Hace mucho tiempo que deje de escribir.
Escandalosos fragmentos de minutos y pesadas cifras desde la ultima vez que el sonido de un lápiz transcribe un recuerdo. Un momento. El silencio era ensordecedor, las palabras sepultadas y mi mente desaprendía poco a poco. Una canción que no termina de escribirse; un violín sin un arco; unos labios que no conocen un beso.
Hay momentos en los que hay que parar; escuchar el silencio: es mas soportable que el ruido, a fin de cuentas no nos damos cuenta que a la sonoridad la hemos terminado difamando, hemos hecho soportable miles de vocales, que desembocan en palabras bonitas, otras feas pero de las feas no hablamos así como de la capacidad de mantenerse callado
No tengo problema en pensarlo porque nadie me escucha, tampoco de escribirlo porque la culpa la derramo en algo tan material como una hoja, algo tan profundo como unos renglones.
Tengo miedo del silencio, de enmudecer.
Me precipito y ya no pienso, uso el instinto: todos lo tenemos pero no nos gusta sacarlo; Eso solo pasa cuando la ocasión se nos presenta y no hay otro remedio pero hay cosas que no esperan, que no avisan, sepultar no es enterrar, tan solo es esconder. No tenemos por que buscarle sentido a las cosas, no están para buscarle un sentido; no quieren una aclaración; no necesitan una valoración exhausta. Escucharte no te hace narcisista, creer que no lo necesitas puede.
He estado apunto de silenciarme,
he querido taladrarme con palabras para no oír mi silencio.
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Lo que jamás llegue a decirte.
Short Story¿De verdad necesitas una introducción para adentrarte aquí? No lo creo. Espero que no seas de esas personas que vaya a juzgar un libro por su tapa o como en mi caso, por su lamentable descripción. Se crítico, aprende a juzgar sin preámbulo alguno, t...