6.

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—¿Éstos son los libros?—Pregunta el mayor cuando finalmente están dentro de la habitación y divisa unos libros con los títulos de historia.

—Si—YoungJae ni siquiera es capaz de mirarle. Su rostro está pálido y parece estar bastante distraído.

—Bueno, vamos—Dice, guardando lo encontrado en su mochila.

—Vaya- vaya con cuidado, hyung—y JaeBum se da cuenta que el menor no le está prestando atención.

Camina hasta él y toma su barbilla, obligándolo a mirarlo.

—Dije vamos—repite, demandante. Lo suelta.

Pero algo hace que el castaño frente a él simplemente no pueda concentrarse. Algo en la mirada del contrario, estaba brillante de temor.

—Hyung. JaeBum hyung, por favor no diga nada de ésto. Haré lo que desee,  pero no mencione nada de lo que sucedió en casa. No diga que mi tía le dijo esas cosas, hyung. Le juro que yo-yo no- yo no—Niega, encontrando finalmente la mirada del azabache.

—No quiero saber si eres gay o no. No me interesa si lo eres. Y no haré rumores en la escuela, YoungJae. No soy ese tipo de persona. Perdón si te metí en problemas y discúlpame si te desagradó mi respuesta a esa señora, ¿está bien? Pero es que detesto ese tipo de tratos. Tú eres libre de ser lo que quieras, de amar a quien te venga en gana y no tener miedo. No debes sentir miedo por la opinión o reacción de los demás. Que se jodan todos los que te señalen para burlarse o juzgarte—Todo aquello en un tono demasiado venenoso—Ahora, ¿vas a venir o no conmigo a la biblioteca?—Termina.

—¿N-no te molesta?—Pregunta tímidamente.

—¿El qué?—.

—Lo que mi tía insinuó—.

—¿Qué insinuó tu tía?, ¿que eras gay?—.

—¿no te da- a-asco?—Sus ojos comenzando a soltar lágrimas.

Porque está confundido y las palabras de JaeBum siempre las iba a recordar. Porque él necesitaba algo así.

—Bueno, creo que no has puesto mucha atención a mis palabras—ríe con pocos ánimos, acariciando los cabellos del contrario.

—No. Yo escuché, yo entendí. Gracias, gracias JaeBum hyung—Sin siquiera pensarlo rodea la cintura del mayor con sus brazos y se esconde en su pecho. Cuando razona sus mejillas se tiñen de rosa y cuando intenta separarse pasa algo inesperado: JaeBum lo retiene.

—Está bien, YoungJae. Está bien—Murmura, acariciando los castaños cabellos del chico que comenzó a sollozar en su pecho.

YoungJae necesitaba algo así. Y JaeBum... también.

Por un consejo [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora