin el otro, enhorabuena.
Te has dado cuenta de que no necesitas a nadie en particular para obtener lo que realmente quieres.
Ser feliz está al alcance de todos, sin necesidad de tener una presencia al lado.
Si te sientes viva con la pintura, pinta.
Que quieres escribir un libro de mil páginas, por Dios, hazlo.
Que con una manta y una buena película te sientes plena, adelante.
Que quieres romper cosas, por favor, rómpelas.
Que echas de menos a tu madre, llámala, a qué estás esperando.

No siempre el amor y la felicidad van de la mano. El amor no tiene porqué ser a "alguien", y la felicidad en " algo".
No lo olvides.

Lo que jamás llegue a decirte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora