14.

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Dos semanas pasaron luego de la visita a la casa de la abuela, quien había hecho prometer más visitas por parte de los dos chicos y cada miércoles por la tarde pasaban a verla.

La mujer estaba encantada con los amigos de su nieto, pues había conocido a Jackson, quien fue uno de los días junto a su nieto y a JaeBum.

Se enamoró perdidamente cuando el encantador chico interactuó con ella.

Hace dos días JaeBum se había enterado, –por mensaje–, que la tía y primo de Choi irían a su casa por algunas cosas. Él estaría solo, sus papás habían salido esa semana. Y aun que insistió mucho por ir, YoungJae se lo negó. Estaba lloviendo fuertemente. Pero el día siguiente YoungJae no asistió a clases, solo dejando un mensaje en la mañana asegurando su bienestar. Y ya para el tercer día JaeBum estaba mucho más preocupado. No respondía sus mensajes, ni llamadas.

—¿Entonces irás a su casa?—Le cuestiona el chino y él asiente—Ve con cuidado y me dices cómo está. Si quieres que vaya, yo puedo ir—.

—sí, yo te aviso—Y emprende camino a casa del menor.

(...)

Es insistente con el timbre y es por eso que YoungJae abre la puerta.

A penas se ven, ambos se sorprenden.

YoungJae porque no se esperaba a su hyung y JaeBum porque no esperaba el moratón en el pómulo del menor, tampoco esperaba su cabello rojizo.

—Jesús. ¿qué te pasó?—Entra a la casa y acaricia el pómulo del menor.

—Ah... Yo, esto...—Comienza a balbucear.

—y quiero la verdad, Choi YoungJae. ¿qué pasó con tu primo y tu tía?—La puerta es cerrada por el mayor y entra como si de su casa se tratase.

Mamá Choi le decía que esta esta era su casa.

YoungJae se queda por la puerta principal. Sintiéndose avergonzado y tímido.

Los recuerdos regresan a su mente. Primero el comentario de su primo, luego él respondiendo; su tía interfiriendo y él explotando, por último un puño impactando en su pómulo.

Solloza en su lugar.

Todo por teñirse el cabello.

JaeBum lo escucha y camina hasta él, abrazándolo fuertemente. No era mucho de abrazos; siempre alejaba a Jackson cuando se ponía meloso, pero YoungJae lo necesitaba.

—¿Qué pasó, YoungJae?—Su tono más bajo. Más comprensivo, más dulce.

—Ellos llegaron ese día—Comienza a narrar, aún abrazado a su hyung—Y les di las cosas por las que pasaron, luego mi primo dijo que el color rojo me quedaba, porque era una zorra y yo le pedí que dejara de molestarme, después mi tía intervino, diciendo que él no había dicho nada malo, que esos tipos de comentarios deberían ser comunes hacia mí, porque era gay y yo me cansé, hyung. Me cansé. Le pedí que dejara de meterse donde no le llamaban, le grité algo como vieja metiche y antes de que me diera cuenta, mi primo ya me había dado el golpe.

—¿Lo golpeaste de vuelta?—Sabía que la respuesta sería negativa, tenía la esperanza de que dijese que sí.

—No, hyung.

—¿Y quieres que lo golpee?—Le da una caricia a los cabellos ajenos.

—Por supuesto que no, ¿cómo voy a dejar que lo golpees?—Se separan, pero están demasiado cerca. Y no es molesto. Es cómodo.

YoungJae tocando el brazo que está enredado por su nuca, sonriendo con desgane.

—Porque él te golpeó. Seguramente si Jackson se entera, ni siquiera te pedirá permiso.

—Bueno, Jackson hyung no va a enterarse.

—¿Vas a pedir que le mienta?

—sólo que no le digas.

Pasa un silencio, donde el menor se suelta del agarre y camina a la cocina, con intención de preparar algo, pero sus hombros son tomados por las manos de JaeBum. Girándolo. Sus manos seguían en ellos.

—Sólo quiero que estés bien consciente sobre algunas cosas; la primera es que nadie debe de faltarte al respeto, jamás. Seas lo que seas, quien sea que seas. Nunca—Sus manos suben ligeramente, acariciando por su cuello—Que no está mal que te defiendas, todo lo contrario; está muy bien. Que si alguien te pega, tienes qué regresar el golpe. O bien, llamarnos a mí o a Jackson para golpear a esa persona. Y, YoungJae—Sus manos toman las mejillas del menor, sonriendo—El rojo te queda precioso.

Ambos sienten sus mejillas coloradas y los corazones agitados. No sabían qué significaba, pero se sentía bien y eso era suficiente para ellos.

Por un consejo [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora