Deseo De Un Mafioso

CAPÍTULO 31

-Dime Emily...¿Como le llamarías tú?

Pero...¿Como?...¿ Como es que él...?. Leith mantiene su mirada fija. Se que no puedo negar los hechos y menos cuando es seguro que el sabe perfectamente lo que pasa entre Ian y yo. Pero lo que me pregunto es ¿Como diablos sabe lo que paso?

-No me digas que me lo vas a negar

No se lo voy a negar. Pero mi interés es saber como se entero.

-Claro que no. Pero me gustaria saber ¿Como es que tu lo sabes?

-Bien...

Leith se sienta de nuevo en su lugar sin decir ni una palabra o eso creía -piensas que darte todo el tiempo parada - Al hablar Leith se voltea hacia la ventanilla.

Me siento pero esta vez en el asiento que esta frente a Leith.

-Me dirás al fin quien te dijo

-¿Te gustaría tomar algo? - Leith presiona un boto y a los pocos segundos llega la chica que me ayudo hace un momento. Con ella trai un carro en donde tiene diferentes tipos de bebidas y en la parte de abajo tiene todo tipo de aperatvios.

-Dígame señor

-Me gustaría un whisky por favor

-Si señor. Y usted señora ¿Que le gustaría? Una bebida o aperitivo

-Un vaso de agua por favor

-Enseguida- Francis comienza a servir la bebidas. Al terminar me entrega la mia, lo cual se lo agradezco así como Leith cuando le entrega la suya- ¿Algo mas señor?

-No Gracias

-Con permiso me retiro. Cualquier cosa me llaman. Que disfruten de su viaje

Le agradecemos a Francis, después de cruzar unas palabras con nosotros se retira dejandonos al fin solos. Ahora si Emily respira profundamente por que la siguiente platica será la mas larga de tu vida.

Me acomodo en mi asiento y tomo un poco de mi agua para después beber de mi agua.

-Nadie me dijo nada

Leith por fin decide hablar solo que lo que dice no me gusta nada. Si nadie le dijo nada. No quedaba otra opción. El nos había visto, nos había escuchado.

-¿Y por no dijiste nada en el momento? O..acaso tu eres de los hombres que le gusta compartir a su mujer

Leith toma de golpe su trago para después fijar su mirada en mi. Por mas que intento descifrar que hay en su mirada no encuentro ni un rastro de algo. Por lo que esta logrando ponerme muy incómoda.

-Sabes no me sorprende que seas ese tipo de hombre. Si basta ver...

-¿Eres mi mujer?

-¿Cómo? - Pero que le pasa, acaso sufre de perdida de memoria. - Te recuerdo que nos acabamos de casar. Digo por si se te olvido

-¿Eres mi mujer Emily?

-Soy tu esposa, así que sí

-Eres mi esposa. Nos casamos. pero no eres mi mujer

Claro. Por eso no había dicho nada cuando nos vio y por la misma razón dejo que su mujer entrara a la boda. Odio que piense así, mas si eso quiere decir que voy a estar viendo a sus mujeres todo el tiempo

Así que esta vez iba hablar le gustará o no lo que le dijiera .

-Solo te dire algo que al habernos casado no pienso permitir que tu mujer o mujeres puedan faltar me al respeto. Como lo hizo hoy tu querida Alessia. Que no sea tu mujer no quita el hecho de que yo soy tu esposa