CAPITULO 1

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Cuando era pequeña siempre imaginaba que era una princesa de las que aparecían en las películas, que algún día iba a venir mi príncipe azul y me rescataría de las garras del terrible dragón y me amaría por siempre. Pero en mi caso no siempre es bueno ambicionar algo porque puede terminar por hacerse realidad.

Soy Emily Larusso siempre he vivido encerrada y bajo protección de mi padre, el jefe de la mafia más importante de Italia. Mi madre murió cuando yo nací y desde entonces siempre viví conforme a las reglas de mi padre y bajo el cuidado de las mejores nanas de toda Italia. No podía negar que disfrutaba de muchos lujos, joyas, vestidos, autos y hombres que darían lo que fuera por ser parte de mi vida, todo lo que una chica de 21 años disfrutaría. Pero para mí solo era una enorme jaula de oro.

Mi habitación siempre ha sido mi lugar seguro, mi refugio, el único sitio donde mi padre me permite ser yo misma, donde no tengo que seguir ninguna de sus reglas o aparentar alguien que no quiero ser.

Siempre que me levanto de mi cama, lo primero que me gusta hacer es acercarme a la ventana y disfrutar de la hermosa vista de la ciudad de Florencia, uno de los placeres de vivir en uno de los cuartos más altos de la casa es el poder ver sus bellos amaneceres, me quedo contemplando cuando siento unos brazos alrededor de mi cintura no necesito voltear para saber que es el príncipe que siempre soñé y quien ahora está a mi lado.

—Buenos días, mía bella. — me da un beso en mi mejilla.

—Buenos días, amor. -- volteo para poder abrazarlo y sentir el dulce aroma de su perfume. Acerco mis labios a los suyos para darle un suave beso.

Tengo que confesar que nunca pasó por mi mente enamorarme de él, siempre lo vi como un hombre frío y distante, hasta esa noche, cuando mi padre me golpeó tan fuerte por haber irrumpido en una de sus juntas importantes. Estaba tan herida que muchos temían que muriera, incluso yo lo llegué a pensar. Recuerdo que nadie me ayudó, pues temían desobedecer la orden del señor de la casa que había sido bastante específico al decir que les pasaría a sus cabezas si alguien se acercaba a mí. Pero él entró a hurtadillas de mi padre a mi habitación, aun con el riesgo de ser descubierto y esa noche no sólo curó las heridas de mi cuerpo, también alivio el dolor de mi alma y mi soledad; esa soledad a la que siempre había sido sometida y en la que Ian con su mirada me hacía sentir que por primera vez estaría segura de las agresiones de mi padre, y que no importaba que tan peligroso fuera, él siempre estaría. Han pasado ya tres años de aquella noche, tres años en el que Ian se ha convertido en mi mejor amigo, mi mayor protector, y quien logró conquistar mi corazón.

Nuestro beso comienza a subir poco a poco de intensidad, de un beso suave y tierno a uno lleno de pasión y deseo. Sé que es peligroso el que estemos así, pero rayos. No me importa, solo deseo ser suya, entregarme por completo, demostrarle que no me importa nada si estoy a su lado. Pero como siempre que estamos a punto de perder el control o mejor dicho que yo pierda el control, Ian termina con el beso. No me sorprende que sea así, ya que él siempre ha sido el más cuidadoso de los dos, pero odio que haga eso y más que lo mencione— Amor no podemos arriesgarnos, podrían entrar en cualquier momento.

—Lo sé, lo siento. — lo miro con determinación y le digo: —Huyamos amor, vayamos lejos de todo y todos. Olvidémonos de quienes somos y a dónde pertenecemos. Estoy cansada de estar escondiéndose, de tener pequeños momentos contigo, cuando lo que quiero es toda una vida. Sé que es una locura, más siendo hija de quien soy, pero estoy dispuesta a todo, a perder la vida si es necesario.

Ian toma con sus manos mi rostro y comienza a hablar tan suave, y a la misma vez tan firme que estoy segura de que no importa lo que diga, voy a creer que todo es posible en este mundo de infierno en el que vivo.

Deseo  De Un  MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora