—¿Por que venimos acá?— le pregunté discretamente ya que todos estaban ahí.
—Siempre que se va el jefe aprovechamos para divertirnos.
—Oh ya— susurré.
Me senté a la orilla de la piscina mientras mis pies jugaban con el agua. Cornelio se había ido a jugar fútbol con los demás.
—Hola— me saludaron dos chicas sentándose a mi lado.
—Hola— las saludé.
—¿_______ cierto?— preguntó la rubia.
—Si, ¿Cómo sabes?
—Cornelio no deja de hablar de ti— dijo la otra. Me reí.
—Encerio— rió la rubia conmigo.
—Dinos, ¿Ya tuvieron sexo?— preguntó la otra. Si no mal recuerdo se llama Thailiy.
—No— las miré raro— ¿Cómo creen?, no puedo tener sexo con mi secuestrador.
—No tiene nada de malo, ellos no tienen la culpa de que estemos aquí, los amenazan— dijo la rubia encogiéndose de hombros.
—Asi es ________, yo con Adal lo hago cada tres días.— dijo Thailiy.
—Eso ahorita porque antes nadie los podía parar y siempre estaban teniendo sexo.— rió la otra chica tomando de su bebida.
—No las entiendo— bufé— Nos tienen encerradas. ¿Cómo están tan tranquilas?
—Te acostumbras. Solo imagina que estás de vacaciones con amigos y no puedes salir de aquí, te dan comida, ropa y diversión, no es tan malo como piensas— dijo Thailiy.
—Vamos, inténtalo _______, no será tan malo, Cornelio es guapo, tiene lo suyo, no pierdes nada con intentarlo.
—Si perderá algo.— susurró Thailiy seria.
—¿Qué?— pregunté asustada.
—La virginidad— dijo y se hecharon a reír las dos. Volteé los ojos.
—Piensalo ________— dijo la rubia— Si lo intentas aquí estaremos para escuchar tu experiencia.
Ambas se levantaron y se dieron la vuelta para irse.
—Esperen— las detuve. Ambas se voltearon a verme de nuevo— ¿Cuál es su nombre?
—Yo soy Camila— dijo la rubia— Y ella Thailiy— señaló a la morocha. Les dedique una sonrisa la cual me devolvieron y se fueron.
—¿De que hablaban?— me pregunto Cornelio sentándose a mi lado. Brinque porque me metió un pequeño susto.
—Solo querían conocerme— le sonreí.
—Recuerda que no puedes hacer amistad con nadie aquí.
—Lo sé— agaché mi cabeza.
—¿Quieres entrar al agua? — me preguntó.
—No gracias, no se nadar— me encogí de hombros.
—Esta bien— tomó mi mano y acarició mis nudillos. Lo miré y le dedique una sonrisa.
Más tarde subimos todos a nuestras habitaciones ya que no tardaba el jefe y no queríamos problemas.
Cuando Cornelio y yo entramos a nuestra habitación yo me senté en la orilla de la cama viendo como cerraba la puerta.
Volteó y quedó frente a mí. Me paré de la cama y caminé rápido hasta él. Jale de su playera y lo besé. Abrió sus ojos sorprendido pero después me tomó de la cintura siguiéndome el beso.
Lo jale hasta la cama, le di la vuelta y me tiré con él en la cama sin dejar de besarlo.
Fui bajando mis besos hasta su cuello dejando pequeñas marcas en él.
Él me miraba con mucha atención mientras dejaba escapar pequeños suspiros. Tomé su playera y se la quité.
Seguí dejando pequeños besos en todo su torso. Subí de nuevo a sus labios y los besé. Fue subiendo sus manos de mi cintura hasta mi top para deshacerse de el.
Volví a besarlo, sentí ahora sus manos en mi trasero.
Bajé mis manos a sus jeans y desabroché el botón y luego bajé el cierre.
Sentí que Cornelio tomó mi mano deteniedome.
—¿Qué haces?— me preguntó con la voz agitada.
—Lo que haz querido hacer desde que llegué.
Narra Cornelio.
Me senté en la cama aún con _______ encima de mi, tenía ambas piernas a cada lado de las mías.
—¿Estas jugando conmigo como todos los días?
Ella agachó su cabeza.
—Es que...— se quedó callada mordiendo su labio inferior nerviosa.
—¿Qué pasa?— alcé su mirada con mi mano.
—Thailiy y Camila me dijeron que intentara tener sexo contigo, que sería divertido.— Negué con la cabeza.
—No hagas lo que esas brujas dicen _______.
—Pero si tú quieres está bien.
—No quiero hacerlo asi, quiero hacerlo cuando tú te sientas lista y no te dejes llevar por las demás ¿Está bien?
—Si— susurró y asintió con la cabeza. Besé su frente.
—Ven— la abracé y ella me devolvió el abrazo.
Así estuvimos un rato hasta que me di cuenta que se había quedado dormida. Ni siquiera cenó.
La acomode en la cama y deje que se durmiera. Salí de la habitación y bajé a cenar.
—¿Y _______?— preguntó el jefe y todos voltearon a verme mientras bajaba las escaleras con pereza. Caminé hasta ellos y me senté el la mesa.
—Se sentía mal y se quedó dormida.
—Si claro— dijo Jorge riendo.
—Digo la verdad— me defendí.
—Y entonces... ¿Esas marcas?— señaló mi cuello.
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—Me picaron los moscos y me rasque mucho.— todos me miraron incrédulos e hicieron cómo que me creyeron.
"¡Malditas seas ________!" Pensé riendo por dentro. . . . . . . . . .
Bebesssss ya sé que pasaron como tres días sin subir capítulo pero estuve algo ocupada encerio.
Espero comprendan. Las quiero.
Espero les guste mucho. Mañana habrá uno sin falta.