Capítulo 4

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Narra _______.

Cornelio me dedico una sonrisa y se acercó un poco más a mi.

—¿_______?— preguntó aún con esa boba sonrisa.

—S...si... Soy...y...yo— tartamudee.

—Cuanto tiempo sin verte.

—Lo se, 4 años.

—Y veo que te va muy bien— miró a Lito— ¿Ahora a quien te amarraste?

Fruncí en ceño, me acerqué a él y le voltee una cachetada.

—No vuelvas a decir eso porque no soy una cualquiera cómo piensas.

Escuché que Lito comenzó a llorar cuando golpee a su padre. Cornelio solo se toco la parte golpeada y se limitó a mirarme.

—Vamonos mi amor— tomé a mi hijo en brazos y me metí al departamento cerrando la puerta en la cara de Cornelio.

Narra Valentin.

Salí del elevador de donde vive _______ y vi a Cornelio con la mano en el cachete y parado sin hacer algún movimiento.

—¿Que pedo?— le dije— ¿Que traes?

—Acabo de ver a _______ y me dio una cachetada— me vió incrédulo.

—¿Que le hiciste?

—Nada— se defendió.

—Ay Cornelio, algo le hiciste, no me mientas.

Me acerqué a la puerta de _______ y la toqué.

—¿Quién?— dijo desde el otro lado.

—Valentin— respondí y la puerta se abrió de golpe.

—¿Que quieren?— dijo de mala gana.

—Vine a traerte a Cornelio.— le respondí— Volvió.— sonreí.

—¿Y yo para que lo quiero?— alzó sus hombros. Mi sonrisa se borro.— ¿Ya para que lo necesito? Se fue y le valió que me quedara sola.

—_______ pero yo creí que lo extrañabas.— dijé.

—No, ya no. Que se vaya a la verga.

—Oye, tampoco es para que me digas asi— dijo Cornelio.

—Callate— dijo _______— Y olvídate que vas a ver a tu hijo.— cerró de un portazo.

—¿Mi hijo?— susurró Cornelio.

—Si— dijé— ______ tiene un hijo tuyo ¿No te dijo?

—No, y creo que la cagué.

—¿Que hiciste idiota?— lo miré con compasión.

—Le dije que ahora a quien había amarrado con el niño.— rió como estúpido— ¿Encerio ese niño es mi hijo?

—Si, toda la familia lo conoce y se llama Cornelio. Le décimos Lito.

—Como me decían a mi— rió estúpidamente.— Necesito verlo bien.

—Pues después de lo que dijo _______ no sé si sea muy fácil verlo ahora. Tendrás que rifarte.

—Maldita sea— maldijo en alto.

(...)

Narra Cornelio.

Perseguí a mi mamá hasta la cocina tratando de convencerla.

—Vamos mamá— supliqué— Dile que me deje ver a mi hijo o invitala a cenar para que lo traiga a la casa.

—No Cornelio, te pasaste con lo que le dijiste. Lucha por tu hijo, yo te apoyo pero tú la cagaste solito, con ella.

—¿Estás de su lado acaso?— reclamé.

—No, pero la dejaste abandonada y vienes a insultarla, la entiendo, yo estaría igual.

—En primera no sabía que estaba embarazada sino hubiera venido a buscarla desde hace 4 años y segunda; se me olvidaba que son mujeres y son complicadas.

—Bueno, ya sacaste tus conclusiones, ve y pídele perdón.

—¿Llevo flores?

—Que sean rosas blancas y rojas, ah y que sean muchas.— me señaló con el dedo índice.

—Gracias— besé su cabeza.— Hoy veré bien a mi hijo.

—Suerte— gritó desde la cocina.

Salí de la casa y tome un taxi, primero fui a la florería y luego al edificio de _______.

Entre al edificio y subí hasta el tercer piso. ¿Cual era su departamento?

Mierda.

Después de tocar 3 puertas y no atinarle, por fin escuché una dulcecita voz del otro lado de la puerta.

—¿Quién?— dijeron del otro lado.

—¿Aquí vive ______?— pregunté.

—Si— escuché y luego de varios intentos de abrir la puerta, está se abrió dejándome ver a un pequeño niño.—¿Otra vez tú pendejo? ¿No te basto con la cachetada que te dio mi mami?— dijo algo enojado, aunque en realidad me daba ternura y risa lo que dijo. Lo más seguro es que Valentin le haya ensañado las malas palabras, él se las enseño a Ramón y Santi.

—¿Cómo te llamas pequeño?— me agache para quedar a su estatura.

—Lito— respondió y automáticamente sonreí— Pero para ti soy Cornelio.

—Bien Cornelio, ¿Qué crees?

—¿Qué?— se cruzó de brazos mirándome curioso.

—Yo igual me llamo Cornelio.

—¿Encerio?— por fin sonrió.— Creí que solo mi abuelo y yo nos llamábamos así... Bueno también mi papá pero nunca lo he visto y no sé si algún día lo conozca.— sentí algo bonito en mi corazón. Claro que va a conocer a su padre, ya está aquí, para jugar con él y protegerlo de todo.

—Pequeño yo...

—Lito ¿Dónde estás?— se escuchó la voz de _______. Nos miró y casi casi corrió hasta nosotros.— Lito ¿Que te dije sobre abrir la puerta?

—Perdón mami, esque creí que venían a molestarte otra vez los pendejos esos.

—Lito, nada de malas palabras.— Lo regañó.

—Perdón— se tapó la boca con sus pequeñas manos. Mi hijo me miró y sonrió.— Me caes muy bien y todo Cornelio, pero mi mami no busca novio y nunca va a estar contigo.— reí ante su comentario.

—Lito, vete a poner la pijama, ya voy.— le ordenó _______. Cornelio salió corriendo y se metió al departamento.— ¿Qué haces aquí?— me preguntó cruzada de brazos.

—Vine a pedirte perdón— le mostré el gran ramo de rosas. Noté que que quiso sonreír pero se resistió.— ¿Me perdonas por lo que te dije hace rato?

—¿Crees que con eso te voy a perdonar?

—No sé, tal vez.

—Te equívocas.

—Bueno, ten— le dí el ramo de rosas— Igual solo quería ver a mi hijo, ya hasta hablé con él y le caigo bien. Me doy por bien servido.

—Que bien por ti, no cualquiera le agrada a mi niño.— rió sarcástica.

—Y me lo voy a ganar.

—Suerte— alzó una ceja.

Miré sus manos que las movía con ansiedad. Traía el anillo que le regalé.

Sonreí, me acerqué y le di un beso en el cachete. Ella trató de separarme pero antes de que pudiera hacerlo yo me separé.

—Te veo luego preciosa— sonreí y me fui de ahí sin decir nada más.
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Hola 🤘🏼 qué onda!

Gracias por los 5k, cada vez somos más ❤️🙏🏼

Las quiero un chingo plebes!

Bonito día.

Stockholm syndrome | Cornelio Vega Jr.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora